La decisión

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Elijah

Al despertarme esta mañana no me imaginé todo lo que me iba a ser revelado. Gwen me llamó para que fuera a la institución que ella dirigía porque tenía cosas que decirme. Sinceramente estaba apunto de irme a casa a Nueva Orleans hasta que escuché la voz de Reina al otro lado de la llamada, entonces acepté ir. Ahora solo me pongo la ropa para poder salir. Antes que nada, llamo a uno de mis hombres para que se encargue del coche que tomé prestado ayer para venir a casa y salgo a alta velocidad para la institución.

Una vez llego, me dejan pasar sin dirigir ni siquiera una mirada, vaya, qué groseros en este sitio. Muevo mi cabeza en desaprobación y con calma entro hasta el lugar donde debo ir. La puerta de la sala de dirección se abre y veo a Gwendoline sentada en su silla arreglando algunos papeles.

-Buenos días, Elijah. -Es lo primero que sale de su boca. -Siéntate, por favor. -Deja las cosas que tiene en manos y me mira. -Tenemos mucho de qué hablar.

-Buenos días, Gwendoline. -Me dispongo a sentarme. Me arreglo un poco el traje y la observo. -Tú dirás, ¿qué es lo que necesitas decirme con tanta urgencia?

Se que está pensando la manera adecuada en comunicarme lo que sea que me tenga que decir. Toma una bocana de aire y me mira.

-Vamos a hablar de Melinda.

Toda mi atención se vuelca en esa mujer pelirroja con mechones blancos que está delante de mí. Hago una señal para que continúe y es lo que hace. Empieza hablarme de su ascendencia, que es algo que más o menos sé, y habla como llegó ella a quedarse con Reina.

-No sé si lo recuerdas, pero tú me entregaste a la niña cuando tenía 8 años y dijiste expresamente que la escondiera de ti. Y eso he hecho durante 20 años. -Me confiesa y me mira. -Sin embargo, tú al morir hace cuatro años, a Melinda se le activó algo de su pasado. -Mueve la cabeza negando esos acontecimientos. -Al no obtener respuestas de mi parte, se alejó de mí hasta ahora.

Suspiro de la impotencia porque Gwen dejó que Melinda se marchara.

-Elijah, como ya sabes Mel es descendiente de la mujer que te condenó a vivir sin amor de verdad. -Me dice algo que ya sé. La miro atento porque sé que hay algo más. -Y cuando me la diste, yo averigüe cosas de sus antepasados.

Se levanta a ponerse café y me ofrece una taza y se sienta nuevamente.

-¿Qué has averiguado de ella que te tiene tan preocupada? -Pregunto con curiosidad.

-Cuando te maldijeron, la tribu de Umarami también lo hizo con ella. -Da un sorbo al líquido. -Es decir, que su descendencia está maldita hasta que se pueda romper la maldición. Sabiendo ésto, la protegí mágicamente y la alejé de ti.

Mis ojos se vuelven oscuros porque estoy empezando a cabrearme al saber que esos desalmados pudieron maldecir a la mujer que amé. Y peor me siento al saber que Reina no tiene la culpa de llevar esa sangre.

-Reina tenía una marca como consecuencia de la maldición y yo siempre la he mantenido oculta hasta el día que se marchó de aquí hace 4 años.

-¿Qué estás tratando de decirme? -La miro en forma de cuestionarle todo.

-Que puede que tu vuelta se deba a que la sangre de Reina te estaba reclamando. Aunque ella no es consciente de eso. -Me mira preocupada. -¿No te das cuenta qué si hubieses resucitado en Nueva Orleans sería todo más fácil? -Al verla consternado, ella niega la cabeza. -Elijah, tu cuerpo se traslado donde ella estaba por alguna razón y es que estás unido a ella aunque ninguno de los dos quiera.

Analizo todo lo que ha pasado desde que volví a la vida y sí, tiene razón, no había motivo que resucitara a millas de mi hogar. Siempre fue ella, y no es la primera vez que sucede algo parecido. Cuando padre nos perseguía hace más de 20 años, terminó envenenándome y terminé en la comunidad donde Reina vivía.

Durante una mirada (Fanfic de Elijah Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora