Capítulo 17

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—No es lo que parece—Habla Nobara.

—Solo la estaba...

—Follando—Lo interrumpo.

—Claro que no, se vomitó encima de un chico y se desmayó—Me mira mal—La traje aquí para que se limpie.

—¡¿Como puedes pensar eso?!—Nobara viene hacía mí con rabia y su puño alzado.

La mano de Megumi la detiene.

—Puedes pegarle a Itadori, pero a ella no—Dice Megumi.

Él la suelta y viene hacía mí, pasa su brazo por mis hombros y empieza a caminar.

—Vámonos ya—Dice y yo asiento.

Caminamos juntos a la academia en silencio y con su brazo abrazando mis hombros.

Megumi no deja que nadie me toque pero Sukuna incluso se río de que me golpearan.

Maldito psicópata, debí pensar bien donde me metía.

No volveré ni a mirarlo, si es posible.

Que hijo de puta, lo odio, de seguro está follando con Mai.

Siento rabia, con él y conmigo misma.

Debí de alejarme de él desde el principio.

Llegamos a la academia y subimos a las habitaciones.

—Megumi—Agarro su chaqueta.

—No—Habla antes de que pueda decir algo.

—Ni siquiera sabes que iba a decir—Me quejo.

—Ya estás muy grande, puedes dormir sola—Dice mientras abre su puerta.

—Que mal hermano eres—Murmuro—Solo por hoy, ¿Si?

—No.

—No quiero dormir sola, me siento mal.

Él suspira y niega con la cabeza, parece pensarlo antes de abrir su puerta para mí.

Entro sonriendo y me pongo una de sus camisas para dormir.

Me acaomodo en su cama y después de unos minutos él me hace compañía y me da la espalda, ignorandome.

—Megumi—Lo llamo.

—¿Qué?

—¿Recuerdas a nuestro padre?—Pregunto.

—¿A que viene esa pregunta?—Se voltea y quedamos de frente.

Su ceño está fruncido y me mira de forma extraña.

—Curiosidad—Me encojo de hombros—Yo ya no lo recuerdo muy bien, ¿Y tú?

—Momentos borrosos—Suspira y se acomoda cerca de mi—Duerme ya si no quieres que te eche.

Él me abraza y yo asiento mientras me acomodo en sus brazos.

Esto hacía cuando lloraba porque papá nos había abandonado, simplemente me abrazaba y me decía que me durmiera o me abandonaría él también.

Me duermo a los minutos y al siguiente día me despierto en el piso con una almohada y un poco de sabana.

Me levanto y veo a Megumi ocupando todo el espacio de la cama, en una posición incómoda a mi parecer pero cómoda para él.

Me lanzo encima de él y se despierta tomando una bocanada de aire.

—¿Estás loca?—Se queja.

—Olvidé lo mal que duermes—Me burlo recogiendo del piso la almohada.

—Ya vete a tu cuarto—Me vuelve a tirar la almohada.

—¿Me estás echando?

—Sí.

—Bien, tú ganas—Me quejo—Me voy.

Mientras agarro mis cosas y me acerco a la salida lo miro herida, como siempre de dramática.

—¿Por que te demoras tanto en irte?—Se burla—Vete ya, pulga.

Me ofendo y le lanzo un zapato, antes de que pueda devolverme el golpe salgo corriendo.

Me encuentro a Itadori afuera.

—Hola.

—Hola.

—¿Aún duermes con tu hermano?—Pregunta sonriendo.

—A veces—Él se ríe de mi—No te rías—Le doy un pequeño golpe mientras sonrío.

—Nos vemos en el entrenamiento—Dice mientras se dirige a su habitación.

—Ok—Sonrío y voy a mi habitación.

Entro, me doy una ducha y decido dormir un rato más.

Mis pensamientos me recuerdan la poca dignidad que me queda y que debo conservar la poca que tengo.

Por la tarde me despierto y me pongo mi ropa de entrenamiento.

Bajo a el patio de la academia y ya ahí me están esperando todos.

—Cómo siempre llegando tarde.

—Lo aprendí de ti—Le doy golpecitos en el hombro a Satoru.

—No debí llevarte a vivir conmigo, aprendes rápido—Se queja infantilmente.

Todos ríen excepto Megumi.

—Bueno, empecemos—Dice Satoru y todos nos vamos a nuestros puestos.

Satoru por poco nos mata unas cuantas veces, pero como ya estamos acostumbrados seguimos entrenando.

Itadori me agarra de la mano izquierda y suelto un quejido.

—¿Estás bien?

—Si.

Satoru se acerca a nosotros y arrebata mi mano de la mano de Itadori.

Alza la manga de mi uniforme y quita la venda, la muñeca está roja y morada.

—Este golpe no es de ahora, ¿Que te pasó?—Dice serio.

Megumi se acerca y mira mal a Itadori.

—O mejor dicho, ¿Quién te hizo esto?—Satoru me mira serio y amenazante, esperando una respuesta.

—Habla Mikumi, ¿Quién te lastimó?—Habla Megumi en la misma posición que Satoru.

Y se que se han metido en su papel de padre e hermano sobreprotectores y posesivos.

Los demás se alejan por el aura que emanan, así que me apresuro a tranquilizarlos.

—Ayer me caí por las escaleras y caí sobre mi mano—Miento, paso mi dedo por la punta de mi nariz en un acto reflejo.

—Mientes—Dice Satoru.

—Tocas tu nariz cuando mientes—Megumi apoya a Satoru.

—¿Quieres que diga la verdad?—Suspiro, ellos asienten—Me caí en la fiesta de ayer antes de encontrarte.

—¿Fueron a una fiesta sin mí?—Ambos se relajan y el ambiente tenso se va.

—Eso ya no importa, vamos a la enfermería.

Los dos caminan a mi lado como si estuviera gravemente herida, cada uno agarrando con cuidado mis manos mientras vamos a la enfermería.

Los demás nos observan raro y se quedan callados.

De camino a la enfermería Satoru se queja de por qué no lo invitamos a la fiesta.

Amo a estos dos, son mi vida y si algo les pasa podría morir, pero no sin antes acabar con todo el mundo por quitarmelos.

¿Será esta una buena decisión? || Sukuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora