Capítulo 14. Tregua efímera

21 6 8
                                    

Abril

Vaya, el tiempo sí que pasa rápido cuando falta drama en la vida, ¿no es así? Estoy seguro de que en otro universo tuvo que haber ocurrido algo que durase varios, donde las personas se hayan tenido que aislar por completo por mucho tiempo. Pero, es solo una teoría. Vaya que me encanta realizar teorías.

Dios mío, -y no es que precisamente sea religioso-, pero, los meses se pasan y se pasan y se pasan demasiado rápido en mi mente. Una especie de película con todos mis recuerdos es lo que visualizo mientras escribo esto. Podrán haber pasado algunos años, pero, yo jamás olvido. Podré perdonarte, si lo mereces, pero jamás me olvidaré de ti si fuiste o hiciste algo importante en mi vida. Si la marcaste.

¿Cómo se supone que voy a contarte mi historia si en pocos meses pasan muchas cosas o, en su defecto, en muchos meses no pasa casi nada?

En caso de que sea así, pido disculpas por la falta de memoria o por el hecho de que «así es la vida».

La situación con Ciro comenzaba a agobiarme, yo tenía todas estas dudas acerca de lo que sentía, y ellos, simplemente no me dejaban. Landon comenzó a calmarse un poco, sin embargo, Ciro seguía y seguía con su jueguito del bullie fuerte y el gay nerd. Vaya, parece ser que la mente misma de algunas personas puede ser muy cliché.

Por su puesto que esto no es al cien por ciento su culpa. Muchas veces este tipo de mentalidad suele ser inculcada por la familia, amigos o personas cercanas y seres queridos.

A mí nunca me lograron inculcar nada. Yo ya pensaba por mi cuenta desde hacía años.

Para terminarla de acabar, Ciro pareció querer llevar las cosas más al extremo.

Yo iba pasando tranquilamente por el baño de chicos, me dirigía hacia la clase de artes de Dante. Cuando, en eso, escuché las voces de Valentino y Ciro. Los hermanastros ying y yang.

-¿Estás de su lado, «hermano»?

-Lo dices como si fuera malo.

-Trató de quitarte a tu novia.

-Para empezar, no me la intentó quitar. Su mentalidad bondadosa no se lo permitió. Eras tú quien trató de manipularlo. En segunda, ya no somos novios.

Se dibujó una sonrisa en mi cara. O eso parecía, porque, sentí la brisa tocar mis dientes.

Estaba feliz, pero no porque hubiesen terminado. Bueno, sí, pero no porque aún quisiera intentar algo con Arya. Nuestra amistad era más importante que un sentimiento que poco a poco comenzaba a abandonar mi agrietado corazón. Mi bonito y dañado corazón.

No. De hecho, estaba feliz por Valentino. Pensaba que era porque había encontrado la valentía para decírselo. Pues, pensaba mal.

-¿De verdad? Y, aunque ya no sean novios, con mayor razón puede ir tratar de vengarse. Aunque bueno, ambos sabemos que con lo marica que es y debido a su personalidad es muy complicado que si quiere se le pase por la mente volver a hablarle a Arya.

-Deja de decir esas cosas sobre Eros, te lo pido, por favor.

-¿Por qué tanto interés por alguien que resultó ser gay?

-Porque...-Valentino hizo una pausa, como si quisiera suspirar, cerrar los ojos, y al volver a abrirlos estar en cualquier otro lado menos allí. Calculó con cuidado sus palabras-porque todos merecemos respeto. Y, que quede claro, el que apoye a Eros no significa que también sea gay o tenga cualquier otra sexualidad.

-Eso dices tú. Donde descubra que también eres maricón o algo, de verdad, papá lo sabrá.

-Dile. No te tengo miedo ni a ti ni a él. Ni siquiera somos sus hijos realmente...

Amor, el karma inevitable [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora