Prólogo

849 34 1
                                    

20 años antes, narra Elijah

No sé qué pasó, ni dónde me encuentro. Siento algo moverse a mi alrededor, ¿es un animal? ¿Alguien? No lo sé, la verdad. No sé qué pasa aquí. Escucho ruidos por todos lados, ¿cómo hago eso?

Siento una pequeña mano en mi cara, se siente tan cálida y delicada. Esa mano recorre mi cara y luego me aparta su delicada parte del cuerpo y siento frío, mucho frío. Si pudiera moverme, lo haría, pero no puedo. Quiero abrir los ojos, pero algo me impide hacerlo. Me siento demasiado débil, como si llevara sin comer durante años. 

-¡Reina! -Oigo gritar a alguien que se acerca a donde quiera que me encuentre. -Reina, ¿dónde estás?

-Mami, estoy aquí... -Grita una voz de niña. No la veo, pero siento que está muy cerca de mí. ¿Fue ella quién me ha tocado hace un momento?

-Reina, mi amor, no puedes irte así como así. -Habla una mujer cada vez acercándose más.

Ambas hablan en otro idioma, si no me equivoco es español. ¿Entiendo yo ese idioma? ¿Cómo es posible? No lo sé, ni siquiera sé dónde estoy y dónde me encuentro. Y lo más importante: ¿quién soy?

-Mami, mira... -Siento que la niña corre por mi alrededor, no puedo moverme. -Es una persona tirada en el suelo, ¿está muerto?

Su madre, porque deduzco que lo es, me observa. ¿Cómo lo sé? Siento sus ojos recorriendo todo mi ser. También noto como la coge en brazos para alejarse de mí lo más pronto posible.

-Está muerto, mi amor... -Responde ella.

'Mentirosa' grita mi mente, no lo estoy y esa mujer lo sabe. No sé cómo puedo sentir los latidos de su corazón, están alterados y con un ritmo que hace que tenga ganas de abrir los ojos, pero sigo sin poder ningún músculo de mi cuerpo. Siento quejarse a la pequeña niña y se baja de los brazos de su progenitora para acercarse a mí. Mientras eso pasa, yo voy recordando quién soy poco a poco. Muchas imágenes vienen a mi mente, pero son interrumpidas por la voz de esa pequeña.

-No lo está mami... -Repite la niña. -Yo puedo curarlo.

-Ni se te ocurra acercarte a él, Reina. -Grita ella.

Siento nuevamente las manos de aquella niña posadas en mi cara, pero baja a mi pecho. La siento cerrar sus ojos, no la veo, solo sé que es así. Una energía desconocida invade mi cuerpo mientras la mujer grita que pare, sin embargo, la pequeña rebelde no dice nada. Presiento que es una pequeña bruja y sonrío en mi interior. Escucho varios pasos de diferentes personas que llegan hasta el lugar donde nos encontramos. Sé que se asombran al vernos así, pero no importa ya. Desde que fui consciente de mi despertar, mi hambre ha ido creciendo, ya la pequeña está poniendo todo su esfuerzo en curarme. Un enorme cosquilleo en mi interior explota por fin, liberándome de lo que me tenía cautivo. Abro los ojos para ver mi alrededor, me toma solo unos segundos acostumbrarme a donde estamos; es un bosque donde hay una hermosa casa a dos metros de distancia. Por fin puedo contar a las personas que me rodean: son unas 15. Mis ojos se dirigen a la pequeña intrusa que me ha estado inspeccionando desde hace unas horas. Ella me mira con curiosidad.

-¡Monstruo depravado, aléjate de la niña! -Grita un hombre mayor.

Muchas personas empiezan a tirarme cosas y a gritarme cualquier salvajada, la insolencia es algo que no puedo soportar. Me acerco a ella para obligarla a que cierre los ojos y me enderezo para ver a las personas que me han atacado.

-Esa boca, no asustes a la pequeña... -Digo, sin más dilación, corro hacia él y sacio mi apetito. Después voy por otros dos.

La niña por alguna razón yo no he podido obligarla hacer lo que le pido, así que vuelvo por ella para hacer que cierre los ojos, pero ella se asusta al ver mi cara manchada de sangre y a continuación siento un dolor en mi cabeza que obliga a doblegarme. Grito de dolor, la niña se asusta aún más y unas personas la llevan dentro de casa. Es más, puedo observar que , aún en la agonía que me produce este dolor, la mayoría de la gente se mete en sus hogares. Sin embargo, hay otros individuos que prefieren seguir intentado acabar con mi paciencia. Intento moverme, pero no puedo, aún no tengo fuerza para acabar con esas brujas de mi alrededor. Eso me pasa por separarme de mis hermanos. Ya recuerdo quién soy: Elijah Mikaelson. Soy un vampiro Original, el mayor de la familia. De repente mi cuello se rompe y me desvanezco.

No sé cuántas horas he dormido o si han sido días. Quiero moverme y me siento encadenado, abro los ojos y veo mucha gente a mi alrededor. Son brujas, lo sé, los huelo a kilómetros de distancia, sin embargo, no siento a la pequeña niña que ha decidido desobedecer a su madre por salvar a un monstruo como yo.

 Son brujas, lo sé, los huelo a kilómetros de distancia, sin embargo, no siento a la pequeña niña que ha decidido desobedecer a su madre por salvar a un monstruo como yo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Un vampiro original, ¿me equivoco? -Dice una anciana y mueve la cabeza. -Eres un monstruo que no debió volver a la vida. -Vuelve a negar con la cabeza. -Mi nie... la niña no ha hecho bien.

-Una anciana... -La miro con desprecio. -Quién diría que una de las tuyas me liberaría. -Digo sarcásticamente. -No estaré por mucho tiempo aquí. -Comento. -Mis hermanos vendrán por mí.

-No si antes acabo yo contigo. -Responde otro brujo de ese aquelarre.

No me preguntéis cómo lo sé; no obstante, siento que mis hermanos están buscándome por todos los sitios. Ni siquiera sé dónde estoy pero ellos ya me han encontrado. Mientras pienso en eso, un sonido infernal me retumba en los oídos. Grito de dolor, me está quebrando por dentro, mis oídos y mis ojos empiezan a sangrar.

-¡¡ELIJAH!! -Grita mi hermana, la pequeña Rebekah.

-Hermano... -Se sorprende Niklaus. -Aparta tus sucias manos de mi hermano, bruja. -Demanda él.

Kol, nuestro travieso hermano, ha empezado a jugar con las brujas y brujos de la comunidad. Muchos de ellos huyen y otros simplemente intentan detenerlos. No sé porque pienso en la niña, aquel dulce inocente infante que me ha salvado. ¿Tendré el estómago de verla morir, después de haberme liberado de mi prisión?

Rebekah suelta mis cadenas y me da de comer a uno de los del aquelarre.

-¡MAMÁ! -Escucho gritar a una niña, no una niña cualquiera, la niña.

-Reina... corre... -Lo único que dice la agonizante de su madre mientras intenta contenernos con sus poderes. -¡Corre!

Kol, Niklaus y Rebekah empiezan a acercarse a la pequeña que se queda en shock. Pone sus pequeños ojos marrones en mí, como pidiendo ayuda de regreso. Me levanto para ir por ella, pero, la niña cierra los ojos. Ella conjura algo en un idioma extraño, mis hermanos empiezan a retorcerse. Me acerco a ella, pero me hace lo mismo.

-¡Hay que matarla Elijah! -Grita Niklaus.

-MATA A LA PEQUEÑA BRUJA. -Grita mi hermana.

-O, déjamela a mí, noble hermano. -Se burla Kol. -Yo me encargaré de la pequeña. Parece tan dulce y tiene mucho que aprender de la magia. 

-Esa niña tiene que morir, Kol. -Gruñe Rebekah.

¿Seré capaz de matarla? Supongo que sí, soy un monstruo. Intento ir por la niña, la cojo de la mano y ella coloca su mano libre en mi frente; ella entra en mis recuerdos y yo en los suyos. Esto no son recuerdos, son imágenes de vidas pasadas, estoy recorriendo su ascendencia. Ahora lo veo claro, esta pequeña es uno de los descendientes de una bruja que me condenó por siempre a no saber lo que significa amar siglos atrás. Si la mato, no sabré cómo deshacerme de la maldición, o ¿será qué si lo hago puedo liberarme por fin de ello qué tanto me atormenta? 

Paso una de mis manos sobre ella y cae en mis brazos inconsciente. Sin hacerle daño la sujeto fuertemente y desaparezco a súper velocidad dejando a mis hermanos recuperarse en esa aldea. ¿Qué haré con esta pequeña niña? ¿Seré capaz de matarla?

-Lo siento pequeña... -Susurro mientras no dejo de correr sin parar.

Durante una mirada (Fanfic de Elijah Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora