Una nueva vida

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Elijah

Después de nuestro beso fugaz hace unas cuantas horas por las calles del Barrio Francés, me di cuenta que necesitaba de ella. Hace solo unos momentos la tenía entre mis labios, sin embargo, nos apartamos para no dar el espectáculo delante de la gente.

Ella está bastante agitada, sus pulsaciones aceleradas casi a punto de explotar.

-Elijah... -Su voz me desconcierta cuando se acerca a mi oído derecho. -Vamos a casa... -Se muerde el labio mientras agarra mi brazo.

No la hago esperar, pago con tarjeta y la llevo a casa. No sé como llegamos a este momento, solo diré que he pasado días sin verla y me estaba quemando por dentro. Pensar tanto estaba volviéndome loco. No, ahora no quiero preguntarme si esto es producto de la maldición, hoy quiero terminar lo que empezamos en su comunidad.

Intento no ser muy directo, quiero que todo se dé de forma natural. Ella abre la puerta de casa, entra para descalzarse y quitarse el abrigo. Yo cierro la puerta detrás de ella, hago lo mismo. Mientras me da la espalda, me acerco por detrás desabrochándome la corbata y abriendo un poco mi camisa. Poso mis manos sobre su tripa abrazándola por detrás y dándole besos suaves por su cuello. Ella inclina su cabeza para darme espacio a seguir mientras una de mis manos se desliza por su garganta.

-Melinda, no creo que logre contenerme más... -Mi voz sale ronca mientras le susurro al oído. -Si me dices que pare...

Ella se da la vuelta para besarme, saltar sobre mí para que yo la sujete de las piernas mientras las coloco sobre mi cintura.

-Ni se te ocurra parar ahora Elijah. -Advierte entre profundos besos. -No quiero que pares... -Muerde uno de mis labios y yo sonrío.

No pierdo el tiempo y la llevo a gran velocidad a la cama para terminar lo que comenzamos antes de entrar a casa.

*****

La pasión y el deseo de esta noche hace que me entregue a ella con todas las partes de mi ser y mi alma. En el punto más álgido de nuestro momento mi otro yo sale a la luz y le da un mordisco en el cuello lo que me permite beber de ella. Mel no se queja, es más, parece disfrutarlo. Mis ojos se abren al ver que sana enseguida. Después de eso, seguimos amándonos hasta caer rendidos.

****

Mis ojos se abren asustados por lo que pasó anoche y la busco con la mirada solo para encontrar la cama vacía. ¿Dónde está ahora? Escucho el agua caer en el cuarto de baño. Me levanto desnudo y voy directamente hacia ella sin hacer ruido. Melinda está enjabonándose sin advertir mi presencia, así que me dispongo a abrazarla nuevamente por la espalda.

-Buenos días, señora Mikaelson. -Beso su cuello dulcemente.

-Bueno días, señor Mikaelson. -Suelta una risita mientras se mueve un poco para darme un beso en la comisura de los labios. -Pensé que lo había soñado todo hasta que desperté a tu lado.

-Pues no lo fue... -Sigo con mis manos ocupadas en su cuerpo. -Todo fue real. -Devoro su boca que tanto necesito.

-Para que me haces cosquillas... -Terminamos de jugar y nos duchamos del todo.

Mientras estamos vistiéndonos me suelta algo que me preocupa.

-Elijah, tu hermano vino a verme ayer en la noche.

-¿Niklaus? -Pregunto mientras la miro por el espejo. Ella asiente con la cabeza. -¿Qué te dijo?

-Nada del otro mundo. -Mueve los hombros. -Solo dijo que no debías haberme dejado sola.

-Hay algo más que atormenta esa cabecita, ¿verdad? -Pregunto porque sé que es así.

Ella termina de vestirse y se alisa el pelo.

Durante una mirada (Fanfic de Elijah Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora