Capítulo 16. Paraíso sin jardín

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Pasábamos al lado del otro en los pasillos y no, no había contacto alguno.

Nuestra promesa de mantenernos lejos para que Ciro me dejase en paz aún seguía en pie.

Pasaron días en los cuales no hablamos por mensaje, sin embargo, cada que nadie nos veía nos sonreíamos.

Joder, hermoso chico italiano; ¿podría haber algo mejor?

Había momentos en los que me sorprendía pensando sobre la reacción de mi papá cuando le confesara lo que era. Estaba siendo yo, pero, no todas las personas en el mundo quieren que seas tú mismo.

Uno de esas tantas veces en las que me encontraba sentado en mi pupitre pensando, me vino a la mente mi propio nombre, Eros. ¿Quién era Eros?

Yo tenía la errónea idea de que yo era la personificación del karma o algo así; sin embargo, más tarde descubrí que esto no era del todo cierto.

Existen dos significados para los nombres, su significado como tal, y el significado que le da cada persona. Míralo así: Eros era el dios griego del amor, el sexo y la atracción sexual. Pero, cada persona le da un significado al nombre que llevan.

Idaly significa trabajo. Ella le dio el significado a su nombre demostrando el trabajo que nos costó sobrellevar todo lo que ocurrió desde aquel día.

Tenía que darle significado a mi nombre, pero, ¿cómo?

¿Sería esa mi misión de vida?

-¿Qué estás mirando? -pregunté.

-¿Eh? Ah, no, a nadie...

-Adara, ¿de verdad? No conoces la palabra «discreción».

-Ay, como que no te pregunté.

-¿Estás viendo a Jack?

Jack era un compañero de clase que iba en el mismo salón que Marielle. No es como no me gustara socializar, pero jamás tuve la necesidad de hacerlo con él; aun así, lo conocía lo suficiente como para darle razones a Adara de que le gustase.

-Mira, no sé tú, pero yo creí que era complicado que te gustase alguien.

-Ah, sí. Sobre eso, se llama ser demisexual y demiromántico.

-Ya, ya.

-Soy su amiga, y no quiero que eso cambie. Pero...

-¿Pero?

-Hay otra cosa, me parece que a él le gusta Arya.

Lo admito, sentí un poco de celos.

-Oh... entonces eso es un problema.

-Por supuesto.

-¿Y qué piensas hacer?

-Quiero confirmar mi hipótesis. Le voy a preguntar si es cierto o no.

Adara se alejó caminando. Marielle llegó segundos después.

-¿Adónde va?

-A preguntarle a Jack, el de tu salón, si aún gusta de Arya.

-Oh, ya veo.

Volteé a ver a Marielle.

-Tenemos que ayudarlos a que terminen juntos. Son nuestros amigos.

-No lo sé, Eros. No se pueden forzar las cosas.

-No estoy forzando, estoy ayudando.

-Chingao. Pues, ¿por qué no?

-Esa es la actitud. Tú investiga a Jack y yo a Arya.

-Bueno.

-Bueno.

Amor, el karma inevitable [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora