YOU BELONG WITH ME | BILLY HARGROVE

016

J | JAMES BYERS.

Han pasado unos días. Ya me han quitado el yeso y ahora estoy mejor. ¿Las cosas entre Billy y yo? Peleas y más peleas con ese hombre.

—¡Solo una jodido favor te pedí, Hargrove!-Lo empuje.

—¡Yo no tengo la culpa que seas una maldita nerd, Byers!-Me regreso el empujón.

Le había pedido a Billy de favor que entregara mi trabajo, por mi. Pero no lo hizo, así que le grite en el pasillo escolar en medio de todos los alumnos. Eso no me importo, me importaban más mis calificaciones.

—¡Es que yo contigo no puedo!-Me cruce de brazos.

—¡Ni yo contigo!-Me miró furioso.

—¡Byers! ¡Hargrove!-Grito el principal.—¡Ambos a mi oficina!

Caminé, aún de brazos cruzado hacia la oficina de el principal. Hargrove, quien iba a mi lado me dio un empujón.

—Camina rápido, idiota.-Dijo. Metió las manos a los bolsillos de su pantalón y camino a paso rápido.

—¡A mi no me empujes, imbécil!-Lo empuje.

—¡Señorita Byers!-Grito el principal.

—Ya, ya cállate.-Me dijo Billy. Tomó mis manos y me arrastro hasta la oficina de el principal.

—Señor Hargrove, suelte a James.-Miro las manos de el rubio, las cuales aún tomaban mis manos.

—Listo.-Me soltó.

—¿Me explican por qué es la quinta vez que pelean a gritos en los pasillos?-Se sentó en su silla.

—¡Todo es culpa de Hargrove!

—¡No te hagas la inocente James!

—¡Silencio!

—Señor director, disculpe usted. Pero, ¿no a visto que desde que llegó Hargrove vengo más a detención?-Me cruce de brazos.

—¡¿Que quieres decir Byers?!-Billy me miró Frunciendo el ceño.

—¡Que tú eres mi problema!-Lo apunte.

—¡Pues no me hables!

—¡Ni quien quiera hablarte!

—¡Cállate!

—¡Cállate tú!

—¡Cállense ambos!-Grito el principal.—James, explícame qué sucedió esta vez.-Suspiro pesadamente.

—Le pedí de favor a Billy que entregara uno de mis trabajos, ¡pero él no lo hizo!-Dije furiosa.

—¡Ese no es mi problema!-Dijo el rubio.

—Pero James le pidió un favor.-El principal miró a Hargrove.—Pero eso no les da el derecho a gritar en los pasillos.-Con su dedo índice nos apunto a ambos.

—Lo siento, Señor.-Desvíe mi mirada.—De verdad lo siento...

—James, sabes que tú beca está en peligro.-Dijo con voz más tranquila.—No queremos que te la quiten, ¿cierto?

—No, señor. Prometo que no volverá a pasar.-Mordí mi labio inferior con nerviosismo.

—Perfecto, pueden irse.-Sonrió.—Señor Hargrove, sea más amable con la señorita Byers.

—Sí, señor.-Sonrió falsamente y salió.

—El pago, James.-Dijo el principal, antes de que yo pudiera salir.