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– Buenos días, snorlax. Pensé que te habías desmayado o algo.

Abrí los ojos con lentitud, sin poder reaccionar todavía a la situación. Al darme cuenta de la hora, pegué un brinco de mi cama, ignorando por completo al chico que se encontraba sentado en la silla de mi escritorio.

– ¡Llego tarde a clase!

De pronto, escuché una sonora carcajada, reconociendo esta al instante. Me di la vuelta para mirarlo, viendo cómo todavía no dejaba de reír.

– ¿Sunoo? ¿Qué haces aquí?– Pregunté extrañada a la vez que acomodaba mi cabello.

El mencionado sólo me miró con una sonrisa, encogiéndose de hombros al responder. – Tu hermano me dejó pasar.– Hizo una pausa mirándome de arriba a abajo antes de continuar hablando.– ¿Sabes que hoy no hay clase, verdad?

– ¿Cómo?

Se creó un silencio en la habitación en el que ambos nos miramos sin expresión alguna en el rostro, empezando a reír por aquella situación.

Mi amigo tenía razón, era uno de esos días en los que una festividad que desconocía por completo de su existencia se apoderaba del sistema escolar y nos daba un día libre. En resumen, día sin clase.

Me senté en el borde de mi cama suspirando aliviada ya que de todos modos, me había quedado dormida. De pronto, el chico comenzó a hablar, haciendo que mi mirada se posara sobre él.

– ¿Dónde te metiste ayer? Le pregunté a tu hermano y a todos los demás dónde estabas pero nadie supo responder. De hecho...– Hizo una pausa para mirarme con una expresión sospechosa, alzando sus cejas al instante, claramente sorprendido.– El único que no estaba era Heeseung.

Separé mis labios a punto de defender mi postura, pero sólo me quedé en blanco al recordar lo ocurrido el día anterior. Suspiré mientras mantenía mi vista en el suelo, no sabía ni por dónde empezar.

Le conté lo sucedido con Yeonjun, con detalle y sin omitir el comentario que hizo de Heeseung. Después, le dije que Heeseung fue el que me encontró y me llevó a casa antes de que terminaran las clases. Un breve resumen de todo, pero con detalles.

– Y bueno, después de todo eso, nos sentamos en el sofá un rato y le conté lo que había dicho Yeonjun sobre él...

– ¿Lo de que le gustas?

– Sí, pero pretendía decirlo de manera graciosa, no sé.– Escondí mi rostro en mis manos con vergüenza, notando como mis mejillas comenzaban a calentarse.

– ¿Y QUÉ DIJO? ¿CÓMO REACCIONÓ?

– Nos besamos.

El chico abrió su boca con sorpresa de una manera que no había visto nunca y rápidamente comenzó a gritar, tomándome por los hombros para tambalearme de un lado a otro. Mi amigo era incapaz de vocalizar, por lo que no entendí ninguno de sus balbuceos, cosa que me hizo reír.

De pronto, volvió a su lugar, intentando tranquilizarse y tomando una bocanada de aire tras eso. – O sea, sois novios ya.

Abrí mis ojos con sorpresa por aquel comentario tan repentino, negando con una sonrisa nerviosa. – ¿Qué? No, no, no, sólo fue un beso, no pasó nada más. Lo peor de todo es que llegó Hoon a casa y no pudimos aclarar absolutamente nada.

Ambos suspiramos al mismo tiempo, quedándonos en un pequeño silencio en los que ambos aprovechamos para procesar todo lo sucedido.

– ¿Y por qué no quedas con él hoy? Seguro estará libre.

– No sé si sea una buena ide-

De pronto, el sonido de mi puerta abrirse me interrumpió, dejando ver a un Sunghoon en pijama y completamente despeinado. – Los chicos vendrán a casa en un rato, lo digo por si queréis estar con nosotros o no sé.– Dijo con un tono neutro mientras me miraba con unos ojos levemente adormilados.

𝐁𝐋𝐄𝐒𝐒𝐄𝐃; HeeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora