Capitulo 22

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(Narra Jane)

Pasan algunos meses de la fiesta y hemos vuelto a nuestras rutinas; aunque luego de esa noche me entere de lo que el idiota de Marcus le hizo a Ashley. ¿Cómo ese imbécil se atrevió a hacerle eso?

Cuando lo supe, quería ir a golpearlo pero Ashley me detuvo, ella no quiere pensar en él y la entiendo. Aunque me da gana arreglar unas cuentas con él. También ella me contó que está tomando clase de francés con una de las hermanas de Fátima.

Para la practica de porrista, me he encargado un poco de Kelly. Para las nuevas rutinas la he colocado en la posición más baja. Siempre ha querido ser el centro de atención más que yo, bueno, ahí está, todos en la escuela saben que salía con Adam a mis espalda, y que por esa razón termine con él.

Para navidad, mi hermana Juliette y su esposo Walter Mccain nos visitó, ellos heredarán la empresa. No hablo mucho de ella, nos damos igual la vida de una a la otra. En realidad no somos tan cercanas, pero tampoco no nos llevamos tan mal.

Me lleva seis años mayor, soy pelirroja de ojos marrones como mamá, y Juliette es castaña de ojos verdes como papá.

Ahora con Fátima, todo está bien, seguimos con la tutoría y me va mejor en Matemáticas gracias a ella, incluso mis padres les agrada.

En navidad fue con su familia a visitar su hermano, el cual mencionó que está casado con un hombre lobo. Nos enviamos mensajes de textos en aquel tiempo de distancia.

Cuando la conocí, me dio la impresión de una nerd con una apariencia extraña con quien no quería pasar tiempo. Ahora no me desagrada pasar tiempo, me encanta su compañía.

Un nuevo semestre, nuevas clases, nuevas practicas de porristas, nuevos partidos de futbol y nueva tutorías. Me encuentro en el comedor de mi casa con ella en una de nuestras secciones de tutoría, ella me está explicando sobre el teorema del resto y los polinomios, este semestre es de algebra.

En realidad, ella habla y yo solo hago gesto de tratando entender.

-Fátima: ¿Entendiste? -Suelta el lápiz y dirige su mirada en mi, pero yo aún miro el papel lleno de número y letras que me dan vuelta en la cabeza.

-Jane: Entendí los polinomios, pero me siento confundida por el teorema del resto. ¿Me puede volver a explicar? por favor, si no es molestia. -Esboza una pequeña sonrisa, como si mi confusión le causa cierta gracia sin intensión de burlarse.

-Fátima: No es una molestia, escucha con atención. -Da unos pequeños toques al papel con el lápiz. -Si dividimos un polinomio entre el binomio, el resto de la división es igual al valor numérico del polinomio. -Me explica después en simples palabras el ejemplo. -Hagamos esto, tu escribirás lo que voy a guiarte en este calculo.

Ella me ordena lo que voy haciendo paso a paso hasta que tenemos el resultado.

-Fátima: Muy bien, ahora, lo harás tu sola un ejercicio. -Escribe a parte el ejercicio que me toca.

Agarro el lápiz e intento que los nervios no me traicionen, aunque ya hice muchos ejercicios de matemáticas que Fátima me puso a prueba el semestre pasado. ¿Porqué tengo que estar nerviosa? He cometido muchos errores en esta materia, no tengo que seguir estando nerviosa.

Termino el ejercicio, se lo entrego y ella reacciona impresionada al revisarlo que da un ligero aplauso como si fuera una niña cuando algo sale bien.

-Fátima: Felicidades, lo hiciste bien. -Con que así se siente cuando logras hacer bien lo que siempre te ha costado, en mi caso es con la matemática.

Escucho la puerta principal abrirse, mis padres han llegado temprano de la empresa.

-Jane: Mamá papá, llegaron temprano.

Entre sangre y rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora