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Caminé hacia él con una expresión algo tensa en mi rostro, haciendo que arreglara su postura y apartase sus manos de su rostro, observándome expectante con aquellos oscuros ojos que tanto me gustaron y gustaban. Al notar como el brillo de estos se apagó, no pude evitar sentirme profundamente triste.

— Heeseung, ¿podemos hablar por favor?

— ¿Sobre qué quieres que hablemos? ¿Sobre tu maravilloso amor con Jake?

— ¿Cómo?— Lo miré completamente desconcertada.

— No sé a que estás jugando, Yaejin, pero estoy cansado de todo esto... Estos jueguecitos no son para mí, merezco más que eso.

— Heeseung no sé de qué estás hablando.

— ¿Acaso no te das cuenta de que Jake está colado por ti? Me gustaría convencerme y pensar que lo haces a propósito, pero te conozco bien por desgracia para mí.— Pude ver la tristeza con la que me miraba, se le notaba exhausto y decaído, cosa que me rompió en pedazos.

— ¿Y cuál es el problema de eso...?

Heeseung suspiró, llevándose la mano hacia su cabello. — Ninguno, haz lo que quieras...

— Pero, Hee...— No pude terminar lo que estaba por decir, ya que el mencionado había dado media vuelta para salir de la cocina y volver con los demás.

Me quedé mirando a un punto fijo de aquella habitación, sorprendida por aquella actitud tan distante. Heeseung no era así, siempre fue un chico dulce y calmado, pero verlo así era algo completamente nuevo, al menos conmigo.

Acomodé mi cabello al mismo tiempo que respiré un poco para ignorar aquel nudo que se había formado en mi garganta, volviendo con los chicos.

— ¡Yae! ¿Donde te habías metido?— Preguntó Jake mientras me sentaba a su lado nuevamente, tratando de no mirar en dirección a Heeseung.

— Al final fui al baño...— Intenté convencerle regalándole una pequeña sonrisa, cosa que sirvió con él pero no son Sunoo, ya que me estaba mirando fijamente con sus típicos ojos de "luego hablaremos".

De pronto, Jake tomó un trozo de carne con sus palillos, acercándolos hacia mi boca ofreciéndome comer, aceptándolo con unas sonrisa.

— Te demoraste mucho y no has comido casi, menos mal que te he guardado un poco.

— Gracias, Jake. Es que me encontraba un poco mal, ademas últimamente no tengo mucho apetito, no te preocupes.

El rubio ignoró lo último que dije y puso una mano sobre mi cabeza, claramente preocupado. — ¿Estás bien, Yae?

Asentí con mi cabeza, bebiendo un trago de mi refresco para despejar mi cabeza de lo sucedido minutos antes. El chico sólo me observó algo consternado por lo que dije mientras acariciaba mi cabello.

El tiempo pasó con bastante lentitud para mi gusto, pero cuando finalmente todos se fueron, ayudamos a mi hermano a limpiar todo, hasta que al terminar, Sunoo me tomó del brazo para llevarme escaleras arriba. Entramos a mi habitación y me sentó en la cama, cruzándose de brazos frente a mí.

— ¿Qué ha pasado, Yae? Siento que las cosas no fueron muy bien.

Suspiré contándole todo lo sucedido con Heeseung, a lo que Sunoo sólo frunció el ceño y me abrazó con calidez, sentándose a mi lado.

— Lo que le pasa es que está muerto de celos, porque ve que le sigues el rollo a Jake pero evades sus sentimientos. Y es normal, yo si estuviera en su situación me pondría igual o peor...— Dijo con total sinceridad, acariciando mi cabello con suavidad. — Tenéis que solucionarlo, estoy seguro de que a él le gustas muchísimo, se nota de lejos. Pero os estáis comportando de manera infantil, hablarlo con calma y tenéis que ser sinceros.

𝐁𝐋𝐄𝐒𝐒𝐄𝐃; HeeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora