XXI - Un camino por recorrer

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Catra

La Doctora movía sus labios, pero no era capaz de entender lo que ella me decía. En mi cabeza solo se repetían una y otra vez como un interminable eco las palabras de "Lo siento mucho señora Prime" ¿Que rayos significaba eso?. ¿Acaso algo le pasó a Adora? ¿Le pasó algo al bebé? Pero mi estúpido celebro no reacciona y sigo aquí pensado y no entiendo nada. Era increíble como mi mundo se desvaneció por cinco palabras.

—¿Disculpe qué?— fue lo único que salió de mis labios—¿Le pasó algo a Adora?

—Ella está bien, ahora está bien, hubo complicaciones y perdió mucha sangre. Ahora esta en recuperación, tan pronto despierte podrás verla—suspiré con alivio, entonces me llegó... él bebé.

—¿Mi bebé?—note como dudaba.

—Creo que debe venir conmigo.

Comencé a sentirme muy ansiosa, sentía como mis manos sudaban mientras camino tras la doctora, vi que donde me llevaba era el área de los cuneros de los bebés.

Entonces me llevaba donde mi bebé ¿no?

Si me llevaba allí es porque estaba bien ¿o no?

¿Entonces que estaba mal? ¿Por qué me dijo que lo sentía? Las dudas golpeaban mi cabeza. Miré los cuneros y me pregunté cual sería mi bebé.

—Ponte esto—me dijo mientras me daba una bata color rosa, de esas que prácticamente son trasparentes y me dió un cubre boca. La obedecí, me los puse sin pensarlo y volví a seguir a la doctora, me llevó entre los
cuneros y yo solo pensaba cual sería mi bebé.

Entonces lo ví y sentí el miedo.

No podía ser. Me quería morir, eso no podía ser.

En un cunero apartado, mejor dicho, en una
incubadora neonatal había un bebé. Se veía demasiado pequeño e indefenso, sus ojos estaban tapados con unas gasas y un tubo estaba en su boca. Mi corazón estaba roto por completo, sentía las lágrimas picándome los ojos y ese horrible nudo en la garganta.

—Es mi... es mi...—estúpida voz que no me salía.

—Si... es su hijo... Lo siento mucho... No calculé que la leucemia de Adora afectaría el crecimiento del feto.

—No entiendo—realmente no lo hacía, solo miraba a ese pequeño allí, tan indefenso y delicado.

—Él, no se desarrolló bien, pese que tiene 8 meses tiene el desarrollo de uno de 7 o hasta de 6. Sus pulmones no se desarrollaron del todo y no puede respirar solo, necesita ayuda hasta que maduren más. Aparte nació bajo peso, necesitará un tiempo aquí...Catra... existe una posibilidad de que no sobreviva, sus signos vitales son débiles.

—¿Él?— fue lo único que pude pensar después de tanta información tan horrible—¿Tengo un varón?

—Si, es un varón.

—¿Me puedo quedar con él?— pregunté ahora, mientras introducía la mano por los agujeros y acariciaba lentamente su bracito.

—Si claro, los dejaré un rato solos.

—¿Adora sabe?—volví a preguntar con aún más dolor.

—No, aún no sabe.

—No le diga nada aún.

Esto era mi culpa, mi hijo estaba así por mi culpa, yo fui quien lo rechazó todo el embarazo, yo fui quien no le dió su amor y lo resintió. Me dolía verlo tan pequeño. Sentía como mis lágrimas bajaban sin cesar. Recuerdo cuando Mia nació y la tomé en mis brazos, era tan gordita, sus mejillas rosaditas, entraba en todo mi brazo completo. Pero él era más pequeño que mi antebrazo.

Corazón Contra Todo [Catradora G!P] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora