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De un momento a otro, me encontraba besando al mejor amigo de mi hermano, genial.

Consejo futuro: no te pases de copas Yaejin.

No pasó mucho tiempo hasta que recuperé la compostura al notar como la mano del rubio bajaba hacia un lugar al que no le convenía. Me intenté separar de él como pude, pero fue en vano ya que el chico estaba demasiado concentrado en lo que hacía y las personas empujaban de un lado a otro.

Puse mis manos sobre el pecho contrario, alejándolo levemente de mi cuerpo, viendo un notorio desagrado en los ojos de Jake. Este relamió sus labios y agarró mi cintura con un poco más de firmeza.

– ¿Estoy siendo demasiado lento para ti?

Dijo antes de lanzarse a mis labios nuevamente, cosa que no consiguió, ya que un tercero lo interrumpió.

Era Heeseung.

Llena de nervios al verlo ahí, empujé aún más a Jake para apartarlo de mí y suspiré aliviada, mirando los ojos del más alto avergonzada.

Pero al ver sus ojos oscuros supe que no estaba centrado en mí, sino en su amigo.
Sus ojos estaban llenos de ira y desagrado, al mismo tiempo que se asomaba una ligera decepción.

Sin duda, detrás de esto había algo que yo desconocía.

Se miraron el uno al otro durante unos segundos, los cuales para mí fueron como horas. El moreno tomó mi mano, llevándome hacia un sillón que se encontraba más alejado de toda aquella escena.

– Heeseung yo no...

– Tranquila, ya lo sé, no soy idiota, Yaejin.– Dijo intentando mantener la calma y se sentó a mi lado, acomodando mi cabello para distraerse.

Me sentía tan avergonzada de que me hubiera visto de aquella manera. Pero también me reconfortaba bastante el hecho de que no estuviera enfadado ni decepcionado conmigo, al contrario, intentó ser lo más correcto posible y eso me reconfortaba bastante.

– No tienes que darme explicaciones de nada, pero si he interferido ha sido porque no te he visto bien en el momento.– Hablaba con un tono de voz cada vez más tranquilo, tragando en seco y regulando su respiración.

– Por favor, no hagas nada, quiero que todo esté bien entre vosotros...

– Que seamos amigos no quiere decir que tenga que pasar por alto este tipo de cosas... ¿O piensas que debería?–
Me miró con una ceja arqueada, al mismo tiempo que tomaba mi mentón con delicadeza. – Además, no hubiera soportado verte así con cualquier otra persona.

Mi corazón se aceleró instantáneamente después de aquellas palabras. No sabía muy bien a qué se refería así que sólo opté por sonreír con nerviosismo y desviar la mirada.

– Ha sido culpa mía, Hee, no debí haber bebido tanto...

Él negó con la cabeza a la par que extendía su mano por mi mejilla. – Tú no tienes la culpa de nada. Estás en todo tu derecho de embriagarte sin que tengas que pasar por una situación así.– Al decir esto, sentí como sus labios se posaban sobre mi frente, haciendo que mis mejillas empezaran a arder ya.

Yaejin recapacita, no pierdas la compostura.

– Ahora vuelvo, iré a hablar un momento con él. Quédate aquí, ¿está bien?

Asentí con mi cabeza manteniendo la mirada fija en él.
Que nadie me pregunte cuántos pensamientos diferentes se me habrán pasado por la cabeza en esos momentos.

Me había sumergido tanto en mis pensamientos y fantasías que no me había dado cuenta de que el mayor se había inclinado hacia mí, específicamente, hacia mi oreja.

– Recuerda que todavía me debes un baile, Yaejin.– Susurró en mi oído con un tono calmado pero algo seductor al mismo tiempo, haciéndome estremecer por completo.

Entonces, desapareció entre la multitud después de haberme dedicado una pequeña sonrisa ladeada, haciéndome suspirar con una sonrisa.

Aquel hombre era impredecible.

...

– Eres un sucio, Jake.

– ¿Yo? ¡Si ella hubiera estado incómoda, me lo habría dicho!

– ¿Como coño te lo iba a decir si estabas tan ocupado besándola? Deja de defender cosas que no son defendibles.

– Bueno, ¿y a ti qué te importa? No sois novios, prácticamente no sois nada. No mandas sobre ella ni tienes ningún derecho a decirle qué tiene que hacer y qué no.

El mayor soltó una risa incrédula, completamente sorprendido por las palabras de su amigo. Echó su cabello negro hacia detrás mientras se mordía el labio inferior conteniendo su enfado.

– No, no soy su novio. Pero tengo derecho a cuidarla porque a parte de ser mi amiga es la hermana de nuestro amigo, ¿o acaso te olvidaste de eso?

Jake tragó en seco por el golpe de realidad que le dio escuchar aquellas palabras de Heeseung. Ahora empezaba una de las fases, el arrepentimiento.

– Mierda, mierda, mierda.– El rubio se llevó las manos a la cabeza, sentándose en el borde de la cama.

Los dos se encontraban encerrados en una de las habitaciones de la casa, querían asegurarse de arreglar las cosas y de que aquello no saliera de ahí.

– La has cagado, Jake. Es la hermana pequeña de tu mejor amigo, ¿cómo crees que reaccionará Hoon cuando se entere? Sabes lo protector que es con ella.

Jake suspiró desesperado. – Lo sé, lo sé... Nunca me lo perdonaría.

El moreno se cruzó de brazos mientras apoyaba su espalda contra la pared, mirando al chico con desagrado. –¿Qué vas a hacer? Dudo que ella se lo cuente, pero en algún momento se enterará.–

Jake de mantuvo mirando a la nada, pensando en alguna respuesta para darle al mayor, estaba realmente arrepentido, no debió dejarse llevar, y mucho menos sin haber estado sobrio.

Después de unos largos segundos, suspiró y devolvió su vista hacia Heeseung, el cual lo miraba expectante. – No pude controlarme, ella... Ella me gusta demasiado, siempre me ha gustado.– Mordió su labio inferior bajando la mirada nuevamente. – Pero eso Sunghoon no lo sabe, me mataría. Sabes la fama que tengo entre la gente de la uni, pero me conoces bien, Heeseung, sabes perfectamente que yo no haría algo así.

– Lo sé.– asintió el mencionado. – Sé que no harías algo así, y mucho menos a Yaejin. Pero lo has hecho, Jake, ¿y si yo no hubiera interferido qué?

El rubio asintió cabizbajo, apretando los labios con frustración.

– ¿Tanto te gusta, Jake?

El nombrado alzó su cabeza y miró al más alto, arqueando ambas cejas con algo de ironía. – ¿Y a ti?

Heeseung se quedó en silencio por unos momentos, formulando la pregunta que le había hecho el contrario.

Antes de poder contestar, la puerta se abrió sin previo aviso, dejando ver a un Sunghoon algo ebrio y despeinado. Parecía que acababa de salir de una pelea o algo parecido, aunque no era ese el caso, ya que luego se pudieron ver algunos restos de pigmento rojo por sus labios y mejillas.

– ¿Qué está pasando aquí?

...

𝐁𝐋𝐄𝐒𝐒𝐄𝐃; HeeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora