My Model (Hyunlix)

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Felix y Hyunjin salen del auto y suben las escaleras para abrir la puerta, al entrar lo primero que ven a la izquierda es la cocina, en donde se encuentra una señora tarareando una canción que lanzo Hyunjin hace 3 meses mientras cocina.

De repente la voz se le hace conocida a Felix que aun aturdido se dirige a la mujer mientras Hyunjin lo mira con una sonrisa.

-Nona-inquiere Felix.

-Mi niño hermoso-grita la mujer y abraza con efusividad a Felix quien también le corresponde el abrazo con fuerza.

Al ver Hyunjin a su tía abrazar a Felix, le recordó su infancia en donde su tía trabajaba para los padres de Felix y él iba a visitarlos cada que su madre lo llevaba hasta que ella murió.

-Nona, hace tiempo que no sabía de ti-murmuro Felix para luego volver a traerla a sus brazos-me hiciste mucha falta.

-Mi niño, no sabes cómo lamente no poder estar contigo, quise ir a verte cuando me entere del fallecimiento de tus padres, pero me dijieron que se habían mudado-dijo, para ver como los ojos de Felix se cristalizaban solo unos segundos antes de que los cerrara y volviera a sonreír.

Sigues siendo el mismo niño que oculta todo lo que siente detrás de una sonrisa-pensó aquella mujer.

-Sí, tuvimos que irnos, los recuerdos nos abrumaban-dijo Felix, alejándose un poco de aquella mujer.

Vivir con la muerte de sus padres era horrible, más cuando apenas tienes 15 y te los arrebatan de aquella manera, un maldito accidente, un borracho y los niños que quedaban atrás.

-Ya sé que eres un súper modelo-canturreo y fue a la sala.

Al volver a la cocina traía consigo todas las revistas en donde Felix había participado.

Para Hyunjin al ver a su tía y a Felix convivir de esa manera era lo más gratificante del mundo, sus dos perdonas favoritas en un mismo lugar, que más podía pedir.

Veía como a Felix se le alumbraba la mirada cada que su tía le mostraba las fotos que llego a recortar de los periódicos, todo lo relacionado con ese ángel, porque así lo llamaba su tía y Hyunjin no podía estar más de acuerdo.

-Voy por las maletas-anuncio Hyunjin para desaparecer por aquella puerta.

Felix observo a Hyunjin marcharse, así que era el, sabía que su rostro, se le hacía conocido, era el sobrino de su Nona, aquel niño que lo había hecho llorar cuando le dijo que ya no volverían a verse, pues su madre había muerto y él se tenía que ir con su tía.

Y por causa del destino, su primer y gran amor, porque si Felix estuvo enamorado de Hyunjin a los 10 años.

-Recuerdo, cuando ambos se besaron a escondidas debajo de aquel árbol que se encontraba en tu jardín-murmuro divertida Nona.

Felix sentía el calor subir por su rostro, agradecía que el maquillaje ocultaba el sonrojo que estaba teniendo.

-Nona, no digas esas cosas, éramos solo unos niños-apenado Felix dirigió su vista a Hyunjin que ingresaba en la cocina con las maletas.

-Quieres que te ayude- inquirió Felix.

-No-respondió obstinado Hyunjin pero cuando iba a subir las escaleras una de las maletas se le resbalo, tanto como Felix y su tía se rieron de su desgracia.

-Vamos, deja que te ayude-dijo Felix, agarrando la maleta que se le había resbalado.

Ya se reencontraron-murmuro Nona divertida viendo a ambos subir las escaleras.

Una menos-pensó.

Hyunjin guio a Felix hacia su cuarto, dejo las maletas sobre la cama y observo a Felix acostarse encima de ella.

-Tiene balcón-murmuro asombrado Felix.

-Sí y se conecta a mi habitación-explico Hyunjin.

Ambos salieron al balcón y la suave brisa los saludo.

-Así que este balcón conecta ambos cuartos-inquirió Felix-te molestare por las noches.

-Me encantaría-murmuro, pero al darse cuenta que no lo había pensado más bien lo había dicho se tapó la boca con ambas manos.

-Que has dicho-inquirió Felix con diversión, lo había escuchado, pero quería atormentarlo un poquito.

-Nada-respondió Hyunjin-si no hay nada más que quieras me retiro.

Felix se rio al ver a Hyunjin salir rápido de su habitación.

Creo que se olvidó que el balcón conecta ambos cuartos-pensó Felix.

-No hoy no lo voy atormentar, ya tendré tiempo suficiente-murmuro.

Felix se volvió a tirar a su cama y reviso su teléfono, para su mala suerte si había señal.

Así que decidió apagar su celular y disfrutar del silencio por unos minutos.

Ya saben, me gusta el amor, pero me gusta mas el amor que estos dos se tendrán.

Nos vemos el lunes.