17

624 57 20
                                    

El chico se separó levemente de mí, sonriendo con amplitud dejando ver aquellos hoyuelos tan característicos. Sonreí también inconscientemente al ver de quien se trataba y le di un gran abrazo.

— ¡Soob! ¿Y eso qué estás aquí?

— Lo mismo podría preguntarte a ti, en el instituto yo iba a más fiestas que tú.

Rodé mis ojos con diversión, mirando alrededor en busca de su amigo. El rubio notó aquello y puso su mano sobre mi cabeza.

— Tranquila, Yeonjun todavía no ha llegado, dijo que vendría más tarde.

Rápidamente me giré hacia él, con una expresión de sorpresa. — ¿Va a venir?

— Bueno, teniendo en cuenta que el organizador de la fiesta es su amigo...

De mis labios se escapó un pequeño "oh" y apoyé mi espalda en el respaldo del sofá, mirando como el chico imitaba mis acciones mientras mantenía su vista fija en mí con una dulce sonrisa.

— Estás preciosa, por cierto.

Aquellas palabras me tomaron de sorpresa, haciendo que mi cara se pusiera completamente roja y mi corazón se acelerase notoriamente. ¿Acababa de ponerme así por un cumplido de Soobin?

— Oh... G-Gracias...— Solté una pequeña risa nerviosa, haciendo que el chico ensanchara aún más su sonrisa.

No entendía por qué estaba reaccionando de manera tan vergonzosa, sólo me sentía así cuando estaba con Heeseung, pero ¿con Soobin? Lo conocía desde hace unos años y jamás me había pasado aquello.

Decidí levantarme de mi lugar para mirar a Soobin y hacerle un ademán con la cabeza para que me acompañara. — Vamos a por más bebida, tengo sed y así también podemos ver si hay comida o algo.

El rubio asintió, parándose a mi lado y caminando hacia la cocina, con intención de servirnos y seguir con la fiesta. Pero entonces, sentí como mi corazón se paraba en seco, haciendo que mi estómago se revolviese.

Era Heeseung, estaba con otra chica que no había visto nunca. Por lo que pude deducir, estaban tonteando porque la tensión sexual se notaba de aquí a Francia. Y de un momento a otro, la chica se juntó más a él para besarlo, haciéndome sentir una horrible punzada en el pecho.

Soobin se percató de mi cambio de humor tan repentino, mirando hacia dónde tenía clavado mis ojos. Sin pensárselo mucho, rodeó mis hombros con su brazo y cuando agarró una botella para salir de ahí, el ruido de esta hizo que el chico abriera los ojos percatándose de nuestra presencia.

Cuando nuestras miradas se cruzaron, Heeseung se separó de la chica sin quitarme la mirada y separó sus labios a modo de que iba a decirme algo, pero ignoré aquello completamente y con mis ojos cristalizados, salí de allí con Soobin para tomar un poco de aire.

No podía creerlo, ¿de verdad fue así de fácil como olvidó todo lo que, según él, sentía por mí?

Me senté con el rubio en uno de los banquitos que se encontraban en el jardín, apoyando mi cabeza sobre su hombro al mismo tiempo que este mismo acariciaba mi cabello. Me sentía traicionada, a pesar de no haber tenido nunca nada con Heeseung.

— Definitivamente, yo de ti me pensaría dos veces antes de entrar a la cocina en una fiesta.— Habló en un tono bajo, intentando bromear para animarme, cosa que sólo hizo que soltara un pequeño suspiro.

— ¿Por qué siempre me sale todo mal? ¿Acaso no soy suficiente para los demás?

— Yae, no digas eso.— Respondió con firmeza, acunando mi mejilla entre su mano para hacer que le mirara a los ojos. — Eres la chica más increíble que he podido conocer. Eres muy divertida, alegre, tienes bastante carisma y además eres preciosa, cada parte de ti es más bonita que la anterior... Las personas no saben valorar las cosas hasta que lo pierden, tú no eres el problema.

Sentí como mis ojos volvían a cristalizarse, intentando retener mis lágrimas lo mejor que pude debido al maquillaje, no quería arruinarlo.

Sonreí como pude y nos quedamos unos segundos mirándonos en silencio, antes de que el chico se acercara cada vez más a mi rostro. Era consciente de lo que estaba pasando, pero por alguna razón, no era algo que me disgustara del todo.

Y pasó, ambos labios se unieron entre sí, formando un dulce beso que no tardó mucho en ser correspondido por mi parte. Sentí ese cosquilleo tan familiar que sentía cuando estaba con Heeseung, aquello me extrañó mucho pero aún así, no era lo mismo.

Cuando nos separamos por falta de aire, el chico se quedó a unos centímetros de mis labios, percatándome de que estaba sonriendo, era tan tierno. Pero de un momento a otro, algo hizo que se separara de golpe, haciéndolo caer al suelo.

Cuando reaccioné, me levanté de un salto para darme cuenta de que era Heeseung el que le había empujado. Rápidamente fui a por Soobin, y me puse de cuclillas, comprobando de que estuviera bien y que no se había hecho ninguna herida.

— ¿Que mierda te pasa ahora?— Grité hacia Heeseung, levantándome para dar unos pasos hacia él, quedando cara a cara.

— ¿No te das cuenta? ¡Es obvio que se está aprovechando de la situación para que te fijes en él!

— ¿Acaso eso te importa? Te recuerdo que no era yo la que se estaba comiendo a una arrastrada en la cocina.

Heeseung suspiró al mismo tiempo se llevaba las manos a la cabeza, revolviendo su cabello con algo de brusquedad. — ¿Es que no lo ves, Yaejin?

— ¿Qué quieres que vea?

— Que te amo...— Respondió en bajo, agachando su cabeza y fijando su vista en el suelo.

Aquello me dejó sin palabras y también hizo que el nudo en mi garganta se intensificara, haciéndome sentir culpable por lo que había pasado hace unos pocos minutos con Soobin.

Me di la vuelta hacia el rubio y al ver que ya se había levantado, toqué su brazo con suavidad mientras lo miraba a los ojos. — Soob, vuelve dentro, por favor...

El chico obedeció sin decir ni una sola palabra, dejándonos a Heeseung y a mí solos. Me acerqué más al pelinegro y tomé su rostro entre mis manos, observando sus profundos ojos oscuros, aunque ahora llorosos por culpa mía.

— Hablemos de una vez por todas, Heeseung.

El chico asintió y nos sentamos en unos sillones que se encontraban en el lugar, tomándonos un corto periodo de tiempo para calmarnos, cosa que el chico aprovechó para encender un cigarrillo y empezar a fumar.

Cuando la situación estaba más calmada, decidí abrir la boca y preguntar por lo que pasó. — ¿Por qué hiciste eso?

El pelinegro se tomó unos pocos segundos antes de contestar, tirando la ceniza en una botella de cerveza vacía. — Quería comprobar si podía olvidarme de ti y seguir adelante, o al menos ver si podía sentirme igual que contigo, pero con otra persona.— Hizo una pequeña pausa para darle una calada a su cigarrillo. — Fui un ingenuo al pensar que sería así de fácil, pero sólo jodí más la situación.

— ¿Por qué pensaste que yo no sentía lo mismo que tú?

— ¿Por qué siempre hacías como si nada o decías que era un error cuando dábamos un paso?

Aquel ataque hizo que me callara, bajando la mirada mientras escuchaba como el chico le daba la ultima calada a su cigarrillo.

— Lo siento... Pero no podía soportar ser tan sincero y abierto contigo para que luego tú no tuvieras en cuenta mis sentimientos hacia ti. Me gustas muchísimo, Yaejin. Me gustas desde la primera vez que fui a tu casa para jugar videojuegos con tu hermano. Yo sólo tenía 13 años pero aún así me hiciste sentir cosas que ni yo sabía que existían. ¿Por qué crees que empecé a ir tanto a tu casa? — Suspiró, tirando la colilla del cigarro.— Con el paso del tiempo, mi amor por ti crecía más y más, pero conocía mis límites y nunca me atreví a dar un paso hasta ahora. Pensé que sentías lo mismo pero eres tan difícil de entender...

— ¿Por qué sigues intentándolo si yo soy tan complicada?

— Porque estoy enamorado de ti.

...

𝐁𝐋𝐄𝐒𝐒𝐄𝐃; HeeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora