Capítulo 18

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Cuando por fin nos recompusimos volvimos a lo que venía.

-A ver. Bailar es fácil y más la música que ponen en la escuela.

-Vale. ¿Cómo se empieza?

-Te agarras de tu pareja. En este caso, de tu compañera.

Lo hago. La cojo de la cintura y mi otra mano la llevo a la suya.

-Ni tenemos mucho tiempo de practicar porque es este sábado, dentro de tres días.

Ella responde a mis actos debilitándose. Sus piernas flaquean y tiemblan. Lo noto.

Acerco su pecho al mío y ella me coge del cuello metiendo sus dedos entre mi cabello.

Eso hace que me erice. No debería de sentir esto pero creo que si que me gusta tal vez.

Con el corazón latiendo a lo desenfrenado pego nuestros cuerpos sin espacio y sus ojos no se separan de los míos.

Procedo a hablar porque la cosa está muy tensa.

-Ahora tienes que moverte a mi ritmo. De lado a lado.

-Lo tengo.- dice haciendo lo que le instruí. Acatar órdenes se le da bien.

-Ahora sigue el ritmo. Pondré una canción de fondo.- digo separándome de ella viendo como puedo respirar de nuevo y ella igual.

¿Sabéis que es lo mejor de tener tanta tensión? Que adelgaza. El amor adelgaza. Y no es mentira, algún día os daréis cuenta.

Pongo la mítica canción que está de moda en mi móvil y me acerco a ella de nuevo.

Ella se me quedó mirando por el ritmo de la música.

-Es lo que seguramente pondrán.- respondí elevando los hombros.

La canción seguía sonando de fondo mientras nosotras íbamos poniéndonos en posición.

Su cara quedaba a centímetros de la mía. Aunque fuera un poco más alta que yo la puedo ver perfectamente.

Tiene pecas que es lo que más me gusta y sus labios delgados llaman a la tentación.

Ella me sonríe al ver que estaba viendo sus labios y le devuelvo la sonrisa.

Hablé con el hombre,
que vi en el espejo.

Ella se movía lentamente mientras la letra se confundía con nuestros pensamientos.

Me dijo deja que vuele,
y se vaya lejos.

La sonrisa que pone cuando se atropella con cada pie me enamora y hace que se me encoja el corazón.

Que si vuelve ese amor es tuyo.
Y si no vuelve nunca fue tuyo.

Nuestros cuerpos danzando, ella va cogiendo más ritmo.

Su mano apretándose en mi cuello mientras yo echo la cabeza para atrás para que haya más roce.

Y entonces sigue mi sabio consejo.

Y tu recuerdo, me está matando.

-Que bonita canción.

Yo en respuesta me acerco más pegando lo que queda de pecho.

Apoyo mi cabeza en su hombro derecho y noto sus corazón bombeando con rapidez.

Me rio en voz alta y ella me separa un poco para ver mi cara.

-¿De qué te ríes?

-No sabes controlarte.

-¿Eh...?- intenta decir pero justo la canción empieza su buena letra y yo me callo.

Nunca lo olvides, te sigo amando.

Tortura Explícita [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora