El pelirrojo estaba confundido, miró a todos lados y sólo encontró una densa niebla, avanzaba pero sólo era pura niebla.
Kenichi: ¿Dónde carajos estoy? – veía de un lado a otro y sólo veía lo mismo. - ¿Yami? ¿Estás ahí? ¿Alguien? – escuchaba voces familiares llamándolo. – ¡YAMI! ¡NINO! ¡LEVY! ¡RINNE! ¡RAVEL!
¡POR AQUÍ! – exclamó una voz masculina, él creyó que eran sus amigos.
Kenichi: ¡TAKAO! ¡SATOSHI! ¡KIBA! ¡SAJI! – seguía corriendo pero tropieza con una piedra y cae. - ¡KANON! ¡¿ALGUIEN PUEDE ESCUCHARME?!
Se levantó con dificultad mientras se limpiaba algunos rasguños y tierras, estaba preocupándose.
¡POR AQUÍ KENICHI! – la voz poco a poco empezaba a distorsionarse y nota una cueva, él corre a gran velocidad y se adentra en la cueva.
Poco a poco se oscurecía el lugar y le dificultaba avanzar, pero era guiado por la voz y su propio instinto. Pero llegó a un punto en donde pisa mal ya que el suelo comenzó a descender, haciendo que tropiece y ruede.
Kenichi: ¡ARGHHH! – se impacta de cara contra el suelo, el golpe lo dejó muy aturdido pero se levanta y escucha la voz nuevamente.
¡YA ESTÁS CERCA! – el pelirrojo notó que la voz se distorsionaba más, normalmente no haría caso a lo que decía, pero en el fondo de su ser, le decía que lo siguiera y finalmente llegó al fondo de la cueva, notaba múltiples antorchas iluminando un camino donde sólo pasaría una persona y agua alrededor, él camina con algo de nervios hasta llegar a un gran espejo, aunque al tocarlo, notaba que era agua, él estaba confundido ya que por más clara que fuera, no notaba bien su reflejo.
¡Por fin llegaste! – el pelirrojo gira pero no encontró nada.
Kenichi: ¿Quién está ahí? – mira a todos lados, pero no había nadie.
Está mirando a la dirección equivocada. – el pelirrojo estaba más confundido, el sonido venía de todos lados. – Voltea de nuevo al reflejo.
El pelirrojo observa el reflejo y seguía siendo borroso, no era él, al menos eso mostraba sus hijos.