Ojos grises en mi infierno

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Había una vez una chica enamorada... ¿A quién engaño? Solo conocí por poco tiempo lo que era el amor y eso fue lo que me condenó a vivir en el infierno.

Mi nombre es Anannith y llevo varias décadas en el infierno por... travesuras que en vida hice suponiendo que todo esto del juicio divino era falso ¿Quién iba a pensar que la vida después de la muerte existía?

De seguro tienen curiosidad debido a las películas y series sobre como es mi infernal hogar y se podría decir que no es para nada como lo describen. En primer lugar cada día nuestras almas son sometidas a castigos relacionados con los pecados que cometimos en nuestra vida, la mayor parte de las almas están encadenadas, pero llega un momento que con inteligencia, tratos y poder puedes liberarte de dichas cadenas y ya ahí la cosa se vuelve divertida.

Yo me liberé hace dos décadas, aunque para ser sincera aquí el tiempo no transcurre como en la vida mortal, más bien se podría decir que si no llevas la cuenta tú o te haces aliado de uno de los 7 demonios ni siquiera sabrás cuánto tiempo ha pasado.

Pues en mi caso me gané el odio de Leviatán, el demonio de la envidia aunque no ocurrió lo mismo con Asmodeo, la lujuria y gracias a eso mis cadenas y castigos ya no existen, sino un bello cuerpo demoniaco y una gran fuente de poder ¿A cambio de qué? De ser su perra, aunque serlo me da muchos privilegios y la semi libertad que quería.

-¿Pequeña diablilla qué haces por aquí? -es Virkimad, mi compañero de travesuras quien me habla puesto a que no estoy al lado de mi señor.

-Tengo un rato libre hasta escuchar el llamado de mi señor, así que pasaba por aquí y quise ver en qué lío te metiste.

-Ja, pequeñuela solo atormenté algunas almas aunque hay una en específico que me llama muchísimo la atención...

Le dejé de escuchar cuando comenzaron los chillidos del día, aquellos que alguna vez salieron de mi boca pues los castigos son dolorosos, demasiado. Sin embargo entre todos se escuchaba una risa, había alguien que los estaba soportando y además de ello se reía con las torturas.

-¡Anannith! -me gritó Virkimad -. Presta atención zorrita. Esa es el alma que te comentaba.

-¿La que se está riendo? -asintió -¿Qué planeas hacerle?

-Sabes bien que quiero iniciar una rebelión contra ciertos estorbos que nos quitan nuestro poder, aunque no pertenezcamos al mismo amo todos aquí buscamos lo mismo y es no volver a caer en las malditas cadenas. Nos estan midiendo, zorrita y tenemos que buscar a los más fuertes y devolver a su lugar a las escorias.

-¿Y ese nuevo qué pinta en tu plan?

-El nombre que adquirió en el infierno es Volgaron, aún no conozco por completo lo que hizo en vida, pero se comenta que carga con sus pecados y los de otra persona. -notó que no comprendía y prosiguió -. Que por sus acciones otra persona fue condenada y eso es lo que lo mantiene encadenado.

Me estaba comenzando a interesar la historia, así que me acomodé al lado del musculoso y alto demonio que me acompañaba, el cual parecía bastante humano salvo por el color cobrizo de su piel.

-Se comenta que sufrió de muchos abusos en su niñez, peor aún, siendo adulto el muy marica se dejaba prostituir por sus tíos. La tía fue quien inició todo el día que se enteró que su polluelo ya no era virgencito. -el deje de burla en la voz de Virkimad era claro.

-¿Y sus padres? ¿Permitían eso? -pregunté algo confundida porque hasta los peores demonios habían sentido afecto en vida por sus hijos.

-El marica fue huérfano y jamás volverá a ver a sus padres, están en el cielo -ahora comprendía todo -. El caso fue que dicen que Volgaron se enamoró de una chica, con la cual tuvo una relación de un año a escondidas, hasta que su tía lo descubrió. -se detuvo.

Colección De RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora