1 || The king calls you

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Aquel día era uno tranquilo, Yuki ayudaba a su madre a entregar algunos vestidos, había escuchado que muchas de las señoritas que solicitaban las prendas iban a la capital del reino pues el gobernante de este se encontraba buscando una pareja

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Aquel día era uno tranquilo, Yuki ayudaba a su madre a entregar algunos vestidos, había escuchado que muchas de las señoritas que solicitaban las prendas iban a la capital del reino pues el gobernante de este se encontraba buscando una pareja.

Cuando había acabado de entregar los pomposos atuendos hechos por su progenitora regresó a casa, una cómoda vivienda donde nunca le faltaba nada, al llegar, sintió aquel aroma que tanto le relajaba, el aroma de su madre.

— Mamá! Eh llegado! — gritó al unísono.

— Mi Niño! Que bueno que llegaste — dijo la omega acercándose a su hijo para besar su rostro — siéntate, ya tengo lista la cena, seguro estás cansado.

La relación de Yuki con su madre era hermosa, ambos se querían mucho. Cenaron mientras hablaban de su día, la omega mayor siempre escuchaba con atención las anécdotas de su pequeño y viceversa, ambos amaban escuchar las anécdotas del contrario. Después de comer el menor se retiró a dormir, andar por todo el pueblo entregando vestidos le había dejado exhausto.

A la mañana siguiente, los dos fueron a conseguir algunas telas al centro del pueblo, los encargos de grandes vestidos no dejaban de llegar, cada uno más extravagante que otro

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A la mañana siguiente, los dos fueron a conseguir algunas telas al centro del pueblo, los encargos de grandes vestidos no dejaban de llegar, cada uno más extravagante que otro.

Al casi llegar a su casa, escucharon los cascos de caballos acercarse, soldados enviados desde la capital.

Al estar justo en frente de ambos, los guardias pararon su marcha, uno de ellos, quien el japonés supuso era el alto mando bajo de su corcel mientras comenzaba a leer un pergamino

— Por órdenes de su majestad, el Rey Pierre Gasly, solicita la presencia inmediata y obligatoria del omega de veintidós años Yuki Tsunoda quien según reportes realizados por los altos mandos de la corona, mantiene su estadía en este pueblo, Tsunoda ha de hacer presencia en la metrópoli de nuestro dominio, El Gran Reino De Francia antes del anochecer, para después ser enviado al palacio real, pues es sumo mandató enviado por el gran rey — exclamó firme el hombre.

Al escuchar su nombre en el mandató real, se asustó, ¿para que sería el, un chico extranjero y nada increíble llamado al palacio? El alfa le miro, buscando algún tipo de señal de aprobación en él omega.

— ¿eres tú quien responde a Tsunoda Yuki? — cuestionó el soldado.

— Si, soy yo, pero no entiendo para que me buscarían en la capital — respondió alertado.

— Toma tus cosas y vienes con nosotros, es un asunto confidencial — dijo sin importancia el hombre.

— ¿Qué? No, no iré con ustedes sin antes saber que me harán — declaró Tsunoda.

— Escúchame, Niño, hay dos formas para hacer esto, o a la buena, o a la mala, decide.

— No iré — las personas habían comenzado a aglomerarse cerca de ellos, sin saber que pasaba.

— Bien — dijo desinteresado — llévenselo — ordenó el mayor, al tiempo en que dos de los soldados que le acompañaban comenzaban a acercarse a Yuki.

— No, no pueden llevarse a mi hijo, no lo toquen, no — trato de frenarles la madre del japonés sin obtener resultados, más bien, solo consiguió que la tumbaran al suelo, recibiendo un fuerte golpe en su cabeza, quedando inconsciente al instante.

— No! No! MAMÁ! — gritó él omega con todas sus fuerzas mientras era metido dentro de un carruaje al que le pusieron un candado, viendo por una de las pequeñas ventanas como su progenitora yacía en el suelo con algunas personas queriendo ayudarle.

Se sentó en el aterciopelado y rojo asiento del vehículo, soltando desesperadas lágrimas, ahora mismo se sentía como un cachorro indefenso, sin su madre, sin alguien que le protegiera, básicamente, solo.

Se sentó en el aterciopelado y rojo asiento del vehículo, soltando desesperadas lágrimas, ahora mismo se sentía como un cachorro indefenso, sin su madre, sin alguien que le protegiera, básicamente, solo

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Bye byee

—SaiLec..Ren

𝙏𝙃𝙀 𝙁𝙍𝙀𝙉𝘾𝙃 𝙆𝙄𝙉𝙂 || 𝙔𝙐𝙆𝙄𝙀𝙍𝙍𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora