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J | JAMES BYERS.

Veía hacia la ventana de mi habitación, por la cual Billy solía entrar a altas horas de la madrugada. La cual siempre estaba abierta, pero ya no más, no desde lo sucedido.

Eran las cuatro de la madrugada y no podía conciliar el sueño, al parecer mi insomnio había regresado.

Estaba por levantarme de la cama e ir a la habitación de mi mellizo, pero unos toques en la ventana me hicieron exaltarme.
Camine hacia ella y fui a abrir la cortina.
Para después abrir la ventana, encontrándome con Billy.

—Solo vine a dejarte esto.-Me entregó una bolsa de supermercado.—Descansa.-Sonrió y se fue.

Me quede ahí unos segundos. Cerré nuevamente y volví a mi cama.

Encendí la lámpara y abrí la bolsa.

Galletas, jugo de guayaba unos chocolates y una caja de píldoras. Píldoras para mi ansiedad.

También venía una nota.

"Se que esto no arregla nada. Soy un idiota, siempre lo he sido, pero ya no me desquitaré contigo".

—Lo hubieras pensado antes, William.-Suspire.

Deje las cosas a un lado y me fui a la habitación de mi mellizo. Quien al ver que era yo quien entraba a su habitación extendió la manta hacia arriba y me dejó acostarme junto a él.

(...)

Ya era tarde, había decidido faltar a clases y mejor quedarme en mi casa mirando películas de terror mientras comía helado y más helado.

Fui a buscar pan para hacerme un sándwich, pero no había más. Así que fui al supermercado a comprar las cosas faltantes.

—¿Por que no fuiste a clases?-Pregunto alguien a mis espaldas.

Me giré quedando muy cerca de Billy.
Di unos pasos hacia atrás y lo mire.
Desvíe mi mirada y volví a girarme para seguir mi camino.

—No me ignores, James.-Me siguió.—Deja de hacerlo más difícil.

—Tu me pediste que te dejara en paz, ahora yo te pido que me dejes en paz, por favor.-Pedí.

Dejo de seguirme y yo agradecí internamente.

Compré las cosas y volví a mi casa.
Acomode las compras en su lugar y fui a mi habitación a buscar mi cuaderno de dibujo.

Todas las hojas estaban llenas de dibujos que había hecho de Billy. Quite las hojas y las tire al contenedor de basura.

El teléfono comenzó a sonar y fui a responder.

—¿Hola?-Hable.

—Jimmy.-Max habló al otro lado del teléfono.—Billy no deja de beber y cada día su padre lo tolera menos. Sus peleas son 24/7 ya no se que hacer, ambos me tienen cansada.

—Max, cielo... yo ya hablé con Billy y él no me hace caso.

—De verdad que duele verlo así... Se la pasa llorando en su habitación y ni siquiera sale a comer.

—Veré que puedo hacer...-Dije.

—Gracias, Jimmy.-Colgó el teléfono.

Ni Max ni Will sabían lo que había pasado entre nosotros.

Llame a Rose para pedirle de favor que le llevara comida a Billy.

Le dije que yo le haría algo y que pasara por la comida para que se la llevara.

YOU BELONG WITH ME | BILLY HARGROVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora