✨ Égocentrisme ✨ (Severus Snape y Tu)

Capítulo 12 🐍

—¡La idiota... eres tú! —espetó Severus, con los ojos encendidos de furia—. Siempre crees tener la razón, pero ya es hora de que alguien te lo haga ver. Y ese alguien, seré yo.

Dio un paso hacia ti, firme, casi amenazante. La cercanía era sofocante: su altura y su presencia te obligaban a levantar la cabeza para sostenerle la mirada, mientras él te observaba desde arriba con frialdad calculada.

—Awww, adoro tu preocupación —respondiste con una sonrisa burlona, llevando tu mano derecha a su mejilla—. Pero...
Tus dedos descendieron lentamente, rozando su piel, su cuello, hasta llegar a su hombro. Cada movimiento era intencional, una provocación elegante.

—No me intimidas.
Y con un simple empujón de tus yemas, lo apartaste apenas unos centímetros.

—Deja de burlarte de mí... —gruñó él, entre dientes.

—¿Yo? Yo no lo hago —murmuraste con inocencia fingida—. Pero, ¿sabes quién sí? Lily. Aunque eres tan tonto que ni siquiera lo ves...

Severus palideció.
—Fui un imbécil al querer hacer las paces contigo. Creí que tú...

No lo dejaste terminar. Te diste media vuelta y comenzaste a alejarte sin una palabra más.

—¡NO ME DEJES HABLANDO SOLO! —vociferó detrás de ti. Bajó la mirada, buscando con desesperación su varita—. ¡TE VOY A...!

Cuando alzó la vista, tú ya lo tenías en la mira. Tu varita apuntaba directo a su rostro, a escasos milímetros.

—Sé que no eres tan idiota como para atacarme —dijiste con voz firme—. Sabes que soy más ágil que tú... Suelta tu varita. Ahora.

Él dudó un segundo, luego obedeció. La dejó caer.

—Deja de jugar al mago. Regla número uno: si vas a atacar, no bajes la vista. Tu oponente aprovechará cualquier distracción. Y regla número dos: mantén siempre tu varita en la mano... o al menos a la mano. Pierdes segundos valiosos buscándola.
Permiso —agregaste, y te retiraste con dignidad.

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POV: Severus Snape

Olvidó su cuaderno en el Gran Comedor. Quise devolvérselo. Aunque cada vez que estoy con ella, me vuelvo un manojo de nervios... y al final, siempre terminamos discutiendo. Somos iguales en eso: ambos necesitamos tener la razón.

Me dirigí a Transformaciones y, una vez sentado, no pude resistirme. Sé que no está bien husmear en los apuntes de otros, pero... sentí curiosidad. Quería entenderla.

Había notas de clase, tareas, proyectos. Pero lo que realmente me llamó la atención fue una lista... nombres de pociones oscuras. Palabras clave, fórmulas escritas de forma apresurada y errónea. No pude evitar corregirlas.

Pasé hasta la última hoja. La mayoría suele llenarla de garabatos sin sentido, pero ella había dibujado una serpiente. Su cuerpo formaba una "S" perfectamente delineada...
Y ahí, entre líneas, estaba mi nombre.
Mi nombre.

Nunca una chica había escrito mi nombre en algo propio. Ni siquiera cuando hacíamos equipo en clase. Lily jamás lo hacía. Jamás...

Terminó la clase. Decidí buscarla. No solo para entregarle su cuaderno, sino para disculparme por cómo me comporté en Pociones.

Recorrí varios pasillos sin verla, hasta que la encontré. Estaba bajo un árbol, sola. Su cabello lucía distinto... arreglado. De un color precioso.
Respiré hondo y caminé hacia ella.

...

Y lo arruiné.

Ahora tengo clase de Pociones. Pero no tengo energías para fingir que me importa. Solo leeré lo que veremos hoy... nada más.