✨ Égocentrisme ✨ (Severus Snape y Tu)

Capítulo 7 🐍

Rápidamente fui a sentarme junto a Alexa, aún con el ceño ligeramente fruncido y el sueño marcado en la mirada.

—Buenos días —saludé con voz cansada, dejando caer la mochila a un lado del banco.

Alexa me miró con una ceja alzada, claramente divertida.

—Vaya, vaya... Parece que alguien se levantó del lado equivocado de la cama —respondió en tono burlón, mientras servía jugo en su copa.

—Mejor dime qué clases tenemos hoy —dije mientras me estiraba, intentando sacudirme la pesadez del cuerpo.

—Historia de la Magia a primera hora —enumeró—. Y después... nada más y nada menos que Pociones.

—Bien... —respondí, sin mucho entusiasmo, aunque por dentro una pequeña chispa de emoción se encendía al pensar en esa segunda clase.

—Oye, ayer ya no te vi. ¿Todo bien? —preguntó con un dejo de preocupación en la voz.

Mi mente, casi por instinto, me llevó de regreso a la escena en la biblioteca: Lily, James, las burlas, la manipulación a Severus. Cerré los ojos brevemente.

—Sí... cambiemos de tema, por favor.

Alexa me observó en silencio unos segundos, pero asintió.

—Bueno... Necesito ir a la biblioteca más tarde. ¿Vienes conmigo?

—Tengo que terminar unos apuntes pendientes, así que creo que no.

—Está bien. Iré sola —dijo con un encogimiento de hombros.

—Genial —contesté, justo cuando apareció la comida sobre la mesa.

Nos concentramos en desayunar y por unos minutos reinó una calma casi reconfortante. Después, ambas nos dirigimos a la clase de Historia de la Magia. Fue densa, como siempre. Mucha teoría, pocas emociones, pero al menos logré tomar apuntes decentes.

Al salir del aula, dejé escapar un suspiro profundo.

—No sabes cuánto odio que algunas materias sean 99% teoría y 0.1% práctica —me quejé mientras caminábamos por el pasillo—. No estuvo tan mal, pero es agotador.

Alexa asintió con expresión de fastidio.

—Lo sé. Te juro que antes de ir a la biblioteca voy directo a la enfermería. Siento que la cabeza me va a estallar.

—Igual la mía. Pero yo prefiero salir unos minutos a tomar aire. Me vendrá bien despejarme.

—Está bien. Entonces paso por la enfermería y luego por la biblioteca. Si termino antes de Pociones, ¿dónde te encuentro?

—No me busques —respondí con una media sonrisa—. Mejor nos vemos directamente en clase.

—Perfecto. Y no hagas que nos resten puntos.

—Descuida —dije, guiñándole un ojo—. Es más probable que me den puntos a que me los resten...

Nos separamos en una intersección del pasillo, y yo tomé rumbo al jardín. Caminé por entre los árboles, hasta llegar a uno bastante grande, cuyo follaje ofrecía la sombra perfecta. No había nadie alrededor; tal vez los demás aún estaban en clase o simplemente preferían quedarse bajo techo. Para mí, este rincón era ideal.

Me senté en la base del árbol, saqué mis apuntes y los extendí sobre el regazo. El aire fresco me despejó la mente poco a poco, aunque, en el fondo, no podía dejar de pensar en lo ocurrido la noche anterior. Y en la conversación que escuché esta mañana.

¿De verdad no se da cuenta de lo que están haciendo con él? ¿O simplemente prefiere no verlo?

Me forcé a enfocarme en mis notas, dejando que la tinta y los textos ocuparan el lugar de mis pensamientos. Aunque sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que la rabia —o quizá los celos— volvieran a buscarme.