Desperté para ver los rostros horrorizados de Kugisaki y Itadori.
- ¡Pensamos que habían muerto! - Dijeron ambos a la vez, agarrados de manos de forma dramática.
- Exagerados - Murmuré.
- No deberían dormirse con el dedo de Sukuna - Habló Kugisaki.
- ¿Me lo puedo comer? - Preguntó Itadori.
- ¡Ni que eso fuera comida! - Gritó Kugisaki.
- Dejen de gritar, me duele la cabeza - Susurré agarrado mi cabeza con una nueva de dolor.
- Aún no sabemos cuánto puedes soportar así que no te lo comas, te lo daré por qué estás en mejores condiciones que yo, pero no te lo comas - Dijo extendiendo el dedo hacia él.
Itadori acercó su mano a este pero una boca se abrió en la palma de su mano, comiéndose el dedo.
Marcas negras aparecieron en su rostro, el rey de las maldiciones estaba frente a nosotros.
- Que bien se siente salir al exterior - suspiró - Aunque también es interesante observar todo lo que hacen.
Megumi y Kugisaki estaban tensos.
- ¿Por qué le diste el dedo? - Bromee hacia Megumi, estaba calmada.
Kugisaki y mi hermano estaban en silencio, atentos a cualquier movimiento de la maldición frente a nosotros.
Cuando ví las intenciones de esta la detuve.
- Sukuna - Lo llamé, el volteó hacia mi.
- Dime, Mikumi - Me observó sonriendo.
- ¿A dónde vas? - Pregunté arqueando mi ceja.
- No desperdiciare mis minutos de libertar charlando con ustedes, ¡Las mujeres me esperan! - Habló con el ego por los cielos.
Una pizca de celos me atravesó por su último comentario, lo miré enfadada.
- Pues dejemos a la maldición que vaya a disfrutar de las mujeres - miré a los chicos - No se preocupen, solo ganemos tiempo hasta que Itadori tome el control - Ellos asintieron reaccionando poniéndose en posición de ataque - Tranquilos, dejenmelo a mi.
- Los puedo escuchar, ¿Sabían? - Habló irónico Sukuna.
Su sonrisa socarrona no pasó desapercibida por mí.
- Ya deberías dejar salir a Itadori - Dije aún enojada pero su comentario.
- El mocoso está débil por la pelea reciente, tardará unos minutos en volver - Dijo él notando mi enojo.
- No importa, quiero a Itadori, ahora mismo - Me acerqué a él siendo detenida por la mano de Megumi.
- Me ofendes, ¿Sabes? - Fingió estar ofendido - No puedo creer que lo prefieras a él que a mí, el que estuvo entre...
- ¡Quiero a Itadori, ya! - Lo interrumpí gritando al saber lo que iba a decir.
- Tsk - Chasqueo la lengua, un segundo después Itadori estaba en su lugar.
- ¡Itadori, casi me matas del susto! - Le gritó Kugisaki.
- Lo lamento, ¿Los hice pasar un mal rato? ¿Están heridos? - Habló rápidamente preocupado.
- No, Mikumi se hizo cargo de la situación - Murmuró Megumi observandome.
Ahora sé que mi hermano no está del todo convencido.
Al llegar a la academia esa misma noche, Megumi me hizo la pregunta que no había echo desde aquella vez.
- ¿Que pasó aquella vez en esa misión? - Preguntó.
- Ese día, hablé con Sukuna - No era mentira, al menos no del todo.
- ¿Y?
- Hablamos un rato, solo déjame decirte que no nos matará, al parecer tenemos rituales que realmente le interesan - Me encogí de hombros.
Él me creyó, siempre habíamos confiado el uno al otro, eso facilitaba las cosas.
No sé tocó más el tema, salí a trotar por los alrededores en la madrugada, no podía dormir.
En mi camino se atravesó Itadori, casi me mata del susto.
- Deberías dejar de aparecer así - Dije tocando mi corazón.
Para mí sorpresa, Sukuna era el que estaba ahí, recordé lo que había dicho y volví a enojarme.
Él lo notó.
- Era mentira lo de las mujeres - Dijo acercándose a mi.
Rodeó mi cintura con sus manos mientras bajaba a besar mi cuello.
Lo aleje de mi de un manotazo.
- Vete, que te esperan las mujeres - Murmuré con los brazos cruzados.
- ¿Estás celosa? - Bromeó haciendo que me enojara más.
- Vete de aquí - Dije lara seguir corriendo.
Me tomó de la cintura y en un segundo tenía sus labios sobre los míos.
Al separarnos, juntó nuestras frentes.
- ¿Tomaste una decisión? - Suspiró.
- Tengo condiciones - Murmuré.
- Me parece bien - Dijo riendo.
- Uno, no puedes lastimar a ninguno de mis seres queridos - Dije alzando un dedo, luego alcé el otro - Dos, nadie puede saberlo, yo decidiré cuando o si lo van a saber, ¿Está claro?
Él asintió y volvió a besarme.
- Prometelo - Dije separando nuestras bocas.
- Lo juro - Suspiró para volver a besarme con desesperación.
Nos separamos despues de una sesión de besos, me acompañó a correr y cuando supo que Yuuji empezaba a despertar se despidió.
Me dió un último beso para luego empezar a caminar.
- Por cierto, lo de las mujeres si era broma, en la única con quién pensaba desfrutar de mis minutos libres era contigo, lastima que Megumi y Kugisaki estuvieran ahí - Habló volteandose con una sonrisa.
Volvió a tomar su camino, me fuí a mi habitación, tomé una ducha y me acosté en mi cama con una sonrisa.
Me dormí pensando en aquel rey que me gustaba tanto.
ESTÁS LEYENDO
¿Será esta una buena decisión? || Sukuna
FanfictionLa hermana de Megumi conoce a Itadori Yuuji quien viene con la peor de las maldiciones, ¿Lo peor? Es que el rey de las maldiciones se a fijado en ella, solo que hay muchas cosas que ella aún no sabe y que su destino siempre dependerá del este rey, ¿...