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— ¿Cómo...?

Fue lo único que pude pronunciar antes de que Heeseung se levantara de su lugar para acercarse hacia mí y agacharse, tomando mi mejilla entre su mano.
Su tacto era cálido y suave, aquello hizo que me tranquilizara, aún así, no esperaba lo que hizo a continuación.

El chico unió ambos labios en un delicado beso, el cual no tardó mucho en ser correspondido, a pesar de la sorpresa que me había causado aquello. Rodeé su cuello con mis brazos al mismo tiempo que movía mis labios de manera lenta sobre los suyos, sintiendo un gran cosquilleo en la zona de mi abdomen.

Lamentablemente, tuvimos que separarnos minutos después al habernos quedado sin aire, haciendo que ambos rostros quedaran a escasos centímetros del otro.

Aún algo dudosa, decidí finalmente hablar. — ¿Qué pasaría si dijera que yo también lo estoy?

Los ojos del chico se iluminaron por completo al escuchar mi pregunta, intentando esconder una sonrisa para mantener su expresión calmada. — Pues...— Bajó la mirada y volvió a dirigirla hacia mí. — ¿Que seríamos novios?

La inocencia en sus palabras hizo que soltara una pequeña risa, comenzando a acariciar su mejilla. — ¿No crees que lo mejor sería tener primero unas cuantas citas?

— ¿Citas? Pero si ya nos conocemos de hace años...

— Pero no románticamente.

El chico se quedó unos segundos pensativo, asintiendo con su cabeza. — Entonces... — Se sentó a mi lado, tomando una de mis manos con suavidad. — ¿Te gustaría ser mi pre novia?

Solté una carcajada enternecida al escucharlo, comenzando a acariciar su mano. — ¿Pre novia?

El chico asintió con su cabeza. — Y cuando estemos listos, serás mi novia.

Aquellas palabras hicieron que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, notando como mis mejillas se enrojecían. — Me parece bien.

— ¿Aunque no seas mi novia podré besarte? — Preguntó bajando su mirada hacia mis labios, antes de acercarse levemente a mi rostro.

Sonreí divertidamente, tomando su mejilla. — Creo que así no funcionan las normas...

— Tampoco es que las cumpla mucho normalmente.— Respondió en un tono bajo, antes de juntar sus labios con los míos nuevamente, siendo esta vez un beso mucho más intenso.

A medida que pasaban los segundos, el beso cada vez se intensificaba más, haciendo arder todo mi cuerpo debido a la mezcla de sentimientos que me hacía sentir. De un momento a otro, el chico tomó mi cintura y me sentó sobre su regazo, acomodándome sobre este para empezar a recorrer todo su cabello con mis manos.

Cuando las manos ajenas estuvieron a punto de posicionarse sobre mis piernas, un golpe proveniente de la puerta de la casa hizo que nos separáramos, mirando en dirección a aquel estruendo.

— Joder, que dolor de cabeza...

De pronto un muy borracho Yeonjun salió hacia el patio, tambaleándose ligeramente sin haberse dado cuenta de nuestra presencia. Aunque por desgracia, no tardó mucho en percatarse, mirándonos durante unos segundos con el ceño fruncido.

— Lo sabía.— Pronunció con una sonrisa, empezando a reír de una manera algo aterradora. — ¡Sabía que todo era tu culpa, puto desgraciado!

Sentí como los hombros de Heeseung se tensaban a medida que el chico se acercaba a nosotros, manteniendo un semblante tan serio que era incluso escalofriante. Me senté a su lado observando con precaución a Yeonjun.

— ¿Ahora no tienes nada qué decir? Estoy seguro de que fue tu culpa que Yaejin y yo rompiéramos.

— ¿No crees que fue porque eres un cerdo de mierda que no sabe ni respetar a la persona que tiene a su lado?

Aquellas palabras hicieron que Yeonjun apretara los dientes, claramente molesto por la respuesta. De pronto me miró, con una sonrisa de decepción. — Pensé que serías diferente, pero sólo eres una puta más.

Heeseung se levantó de su lugar al instante de escuchar aquellas palabras, plantándole un puñetazo en el pómulo. — Ni se te ocurra volver a tratarla así, imbécil.

A pesar de ir ebrio, Yeonjun tuvo buena resistencia y se tambaleó hacia los lados sin llegar a caer.
De un momento a otro, el mencionado le devolvió el golpe, haciéndome gritar horrorizada.

— ¡Heeseung!— Me apresuré para posicionarme a su lado, tomando su brazo con fuerza. — ¡No merece la pena, por favor déjalo ya!

El nombrado tensó todo su cuerpo, inundado por la ira. Era la primera vez que lo veía tan fuera de sí, a pesar de ello, hizo caso a mis palabras.

Yeonjun empezó a reír amargamente, palpando el lugar golpeado anteriormente, el cual se encontraba ya algo hinchado. — ¿Has visto, Yaejin? No te conviene estar con un chico tan violento, es como un animal con la rabia. — Soltó una sonora carcajada.— Igual que su padre, ¿no crees?

Sentí como Heeseung apretó su puño con fuerza tras aquellas últimas palabras, soltándose de mi agarre y dándole otro puñetazo, tirándolo al suelo. Pero la cosa no terminó ahí, para mi mala suerte, la pelea continuó incluso en el suelo.

Corrí hacia dentro de la casa, empezando a gritar por ayuda. Jay apareció junto a Jake y Jungwon, sintiendo como dos de ellos me tomaban de los brazos debido a que del pánico que sentía, mis piernas estaban temblando.

— Jake, ve a buscar a los demás, yo intentaré calmar la pelea.

El rubio asintió dándome una última mirada de preocupación antes de irse, dejando que Jay y Jungwon se ocuparan de la situación.

Ambos pudieron separarlos, Jay tomando a Heeseung y Jungwon a Yeonjun, el cual estaba abatido debido a todos los golpes que había recibido.

Al ver las heridas de Heeseung, no pude evitar romper en llanto con un horrible sentimiento de culpa.
Unos brazos me rodearon y me sentaron en una de las sillas que se encontraban ahí, aferrándome a él con mis manos aún temblorosas.

— Ya pasó todo... Tranquila...— Sus manos comenzaron a acariciar mi cabello, escondiendo mi rostro en su pecho y sollozando debido a que había reconocido aquella voz tan familiar. — Creo que ya es hora de irnos a casa, ¿nos vamos?

Asentí ante aquella pregunta, separándome de él mientras sorbía mi nariz. — Hoon...— Abrí los ojos en grande mientras buscaba a Heeseung con la mirada. — ¿Heeseung está bien?

Mi hermano asintió, secando mis lágrimas con cuidado. — Ya lo han subido al coche, iremos todos a casa para curarle las heridas, no te preocupes, pequeña.

— ¿Dónde está Sunoo?

— Jungwon ha ido a buscarlos.

— ¿Buscarlos?— Pregunté confundida.

— Al parecer Ni-ki también se perdió.

Alcé ambas cejas con sorpresa, sonriendo ligeramente al imaginar lo que pudo haber pasado en todo este tiempo. — Estarán bien, lo sé.

Sunghoon soltó una pequeña risa. — Qué rápido se te ha ido la preocupación. Tienes que contarme el chisme, Ni-ki no quiere contarnos nada...

Reí junto a él y finalmente nos subimos al coche junto a los demás, dándole un vistazo a Heeseung, el cual se encontraba sentado en el asiento delantero. Este tenía sus ojos cerrados y estaba apoyado en la ventanilla del coche, no sabía si estaba dormido o tan sólo descansado.

Durante el trayecto, nadie formuló ni una sola palabra, haciendo que el ambiente fuera algo tenso para mi gusto.

Yo por mi parte, sólo mantuve la mirada en Heeseung, preocupada por su estado actual.

¿Por qué demonios dijo eso Yeonjun?
Conocía un poco la situación familiar de Heeseung, pero por muchas vueltas que le diera, seguía sin entender aquel comentario sobre su padre.

¿Por qué él parece saberlo?

...

𝐁𝐋𝐄𝐒𝐒𝐄𝐃; HeeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora