Capítulo 17. Nombres enigmáticos

27 7 5
                                    

Ya estaba oscureciendo, debíamos de recoger todo.

Fue un día hermoso. Lo mejor de todo es que al fin había logrado ir con mis amigos a Duncan Down.

Pedí un Uber, era demasiado tarde como para ir en transporte público, y no porque precisamente fuera inseguro, pero, yo tenía ganas de ir en auto.

Suelo ser un poco especial... pero solo para ciertas cosas.

Cuando el carro me dejó afuera de mi casa, podía escuchar las risas y voces de mi papá y Cassandra. Enserio que amaba verlo feliz.

Entré a la casa y estaban viendo la serie de The Mandalorian.

-¿Qué tal tu día? -preguntó mi papá.

-Muy bien, gracias-miré las copas de vino sobre la mesa de centro-veo que ustedes también la pasaron bien.

-Oh, después lo limpiamos. Ve a descansar.

-Buenas noches.

-Descansa, hijo.

-Linda noche, Eros.

Me subí a mi habitación. Estaba jodidamente oscuro el segundo piso.

Encendí la luz de mi baño, me lavé la cara. Al levantar mi mirada hacia el espejo pude ver las notables ojeras con las que cargaba desde hacía años.

También vi una cicatriz no tan notoria que me había hecho a los 5 años en el parque, jugando con una rama.

Lo sé, suena estúpido que un niño pequeño tuviese una rama. Pero, ¿sabes? Si te la pasas toda la vida escuchando lo que los demás opinan de ti, jamás podrás escucharte a ti opinar.

Me recosté en la cama. Prendí mi celular; cero notificaciones.

Sí que era importante.

Por alguna razón estaba esperando un mensaje de Valentino, pero, creo que se había enojado.

No, sí que se había molestado; porque no me volvió a hablar durante algunas semanas.

Septiembre

Había estado tratando de evitar pensar en él, sin embargo, no podía, es que, simplemente él... Fionn.

Aquí va el contexto:

Fionn y yo habías estado pasando varios días juntos en la escuela, pero, había algo en su forma de actuar que me hacía sospechar de cosas, sospechaba que no era heterosexual.

-Te lo juro, Marielle, yo creo que me gusta.

-¿Qué? -me lanzó una mirada de confusión y sorpresa.

-¿Pasa algo?

-Sí. Hace tan solo unas semanas te gustaba Val, y ahora, ¿dices que te gusta Fionn? No te la compro.

-Creo que lo de Valentino sólo fue algo como... «amigos con derechos», ¿sabes?

-Pero...-miró hacia el suelo. Es obvio que sabía algo que yo no, pero, no dijo nada.

-A ver, sé que me ocultas cosas, muchas, de hecho, pero, si Val siente algo por mí, sólo dímelo. ¿Te ha dicho algo sobre mí?

-No. La verdad es que no.

Le lancé una mirada de desaprobación.

-De verdad. Al menos, no nada que tenga que ver con sentimientos.

Suspiré-está bien...

-Lo estará-musitó.

Seguimos caminando por el pasillo. De entre una de las puertas de los casilleros, sale Ciro. Debido a que yo estaba distraído pensando en lo que Marielle me había dicho, choqué con él.

Amor, el karma inevitable [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora