𝐁𝐋𝐄𝐒𝐒𝐄𝐃; Heeseung

25

Había pasado menos de un mes desde lo ocurrido en el cumpleaños de Jungwon, todo iba de maravilla y justo como esperaba, Heeseung me pidió noviazgo en la playa del lugar en el que nos hospedábamos. A pesar de la tierna sencillez de aquel chico, fue realmente especial hasta el punto en el que no pude evitar emocionarme un poco.

Para resumirlo, Heeseung había preparado un pequeño lugar en la playa que se encontraba lo suficientemente alejado de la casa como para poder sentirnos en completa intimidad, haciendo esta experiencia mucho más tranquila. Ahí fue cuando de la nada sacó un hermoso ramo de flores tropicales y con esa sonrisa tan encantadora comenzó su largo discurso sobre el impacto que había tenido en su vida y lo feliz que se sentía cuando estábamos juntos. Sí, eso fue lo que hizo que me emocionara y que me pensara aún menos la respuesta que le daría justo después de aquella proposición.

Lo de después ya es historia. Nos quedamos un buen rato ahí; ni siquiera sabemos cuánto a día de hoy, abrazados y disfrutando el uno del otro mientras observábamos aquellas vistas tan maravillosas como lo era el mar al atardecer. Todo fue perfecto.

Pero claro, ahora estábamos en vacaciones de verano al fin, era lo que todo el mundo esperaba pero... Todos sabemos que lo más esperado para mí era el día de mi cumpleaños, ¿verdad?

Lo que se veía como algo lejano ahora mismo estaba a la vuelta de la esquina. Para ser específicos, a tres días.

Estaba tan muerta de nervios que caminaba de un lado a otro en el poco espacio que mi habitación poseía, cosa que no me calmaba a mí y mucho menos a los chicos que se encontraban sentados en el borde de mi cama.

— ¡Yae quédate quieta por un minuto, por favor! Al final conseguirás que me quede calvo del estrés.— Sunoo suspiró mientras se pasaba la mano por el pelo, dejándose caer de espaldas a la cama.

— Sí... A mí me están empezando a salir canas ya... — Esta vez fue Heeseung el que habló, mirándose con atención los mechones del flequillo que le caían en la frente.

Yo me limité a girarme hacia ellos con una
mirada de preocupación, soltando un largo suspiro.

Mi cumpleaños era en tres días y aún no había preparado nada a pesar de que llevaba esperando este momento con meses de antelación, ¿de verdad no podía hacer nada a tiempo en lugar de dejar todo para lo último?

Siempre me pasaba lo mismo pero esta vez era peor. Tenía muchas esperanzas en ese día y sin duda quería cumplir lo que me dije a mí misma antes de las vacaciones.

— Quiero celebrar mi cumpleaños número 20 por todo lo alto.—  Repetí en mi cabeza mientras me mordisqueaba las pielecillas de los labios con un notorio nerviosismo.

¿Y si no era capaz de cumplir lo que dije?

— Yae, vas a cumplir todo lo que querías hacer por tu cumple y además saldrá estupendamente, pero primero tienes que relajarte un poco, ¿de acuerdo? — Sentí como las manos de mi amigo se posaban sobre mis hombros, mirándome con una sonrisa reconfortante y asintiendo decidido con la cabeza.

Verlo hizo que me sintiera un poco más confiada y por alguna razón aliviada, tomando una bocanada de aire antes de expulsarlo poco a poco y sentarme en la silla de mi escritorio, justo frente a los dos chicos.

— Está bien... ¿Tenéis alguna idea?

Ambos se miraron con cierta duda, haciéndolos pensar todavía más. No pasaron muchos segundos hasta que uno de ellos se atrevió a hablar.

Este chico fue mi novio.

— Podrías... ¿Hacer una fiesta con temática de algo?

No sonó muy convincente y aquella propuesta salió más como una duda que como lo que originalmente era.