Two Faces ~ Harry Styles ~

Capítulo 15.

Desperté sola en la cama, quizás Harry se marchó para no tener que verme. Me senté en el borde de la cama y estiré mis brazos. Había dormido mejor que nunca. Puse mis pies sobre el frío suelo y anduve descalza hasta la puerta, la abrí un poco y un olor dulce llegó a mis fosas nasales. Dejándome llevar por mi instinto, baje las escaleras y me encontré con Harry poniendo dos platos en una mesa. Parecía estar tomándoselo muy en serio. Me acerqué a él y le abracé por detrás.

—¿Ya has despertado, bella durmiente?

—No son ni las diez de la mañana.

—¿Y eso es pronto para ti? —rió mostrando sus perfectos dientes—. Anda, siéntate y desayuna que tenemos que ir a por el boletín de notas, por si no lo recuerdas mañana nos vamos.

—Oh, mierda, las notas.

—Sí, eso mismo. Vamos, date prisa.

Desayune a toda pastilla y subí las escaleras corriendo. Entré en la habitación y cogí mi ropa. La nata se había secado y no veía ningún rastro de ella, así que no tenía más remedio que ponérmela.

Miré a ambos lados e incluso atrás para asegurarme que Harry no estuviese y me quité su camiseta. Volví a olerla una vez más y sonreí.

—Si quieres, puedes quedártela.

Me giré y puse la camiseta contra mis pechos. El rubor se extendió por mis mejillas rápidamente. Miré a Harry a los ojos y este se relamió. Mordí mi labio nerviosa, no sabía bien que hacer. Sin duda estaba en una situación muy incómoda.

—¿Podrías irte un momento?

—Estoy en mi habitación —sonrió de lado y dio un paso hacia mí—. No tienes nada que temer —dijo a mi oído y me estremecí.

Entré rápidamente al baño y me cambié. Salí fuera y Harry ya no estaba. Agradecí bastante que no estuviese, si no hubiese sido demasiado incómodo. Bajé trotando las escaleras y abrí la puerta de la casa dispuesta a salir, pero la mano de Harry atrapó mi muñeca antes de que pudiese hacer nada. Tiró de ella hacia afuera y salimos juntos. Entramos en su coche y comenzó a conducir.

—¿Nerviosa?

—Mucho, hoy no es un buen día —resoplé angustiada, los nervios estaban pudiendo conmigo.

—¿Cómo que no?

—He empezado con mal pie la mañana.

—Pues este es uno de mis días favoritos.

—¿Se puede saber por qué?

—No todos los días me encuentro con chicas desnudas en mi habitación —sonrió pillo y le di en el brazo. No podía estar pasando más vergüenza.

***

Faltaban escasos minutos para mi turno y los nervios aumentaban. Era una buena estudiante, pero como todos, siempre se tiene buena racha en unos momentos y mala en otros.

Giselle Holbein salió de nuestra aula y eso solo podía significar una cosa, era mi turno. Crucé los dedos y abracé a Harry, lo necesitaba, estaba demasiado nerviosa. Cogí aire y entré en clase.

*Narra Harry*

Ella ya llevaba un buen rato dentro del aula y un mal presentimiento recorría por mi cuerpo. Conocía demasiado bien a la madre de Ella y era capaz de dejarla castigada toda la navidad por tan solo una asignatura. Eso era lo que temía, que no pudiese estar conmigo.

Sentí unos toques en mi hombro y me giré para ver a Hannah. Ella era una de las mejores amigas de Ella, pero no sé como la soportaba. Me parecía un poco superficial y no me gustaba nada.