carta al sol

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Hace mucho años le prometí que volvería.
Le prometí que no iba a olvidarle, y que por mucho tiempo que pasara su imagen estaría viva en mi memoria.

Le juré más que complicidad eterna, le juré que sería mi último amor.

Y con el tiempo, con las horas y los minutos interminables el fuego iba desapareciendo, ya no recordaba el color de sus ojos ni el tono de su risa, la manera en que sus manos habían acariciado mis labios con juventud e inocencia.

Ya no recordaba lo mucho que mi corazón había dolido por él.

Pero, sin quererlo, volví al pasado con una canción.

Con la canción que me dedicó y que cambió la forma en que yo percibía el mundo.

Ese día comprendí que nunca había dejado de quererle, que sus ojos aún estaban en los míos y comprobé, con un ardor súbito en el pecho, que los besos que dejó en mi piel aún quemaban como el día en que me los dio, las risas eran como el eco de un castillo medieval abandonado, su reflejo se escondía en las ventanas de aquella mansión solitaria y moribunda.

Y ahora, que mis ojos se cierran y la voluntad abandona mis manos, solo mi mente funciona y recuerdo que él fue quien me enseñó que tan lejos se puede llagar por amor, él fue la primera persona que me quiso como yo quise al cielo.

Y cuando las estrellas me susurraron buenas noches, el sol me alumbró con tanta fuerza que a veces siento que no dejó nada de mí.

El sol, que me confesó que estaba enamorado de la luna, me dijo entre risas, que la luna era yo.

Es ahora que los suspiros me pesan y entiendo que mi vida se apaga, y confirmo, con la pesadez en los párpados, que he vuelto a donde la luz no llega y que le esperaré junto a las estrellas con la fe de que, más que el último, él sea mi verdadera amor.

-lunn🍓

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