Capítulo seis

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Cuando una persona nunca se ha enamorado es inocente por sus impulsos y prisionero de sus pensamientos

Heather

—¿Así que...? —No levanté la mirada, estoy completamente segura de que en el rostro de Emma había una sonrisa enorme.

—Dilo claro. —Segui con la mirada fija en el libro, leyendo sobre la historia de Bluery contra Reddey, quería encontrar algún hueco en la secuencia. Estamos en medio de una guerra como para estar sonriendo por... ¿amor?

Las hojas de los libros de mi planeta cambian acorde a quienes lo están leyendo. Cuando los lee Emma, son exactamente igual a un cuaderno de la Tierra. Si los leyera Lara, serían un caos, fuego por ahí y por allá. Ahora que lo hago yo, se asemeja a un vidrio con gotas cayendo sobre letras. Por esa razón me tardo mucho en acabar, ya que en cada momento desaparecen y hasta que se visibilizan nuevamente, pasa algunos segundos o minutos, dependiendo de que esté escrito.

Sinceramente a la única que envidio es a Sara, al tener telequinesis, provoca que lo que este escrito pase a ser una escena real, las cosas adquieren forma y termina más rápido de leer que cualquiera.

Pero regresando... Emma me toca un poco mi brazo, tratando de llamar mi atención por novena vez en menos de media hora.

—¿Te gusta muchísimo Leonardo? —Escuché una risa traviesa de Emma, sin embargo, no quería hablarlo con ella. Es más, con nadie.

Me da mucha vergüenza decir que ese humano hacía que mi corazón bombeara con fuerza mi sangre. Siempre fui considerada una reina antipática y reacia al contacto o sentimientos de los demás. Si soy empática con mis hermanas, solo que al recibir odio de muchas de mis iguales, uno se acostumbra a ser todo lo contrario de lo que realmente es.

—¿Quién fue a cuidarlo? —cuestiono. Quito su mano de mi hombro.

Se supone que Emma debía hacerlo hasta que termine con este libro. Eso fue hace dieciséis horas.

Me puse como meta acostumbrar a mis hermanas a la presencia de Leonardo. Por eso, decidí darles horarios y días para que lo cuidaran. No quiero obligarlo a convertirse en rey. No todas mis hermanas lo quieren. Sin embargo, tras todo lo que ha pasado con qué Reddey no lo deja en paz, resulta tan complicado como pensar en un segundo intento para que se quede con nosotras.

—No cambies el tema...—sin mover un solo músculo, la mire —, se supone que fue Marie.

—¡Emma! Ella tiene que ir con Lara o lo puede dejar solo para que lo maten —la regañé.

—Lo siento, tenía que venir asegurarme si sientes algo por él.

—Eso no te incumbe. —Cerré el libro con fuerza —. Vuelve a tu trabajo, voy a ir a verlo yo.

—Solo admite que te gusta y no te molesto más.

Rodé los ojos, levantándome del asiento. Ella es la tercera de nosotros y ahora es la tercera rueda de mi asunto con Leonardo.

—Heather ¿Por qué te cuesta tanto? Es normal sentir algo... —la interrumpí, con la mano encima de la puerta.

—Porque ni siquiera entiendo que debo sentir por Leonardo. Él es tan...tan... no sé. —Pensar en algo que no tengo ni idea me frustra. Me giré para mirarla. Ella está de pie, escuchando atentamente —. Me siento una idiota, porque no sé que hacer. No me gustaría incomodar o invadir su espacio, pero al estar con él, quiero quitar toda distancia entre nosotros. Cuando lo ví en la Tierra, siendo atacado por Cumer me desespere mucho. Tenía miedo de que no pudiera salvarlo y al verlo atravesado con la espada, mi corazón por unos segundos se detuvo y solo quise golpear a Riato por lastimarlo. Lo único que me salía era llorar. No estoy siendo eficiente y actuando como una reina. Eso no ayuda en nada. ¿Ahora me entiendes? Simplemente no se que decir, me vuelvo una completa tonta.

Reino sobre cenizas; Frenesí (Saga #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora