Capitulo 13

551 40 0
                                    

Desperté para ver los rostros horrorizados de Kugisaki y Itadori.

- ¡Pensamos que habían muerto! - Dijeron ambos a la vez, agarrados de manos de forma dramática.

- Exagerados - Murmuré.

- No deberían dormirse con el dedo de Sukuna - Habló Kugisaki.

- ¿Me lo puedo comer? - Preguntó Itadori.

- ¡Ni que eso fuera comida! - Gritó Kugisaki.

- Dejen de gritar, me duele la cabeza - Susurré agarrado mi cabeza con una nueva de dolor.

- Aún no sabemos cuánto puedes soportar así que no te lo comas, te lo daré por qué estás en mejores condiciones que yo, pero no te lo comas - Dijo extendiendo el dedo hacia él.

Itadori acercó su mano a este pero una boca se abrió en la palma de su mano, comiéndose el dedo.

Marcas negras aparecieron en su rostro, el rey de las maldiciones estaba frente a nosotros.

- Que bien se siente salir al exterior - suspiró - Aunque también es interesante observar todo lo que hacen.

Megumi y Kugisaki estaban tensos.

- ¿Por qué le diste el dedo? - Bromee hacia Megumi, estaba calmada.

Kugisaki y mi hermano estaban en silencio, atentos a cualquier movimiento de la maldición frente a nosotros.

Cuando ví las intenciones de esta la detuve.

- Sukuna - Lo llamé, el volteó hacia mi.

- Dime, Mikumi - Me observó sonriendo.

- ¿A dónde vas? - Pregunté arqueando mi ceja.

- No desperdiciare mis minutos de libertar charlando con ustedes, ¡Las mujeres me esperan! - Habló con el ego por los cielos.

Una pizca de celos me atravesó por su último comentario, lo miré enfadada.

- Pues dejemos a la maldición que vaya a disfrutar de las mujeres - miré a los chicos - No se preocupen, solo ganemos tiempo hasta que Itadori tome el control - Ellos asintieron reaccionando poniéndose en posición de ataque - Tranquilos, dejenmelo a mi.

- Los puedo escuchar, ¿Sabían? - Habló irónico Sukuna.

Su sonrisa socarrona no pasó desapercibida por mí.

- Ya deberías dejar salir a Itadori - Dije aún enojada pero su comentario.

- El mocoso está débil por la pelea reciente, tardará unos minutos en volver - Dijo él notando mi enojo.

- No importa, quiero a Itadori, ahora mismo - Me acerqué a él siendo detenida por la mano de Megumi.

- Me ofendes, ¿Sabes? - Fingió estar ofendido - No puedo creer que lo prefieras a él que a mí, el que estuvo entre...

- ¡Quiero a Itadori, ya! - Lo interrumpí gritando al saber lo que iba a decir.

- Tsk - Chasqueo la lengua, un segundo después Itadori estaba en su lugar.

- ¡Itadori, casi me matas del susto! - Le gritó Kugisaki.

- Lo lamento, ¿Los hice pasar un mal rato? ¿Están heridos? - Habló rápidamente preocupado.

- No, Mikumi se hizo cargo de la situación - Murmuró Megumi observandome.

Ahora sé que mi hermano no está del todo convencido.

Al llegar a la academia esa misma noche, Megumi me hizo la pregunta que no había echo desde aquella vez.

- ¿Que pasó aquella vez en esa misión? - Preguntó.

- Ese día, hablé con Sukuna - No era mentira, al menos no del todo.

- ¿Y?

- Hablamos un rato, solo déjame decirte que no nos matará, al parecer tenemos rituales que realmente le interesan - Me encogí de hombros.

Él me creyó, siempre habíamos confiado el uno al otro, eso facilitaba las cosas.

No sé tocó más el tema, salí a trotar por los alrededores en la madrugada, no podía dormir.

En mi camino se atravesó Itadori, casi me mata del susto.

- Deberías dejar de aparecer así - Dije tocando mi corazón.

Para mí sorpresa, Sukuna era el que estaba ahí, recordé lo que había dicho y volví a enojarme.

Él lo notó.

- Era mentira lo de las mujeres - Dijo acercándose a mi.

Rodeó mi cintura con sus manos mientras bajaba a besar mi cuello.

Lo aleje de mi de un manotazo.

- Vete, que te esperan las mujeres - Murmuré con los brazos cruzados.

- ¿Estás celosa? - Bromeó haciendo que me enojara más.

- Vete de aquí - Dije lara seguir corriendo.

Me tomó de la cintura y en un segundo tenía sus labios sobre los míos.

Al separarnos, juntó nuestras frentes.

- ¿Tomaste una decisión? - Suspiró.

- Tengo condiciones - Murmuré.

- Me parece bien - Dijo riendo.

- Uno, no puedes lastimar a ninguno de mis seres queridos - Dije alzando un dedo, luego alcé el otro - Dos, nadie puede saberlo, yo decidiré cuando o si lo van a saber, ¿Está claro?

Él asintió y volvió a besarme.

- Prometelo - Dije separando nuestras bocas.

- Lo juro - Suspiró para volver a besarme con desesperación.

Nos separamos despues de una sesión de besos, me acompañó a correr y cuando supo que Yuuji empezaba a despertar se despidió.

Me dió un último beso para luego empezar a caminar.

- Por cierto, lo de las mujeres si era broma, en la única con quién pensaba desfrutar de mis minutos libres era contigo, lastima que Megumi y Kugisaki estuvieran ahí - Habló volteandose con una sonrisa.

Volvió a tomar su camino, me fuí a mi habitación, tomé una ducha y me acosté en mi cama con una sonrisa.

Me dormí pensando en aquel rey que me gustaba tanto.

¿Será esta una buena decisión? || Sukuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora