Reflexión

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La vida parecerá algo grande, tan extensa como un caudaloso río que desemboca después de un largo trayecto, pero no es así.

Muchas veces nos arrepentimos de cosas, de decisiones que tomamos que realmente no nos hacían felices y cuando llega la hora de la verdad nos damos cuenta de que perdimos nuestro tiempo por cortas palabras, por gestos simples y emociones mal expresadas cuando debíamos abrirnos paso ante la corta dicha que tenemos al vivir, al pertenecer a este mundo.

¿Por qué no hacer lo que queremos y demostrar lo que realmente nos importa? ¿Por qué no acercarnos a nuestros seres queridos y decirles cuánto los amamos? ¿Por qué cerrarnos a la posibilidad de ser únicos y especiales ante los ojos de quienes nos rodean?

Esto, mi pequeño lector, es una pequeña reflexión que te brindo. A veces nos negamos a sentir, a mostrar nuestras emociones y no es por ser fríos o malvados, sino porque no estamos preparados pero...

¿Está preparado un cirujano para operar a un pequeño el cual sabe que no tiene probabilidades de sobrevivir? ¿Lo está un trabajador honrado cuando llega a su casa y ve a su familia llorando la muerte de un ser querido?

Nadie se encuentra listo para hacer lo que se debe, pero de eso se trata, de luchar por estarlo aunque nuestro cuerpo nos diga que no damos más, aunque sepamos que nuestra labor es más fuerte que nosotros mismos y sobre todo cuando nos demos cuenta de que la misma es brindar apoyo y afecto a quienes nos importan pues llegará un momento en que será demasiado tarde, porque aunque parezca larga, la vida no es más que un efímero caso donde mientras más ofrezcas más cosas lindas se quedarán en nuestras memorias.

Vive, siente como nunca y no olvides que jamás vas a estar solo...

Colección De RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora