My Model (Hyunlix)

11

La noche se hizo presente en aquella casa, en donde las risas de Nona y Felix, mientras Hyunjin los veía reírse en el sofá viendo un álbum de fotos.

-Oh y aquí esta Hyunjin, ese día fue cuando se conocieron cuando tenía 8 años –sonrió mirando la foto-ese día le dijo a su madre que se quería casar contigo.

Felix se rio por la forma en que Hyunjin se atraganto con el jugo que estaba tomando.

-Estas bien-inquiere Felix divertido, Hyunjin solo pudo sonreír.

Por qué me tiene que suceder esto pensó Hyunjin.

-Déjalo-murmuro Nona- ese se atraganta hasta con su saliva, no sé cómo es que rapea.

-Tía y si mejor dejamos a Felix ir a descansar-murmura Hyunjin.

Sabía que después de esas fotos venían cuando él era un bebe, no quería que Felix viera la foto donde estaba desnudo porque lo estaban bañando.

-Tienes razón-agarra de la mano a Felix-ve a descansar mi niño, mañana pueden ir a la playa a relajarse un poco.

-De hecho tengo algunas cosas que revisar antes de ir a dormir, así que cuando las termine ya podre dormir-le dio un beso en la mejilla a Nona y se retiró.

-Disimula un poco-murmuro Nona mirando Hyunjin.

Hyunjin estaba absorto viendo subir a Felix a las escaleras.

-Que-pregunto confundido.

-Que debes disimular un poco, lo miras como si fueras que lo quieres comer, vas a asustarlo.

-Tía, yo no miro así a Felix, además acaba de salir de una relación, estoy seguro que no quiere nada por ahora-murmuro Hyunjin observando su vaso de jugo.

Aunque le costaba admitir Felix estuvo con Changbin y debía dejar de lado sus emociones, esperar un poco para después intentar.

-Ni que se hubiera muerto, para que le guarde luto-dijo Nona revisando algunas fotos del álbum-además yo no lo veo mal por su ruptura, más bien lo veo feliz-se levantó del sofá-yo que tu no desaprovecharía este momento.

Nona se dirigió a la cocina y Hyunjin decidió irse a su cuarto, dejando el vaso en la mesita que se encontraba a lado de la cama, decidió ir al balcón, lo que no esperaba es ver a Felix mirando fijamente al cielo.

-Hey-murmuro Hyunjin llevando la atención de Felix hacia él.

-Hola-murmuro Felix, cerró los ojos al sentir una suave brisa- siempre he querido observar a la luna con el sonido del mar de fondo.

-Es relajante-exclama Hyunjin acercándose un poco a Felix.

-Lo es-concuerda Felix.

Hyunjin observaba el rostro de Felix, como sonreía cada que sentía una brisa golpear su rostro suavemente, algunos mechones volaban a la par de aquella brisa.

Sus pecas –pensó

-Tus pecas-susurro Hyunjin.

Felix se sorprendió ante lo dicho por Hyunjin y con rapidez tapo con su mano su rostro, se había olvidado, se desmaquillo para poder dormir, pero la vista de la luna, lo había llamado.

-Por qué las escondes-se apresuró a decir Hyunjin, sin darse cuenta de la cercanía de ambos.

Felix miro a Hyunjin para luego ver la mano de Hyunjin bajar la suya para poder ver mejor sus pecas, dejando una sensación de calidez atravez de aquel toque inconsciente de ambos.

-No me gustan- susurro Felix.

Sabía que por la distancia Hyunjin podría escucharlo perfectamente.

Pero a mí me gustan-pensó Hyunjin.

-Son hermosas-dijo Hyunjin-quien te hizo creer que debías ocultarlas.

-Changbin...-comenzó Felix.

Y Hyunjin nunca había sentido esas ganas de salir corriendo a golpear a alguien.

Con sus manos sostuvo el rostro de Felix, haciendo que lo observara de inmediato y no digiera palabra alguna.

-No importa lo que él diga o lo que digan los demás, Felix tus pecas son hermosas, si me dieran oportunidad las miraría por toda mi vida, para que tendría la necesidad de mirar las estrellas cuando puedo ver tus pecas.

Felix sentía el calor subir por su rostro, Hyunjin sabía que decir y hacer para acelerar su corazón de esa manera.

Esos labios-pensaron ambos.

Ambos tenían la necesidad de aquel beso, de apoco la distancia iba disminuyendo pero un grito proveniente de la playa logro que se separaran.

-Tengo que ir a dormir-murmuro nervioso Felix.

-Si yo también-murmuro Hyunjin.

Felix se adentró a su habitación y cerró la puerta, Hyunjin soltó un suspiro y se recostó por la barandilla.

Ambos conscientes de aquella agitación en sus pechos.

Nos vemos mañana.