II - Conociéndonos

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—N-No me veas — decía Adora tratando de cubrirse el cuerpo con la toalla.

—Tú... ¿tú qué haces acá?. —inquirió, viendo el cuerpo de Adora mientras ella misma se cubría el cuerpo evitando que la ojiazul viera más de la cuenta.

—Es mi nueva habitación. ¡Sal! ¡Sal de aquí! ¡No me veas!—A empujones Adora sacó a Catra del baño.

—Bueno, al menos tiene un excelente cuerpo.— Catra se ve su entrepierna y ve aquel bulto erecto. Una pícara sonrisa se pintó en sus labios y sacudió su cabeza para bajar a su cama.

Al salir, Adora estaba toda cubierta, llevaba un pijama de pantalones y camisa de mangas largas. Antes usaba camisones ya que su religión no le permitía usar pantalones. Pero como estaba en el nuevo colegio, prefería usar pantalones. Aun así, la mayoría de sus pijamas eran esos camisones del siglo XIX.

—Hola—le dijo Catra desde su cama, aún tenía una almohada en su entrepierna.

—H-Hola.—balbuceo tímidamente.

—Soy Catra— extendió su mano.

—Adora— tomó su mano.

—Muchísimo gusto— expresó, viendo lascivamente el cuerpo de Adora.

—Iré a dormir—Se excusó tan pronto liberó su mano y se giró hacia su cama.

—¿Cómo? si apenas son las 8:00 p.m—Miró el reloj al lado de su cama y si, esa hora marcaba.

—Es tarde. Por lo general, me acuesto a las 7:30 p.m.

—Vaya, tempranito—se burló.

Adora corrió las sábanas de su cama y apagó la luz de su mesa de noche para descansar. Catra sonrió, subió ahora si al baño y procedió a ducharse.

—Becada, pobretona y todo, pero está más que buena.— mascullo frotando su ereccion

Catra había nacido como cualquier otra niña, normal, pero a los pocos meses, comenzó a tener una pequeña protuberancia donde debería tener su clítoris y al pasar el tiempo tomó el tamaño de un pene como de un bebé de su edad. Los médicos explicaron que eso era algo poco usual pero que sucedía y si ellos gustaban podían removerlo quirúrgicamente, pero sus padres prefirieron que su hija decidiera. Desde temprana edad se sintió atraída por las niñas y decidió conservarlo. Le podría dar un buen uso al mismo y se lo estaba dando.

Mientras se duchaba continuaba pensado en lo poco que había podido observar del cuerpo de la rubia, pero lo suficiente para despertar aquel deseo en ella que en ese momento la llevaba a un orgasmo.

Bajó y encontró todo el cuarto a oscuras, recordó que la rubia le había indicado que dormía temprano, así que sin más remedio se dio la vuelta y se durmió. Pero cerca de las 5:00 a.m algo la despertó. Jamás nada la levantaba hasta las 7:30 a.m, hora que se cambiaba para ir a las clases. 

Para su sorpresa, ve a Adora arrodillada frente su cama orando.

—Oye, Madre Teresa—espetó—¿Sabes?, Si quieres orar, hubieras entrado a un convento y no a un colegio tan importante como este—se mofó de su compañera de cuarto.

—Tener una religión no me hace dejar un lado los estudios.

—Claro, Santa Adora—volvió a mofarse girándose para volver a dormir, pero los rezos de su compañera continuaron —¡Por Dios! ¿¡Te puedes callar!?—le gritó.

—Son mis rezos matutinos.

—¿Puedes hacerlo más tarde? ¿O en silencio?

—No, no puedo—le contestó irritada.

Corazón Contra Todo [Catradora G!P] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora