Capítulo 8.

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Noviembre había llegado y con él, las peores semanas de mi vida. Kate y Hannah no me dirigían la palabra después de lo que pasó aquella noche. A pesar de haber discutido con Louis, seguía insistiendo con que nos viésemos. Intenté en todo momento evitar a Harry, y sobre todo, en lo que más recae el peso es en esa maldita mascara blanca de plástico, aun tirada en el suelo de mi habitación.

Todo parecía un maldito infierno. Jamás me había peleado con mis mejores amigas. Pero después de lo que hice, es normal que estuviesen enfadadas conmigo. Por otro lado Louis estaba siendo muy amable y considerado. Siempre me hacia reír. Ya que ahora mismo, muy bien no es que lo esté pasando. Harry, ¿Qué decir de Harry? Después de aquel beso no hubo explicaciones. No tengo ni idea de a qué está jugando, pero este juego no me gusta nada. Y para rematar, la mascara. Debía devolvérsela a aquel tipo cuanto antes. Necesito liberarme de esta presión que me persigue y acabar con esto de una vez.

-¿Ella? -Louis alzó una ceja al ver que no le prestaba atención. Se me había olvidado que estaba hablando con él en el campus. A veces hasta se me olvidaba quien era yo misma-. Te estoy hablando.

-Perdona Louis, yo estaba...

-No le des más vueltas, todo estará bien en un abrir y cerrar de ojos -besó mi pelo y después pasó su brazo alrededor de mi hombro-. Me parece que es hora de volver a clase.

Louis se levantó y tendió su mano para ayudar a ponerme en pie. La tomé entre las mías y de un suave impulso me levantó. Caminamos cogidos de la mano hacia la entrada. Las atención de los estudiantes se fijo en nosotros. Solté un pequeño bufido, exhausta de los rumores que corrían por la universidad sobre Louis y yo. Esté me miró y sonrió como si no pasase nada. A cambio le devolví la sonrisa y continuamos caminando. Una vez dentro, fuimos directamente hacia la aula en la que nos tocaba, pero para mi sorpresa me choqué bruscamente con Kate.

-Lo siento -dije casi susurrando.

-La próxima vez, mira por donde andas -soltó brusca y me miró con cara de asco.

La miré impresionada por lo que acababa de decir. Kate era muy rencorosa, pero nunca lo había sido conmigo. Louis me puso detrás de él y se encaró con Kate.

-Andate con cuidado.

-Pero mira quien tenemos aquí, el imbécil que da patadas a los balones.

-Yo daré patadas a los balones, pero tú eres una falsa ¿Como le haces eso a tu amiga?

-¿Amiga? Ja, en tus sueños. Ella es una maldita traidora.

-¡Basta! -exclame con los ojos llorosos.

-¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? Aquí la única traidora eres tú.

Dicho esto Louis le dio la espalda para envolverme entre sus brazos y estrecharme contra él fuertemente. Aproveché el momento para abrazarle cuan fuerte podía. Tras eso me sentí mejor y aparte las pequeñas lagrimas que quedaban en mis ojos. Louis cogió mi cara entre sus manos y la acercó a su boca, sellando nuestros labios después. Sentí una chispa recorrer todo mi cuerpo y fue entonces cuando le devolví el beso de vuelta.

-¿Interrumpo? -la voz de Harry retumbó en mis oídos-. Intento pasar.

Miré a sus ojos verdosos y observé como una mueca de disgusto estaba plasmada en su cara. Aparté rápidamente la mirada y entré a clase. Harry siempre estaba detrás de mí, era como mi sombra.

Gire la cabeza para mirar dónde se había sentado. Normalmente se sentaba delante de mí, sin embargo esta vez no lo hizo.

Su mirada se encontró con la mía y levantó su ceja, haciendo una mueca desagradable antes de dejar de mirarme. Algo le pasaba a Harry, y ese algo que le pasaba tenía que ver conmigo.

Intente centrarme el resto de la case, pero fue inútil. La culpa y preocupación me reconcomía por dentro y no podía soportar esto más.

Así era mi vida, un camino lleno de piedras con las que tropezar continuamente.

****

Los días pasaban y mi esperanza por recuperar mi antigua vida disminuía. Kate y Hannah no me hacían caso, Harry me miraba con mala cara y después estaba Louis, el único amigo que me quedaba. Aunque a veces dudaba de si eramos amigos o algo más.

Apenas les tenía en cuenta, mis pensamientos estaban demasiados ocupados por él, por el chico enmascarado. Cada día le veía observarme a los lejos, seguramente estaba esperando a que le diera aquella máscara. Muchas veces tenia la necesidad de dársela y librarme de aquella persona, pero algo me lo impedía.

¿Por qué esa insignificante máscara blanca era tan importante? ¿Qué tenía de especial?

El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos, cogí la mochila y eché un vistazo a la máscara que se encontraba en el interior de esta y abrí la puerta. Iba a acabar con esto.

-¿Estas lista? -dijo Louis después de depositar un beso en mi mejilla.

Asentí y nos montamos en su coche, dirigiéndonos a la universidad. En el camino, Louis me hablaba sobre los próximos partidos que tenía mientras yo fingía que estaba interesada por el tema. Cuando llegamos, me besó y después se marchó corriendo hacia la pista de entrenamiento. Todavía no me acostumbraba a los puntos que le daban de besarme, y creo que nunca lo haría.

La entrada del instituto estaba casi vacía, todos los alumnos ya estaban en sus respectivas clases. Saqué la máscara de mi mochila y esperé a que saliera de dónde quiera que se escondiese.

Cuando estaba a punto de darme por vencida, pude detectar como salía de un callejón y volvió a entrar. Era hora de poner fin a esto. Rápidamente crucé la carretera y entré al callejón.

-¿Por qué has tardado tanto? -dijo mientras intentaba poner sus manos sobre la máscara.

-¿Qué tiene de especial esto para que lo desees tanto?

-Dámela.

-¿Qué tiene esta máscara que no tenga esa? ¿Por qué llevas mascara? ¿Quién eres, maldita sea?

-¡No te voy a decir nada, dámela ya!

Estaba cabreada con él por no responder mis preguntas, con mis amigas y con Harry por dejarme de lado y en especial conmigo misma, por ser tan estúpida. Estaba tan cabreada con todos, que perdí los estribos y rompí aquella máscara.

-Fin de la historia -susurré mientras me alejaba y dejaba solo a ese desconocido.

Unas manos se posaron en mis hombros y me dieron la vuelta en breve. La mascara blanca cerca de mí. La mirada clavada en la mía. Ojos llenos de furia y lágrimas. Un momento, estaba... ¿Llorando?

-¡No sabes lo que acabas de hacer! -gritó zarandeándome.

-¿Qué demonios te pasa? ¡Déjame en paz!

Me soltó bruscamente e hizo que me cayese. Le miré asustada y este se quedó paralizado. Se dio la vuelta y recogió la mascara, para después acercarse a mí y sostener las dos mitades entre sus manos.

-¿Ves esto? ¿Ves esto Ella?

Asentí asustada y me lanzó una mirada asesina. Acercó los trozos hasta que los tenía frente a mis ojos y volvió a mirarme.

-¡Dímelo, maldita sea!

-Llo veo -susurre tartamudeante y tragué saliva.

-No te oigo, Ella.

-Lo veo -dije y esperé a que continuase.

- Tienes idea de lo que has hecho?

-Nno.

-¿Tienes idea de lo que has hecho, Ella?

-Solo es un trozo de plástico.

-¿Un trozo de plástico? ¿Eso es lo que es para ti, no? Se acabó, si tenias pensado que te librarías de mí, estabas muy equivocada. No te vas a librar de mí jamás, ¡Jamás!


Two Faces ~ Harry Styles ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora