La historia de China.

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La noche para Xiao XingChen había sido decente. Para cuando dieron las seis de la mañana, su despertador sonó y se levantó, se metió a bañar. Una vez vestido fue a darle de comer a Shanghua y prepararse algo para él.

Se sentó a la mesa, mirando su celular revisando su lista de pendientes y comprando las entradas del museo. O Xue Yang tenía mucha suerte o el universo estaba haciendo esto a propósito, porque casualmente no tenía que trabajar.

Pudo escuchar el sonido de sus palillos caer en la mesa tras las palabras 'tu computadora se rompió'.

—¿Qué?

Iba a ponerlo a hacer maromas en la calle si de verdad estaba rota para poder comprar una nueva, porque esas cosas eran caras. Miró su computadora, al menos, a primera vista, la pantalla no estaba rota. Intentó prenderla y, al hacerlo, fue recibido por un mensaje 'Batería baja, conecte al cable de alimentación' ocupando gran parte de la pantalla. Suspiró.

—Mierda casi haces que te mate. No está rota, se quedó sin batería.

Xue Yang frunció un poco las cejas, acomodando a Jiangzai sobre su hombro—. ¿Y cómo esperabas que yo supiera algo como eso? Ni puta idea de que sea una batería.

Aún así regó las hojas que había traído con él y las extendió por la mesa. Las páginas eran caóticas, desordenadas y superpuestas con anotaciones encima de las anotaciones.

—Estoy comprendiendo tu escritura futurista de mierda, así que podré adaptarme. Solo dime cómo le devuelvo la vida a la computadora y al resto de cosas para seguir trabajando.

—Con un cargador. — le dejó un par de dumplings de camarón en un plato junto a un tazón de fruta y palillos. — come y te enseño como ponerlos a cargar.

XingChen miró a la serpiente recordando que su compañero a veces la dejaba suelta y que la primera vez que vio al animal suelto casi se muere del susto.

El delincuente se burló de él, poniendo una sonrisa maliciosa y juguetona en sus labios.

—Jodidamente didáctico, gracias, porque por supuesto lo que es un cargador.

Y, naturalmente, XingChen puso los ojos en blanco—. Será más educativo cuando te lo enseñe.

Xue Yang se rió de él, comenzando a encontrar los gestos ridículos del otro chico algo entrañables, y alzó una ceja al ver una comida tan... bueno, más que decente en el plato. Al parecer, éste Xiao XingChen aprendió a no provocar intoxicaciones alimentarias.

Comió con calma, riendo un poco—. Solo te tomó más de mil años aprender a cocinar, te felicito.

Aunque sabía algo... diferente a lo que estaba acostumbrado.

—Entonces, Daozhang, ¿cuál es tu carrera?

Xiao XingChen se llevó un dumpling a la boca y, cuando terminó de masticar, respondió la pregunta

—Programación. Es un dolor de culo, pero no me arrepiento de estar en esta carrera. A las nueve debemos salir para llegar a tiempo al museo.

Xue Yang hizo un ruido evasivo con la boca, había oído solo un poco de eso en un vídeo y ya lo encontraba una aberración de la humanidad.

—Mis condolencias. Aunque pensé que no hacía falta ir a esa cosa, ¿por qué es tan importante?

—Bueno, ya pagué los boletos así que iremos. Sirve que te enseño a andar en la calle y el resto de lo que no viene en los libros.

El delincuente resopló, sin encontrarle sentido, y poco después el maullido de Shuanghua a su costado casi le hizo caerse de la silla, mirando al animal con recelo. Jodidamente sí, un hombre con una serpiente en el cuello temiendo a un gato. Inspirador.

¡La salvación del villano escoria! ✿┊ XiaoXue/ XueXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora