Capítulo 35

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Ha pasado un tiempo desde que todo empezó, desde que emitieron órdenes de captura contra todos lo que hemos participado en esta guerra, desde que emitieron la ejecución de Itadori a manos de Yuta.

Desde que Sukuna tomó control de Megumi y Gojo Satoru murió.

Recuerdo haber llegado en el momento exacto de la muerte de mi maestro, más que eso... mi padre.

Llegar al sitio de la pelea fue un golpe a mi corazón, verlo caer derrotado me hizo caer con él al suelo.

—¡¿Que has hecho?!—Le grité a Sukuna—¡¿Que mierda hiciste?!—Grito entre sollozos.

Me faltaba la respiración y no pude hacer nada más que correr a el cuerpo inerte de Satoru, me arrodillé a su lado y llevé mi mano a su mejilla entre llantos.

Traté de curarlo con mi ritual inverso pero no funcionaba y lo intenté múltiples veces con toda mi energía.

—Detente—Habló Sukuna—Estás dando tu energía vital.

—Me arrebataste todo por lo cual deseaba vivir—Le dije con las lagrimas bajando por mi rostro—Te odio con todas mis fuerzas, Ryomen.

Él apretó sus puños y mordió sus labios.

—Es lo mejor que puedes hacer—Y con eso, despareció.

Me dejó ahí, con el vacío de haberme arrebatado todo por lo cual no lo elegí a él, me arrebató cada lazo fuerte que tenía para arrastrarme a él.

El rey siempre será egoísta después de todo.

Mi llanto se escuchó por horas y mi ritual inverso estuvo presente en cada momento, sin embargo nada funcionó.

—Me dijiste que ganarías—Le hablo con lágrimas aún cayendo por mis mejillas—Dijiste que eras el más fuerte—Sollozo mientras acaricio su cabello—Dijiste que no me dejarías sola—Lo abrazo y mi llanto vuelve a hacerse presente—Prometiste vencerlo para poder irnos a Italia, ¿Recuerdas?—Hablo entre sollozos—Viviríamos comiendo pizza y Megumi nos regañaría, pero aún así seguirás trayendo las cajas de pizza solo para molestarlo y comer a escondidas... ¿En donde quedó todo eso?—Susurro contra su cabello—Tú no, por favor no, no me dejes, vuelve... Papá—Pero lo único que se hace presente es mi llanto.

No pude hacer más que llevar el cuerpo de mi maestro a un lugar seguro, con la esperanza de que su cerebro siguiera intacto y algún día despertara.

Y heme aquí, siete meses después en los cuales he estado sola, ¿Itadori? No sé nada de él, ¿Megumi? No hace nada por querer salir del control de Sukuna, ¿Sukuna? No hizo más que arrebatarme todo.

Aún voy cada día a ver el cuerpo de mi profesor, esperando a que despierte pero he perdido la esperanza en este último mes y he ido aceptando mi realidad.

Satoru no despertará, está muerto.

Sukuna no se ha hecho presente ante mi, pero ya todos están al tanto de que el rey a vuelto y están bajo su mando.

Vivo en una cabaña en un bosque afueras de la ciudad, recuerdo venir acá cuando era una niña junto a Satoru, estar acá me hace más daño pero eso no quita todos los recuerdos felices que me trae.

Estoy en paz, pero me falta algo.

En realidad, muchas cosas me faltan.

Huí de mi realidad hace siete meses, pero en algún momento esta me alcanzará. Tengo que salir de mi burbuja tortuosa y hacer algo, a Satoru no le gustaría que me quedara de brazos cruzados mientras el mundo está hecho mierda.

No le gustaría que me quedara esperándolo, él hubiera querido que hiciera lo que él no pudo.

Le sonrío a la nada mientras recuerdo, todo era perfecto y nunca me di cuenta.

¿Será esta una buena decisión? || Sukuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora