¡Hola, Kuizhou!

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—Espera. Aquí yo--

—Ya sabemos —dijo Xingchen, ante de que comenzara el drama—. Me aseguraré de que nadie intente hacerte daño.

Esta vez, podía afirmar que lo protegería a toda costa, puesto que este Xue Yang venía de una época donde tenía sus manos absolutamente limpias y no había nada en él que pudiera ser indicador de peligro para nadie; e incluso se atrevía a decir que éste mundo era peligroso para alguien como él.

¿Pelearía contra quienes quisieran hacerle algo a Xue Yang en pos de cobrar cuentas?
Por supuesto, y no se arrepentiría.

Song Lan tampoco dijo nada por sí mismo, pero pensó que Xingchen tenía razón hasta cierto punto y el razonamiento detrás de las palabras era lógico: si la reencarnación del delincuente en verdad era una buena persona en su era, no tenían ninguna excusa por la cual no protegerlo.

Xue Yang no sabía si quería reír o llorar con la actitud de esos dos en torno a él.

—¿Hacerme daño? ¡Las personas aquí temen que yo les haga daño a ellos!

Si todas las atrocidades que había leído en el libro durante el periodo de su infancia-adolescencia en Kuizhou también había pasado allí... joder, el villano escoria era peor que el presidente de China, excepto que el presidente por lo menos se 'preocupaba' por el país.

Esa mierda era deprimente.

—¿Podrían fingir que me arrestaron, al menos? Estas personas son una mierda y no me ayudaron cuando era niño, pero tampoco merecen creer que uní a dos cultivadores de renombre y a una niñita ciega al lado del mal. Rompería sus corazoncitos.

—No voy a fingir nada. —el cultivador de blanco lo miró, con una expresión que hablaba de firmeza—. Sólo-- no les hables y no llames la atención. Intentaremos encontrar posadas y evitarás salir lo menos posible para evitar líos.

A XingChen no le gustaba la idea de fingir traerlo preso, porque eso significaría amarrarlo con cuerdas de restricción espiritual y tratarlo como si fuera un delincuente nocivo. Y ahora que sabía que no era así, no quería maltratar más al pobre chico de lo que posiblemente ya lo había hecho en su último viaje, antes de conocer el contexto general de la situación.

Aunque también entendió la inquietud del otro por lo que probablemente se diría de eso.

Después de todo, era Xue Yang.

—O-- si al menos te hace sentir mejor... sólo las manos, si tanto te preocupa.

—¡Adelante! — Xue Yang ni siquiera se resistió, poniendo ambas muñecas juntas al frente en espera de que lo ataran con esas cuerdas raras que limitarían el flujo de su núcleo dorado.

E intentó muy fuertemente pensar en ese gesto como algo no fetichista, sacado de un libro de 50 sombras de Daozhang. Venir del futuro y de sus bromas descuidadas sobre intimidad tenía desventajas en momentos como esos. Especialmente porque no podía hacer el chiste sin que el cultivador lo golpeara con su batidor de cola de caballo.

Song Lan alzó una ceja ante el entusiasmo del tipo por ser atado. Bueno, al menos ya le quedaba claro que no tenía ni pizca de delincuente.

Y A-Qing, más cerca de Song Lan que de los otros dos, frunció las cejas ante esa actitud, aún sospechando.

—¿Qué cosas hiciste aquí como para que tengas que fingir eso?

Xue Yang vaciló.

—Lo mismo que tú, sobrevivir. —evadió hablar de las amenazas, los intententos de homicidio y los homicidios. Cofcof—. No me tienen mucho cariño.

¡La salvación del villano escoria! ✿┊ XiaoXue/ XueXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora