YOU BELONG WITH ME | BILLY HARGROVE

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B | BILLY HARGROVE.

Miércoles. Estaba en mi segunda clase y no había visto a James por ningún lado.
Sabía que seguro estaba ocupada en otras clases, pues estás no eran muy importantes.

Salí de la clase y alguien cubrió mi rostro con una hoja de papel.

—¿Que mierda?-Mire a la chica.—¿Que es eso, Stevens?-Le arrebate el folleto.

—Para que invites a Jimmy. Una fiesta de san Valentín, especialmente para las parejas de Hawkins.

—James dijo que eso no le gustaba.

—Pues te mintió.

—¿Enserio?

—Sí. Ella ama San Valentín.

—Mierda...

—Derek y ella se hacían novios únicamente en san Valentín para regalarse cartas, flores y chocolates.

—La invitaré esta noche.

—Recuerda que San Valentín es mañana.-Me dio una palmada en el hombro y se fue.

James iba saliendo de la biblioteca. Guarde el folleto en mi bolsillo trasero y fui hacia ella.

—Hola, guapa.-La tomé de la cintura.

—Hola y adiós, guapo.-Me beso.—Tengo clase.-Hizo una mueca y se fue corriendo.

Tropezaba torpemente y se disculpaba con cada persona que chocaba.

—Tan tierna.-Reí y fui a mi siguiente clase.

Me senté en uno de los asientos del frente y medio preste atención.

—Por fin.-Dijo una chica y se sentó junto a mi.

—¿Que quieres Maddy?-Pregunte sin mirarla.

—Nada, nada.-Sonrió.

—No molestes.-Me aleje unos centímetros de ella.

La clase continuó.
Maddy me hablaba una que otra vez, pero yo ni caso le hice.

Ya era hora del almuerzo así que tan pronto la clase termino, yo salí.

Iba pasando por los pasillos, cuando alguien decidió tropezarse conmigo.

—¡Fíjate por donde vas, idiota!-Grite furioso.

—Perdón, perdón.

—Oh. Hola, James.-Relaje mi enojo.

—Lo siento, no cuido mis pasos.

—Tranquila, a ti te perdono.-La besé.

—¿Gracias?-Rió levemente.—Mierda... Tengo que irme.-Dijo mirando su reloj.

—Pero es la hora del almuerzo.

—Tengo clases extra. Mi hora del almuerzo es en 30 minutos.-Corrió, pero regreso.—Si puedes, ¿me llevarías un café?-Me entregó un billete.—Te quiero.-Me beso.

—¡¿Que aula?!

—¡4-A!

—Esa niña...

Entre a la cafetería y tomé una bandeja para la comida.
Siempre me sentaba junto a mis amigos, pero siempre observaba a James.

—¿Que tienes?-Pregunto Tommy.

—¿Por que?

—Tienes la mirada perdida.

—Pues no tengo a quien mirar.

—¿Donde está la virgen James?

—No le digas así.-Le di un golpe.