𝙏𝙃𝙀 𝙁𝙍𝙀𝙉𝘾𝙃 𝙆𝙄𝙉𝙂 || 𝙔𝙐𝙆𝙄𝙀𝙍𝙍𝙀

20 || Céline, the daughter of an angel

Uno, dos meses y nunca hubo señales de aquellos cuatro hombres, cada vez los omegas sufrieron más, ¿Dónde estaban sus chicos?

La guerra fue de mal en peor, los italianos consiguieron alianzas con otros reinos, quienes apoyaron económica y militarmente al país, la fuerza de los cuatro líderes era bastante grande como para poder hacer frente a Italia, sin embargo, no lo suficientemente fuerte como para vencerla, hubieron más de 10 ataques, cada vez más cerca de París, lugar donde estaban esos cuatro omegas.

Y hoy, el cachorro de Charles decidió nacer, de ocho meses.

Por la madrugada del 27 de julio Mick levantó a Yuki, diciéndole que Sergio había llevado de urgencia a Charles al hospital del castillo, donde fue recibido de inmediato para empezar el parto.

Después de muchas horas de incertidumbre, dónde la vida de ambos estaba en riesgo, les fue avisada la noticia, Charles había tenido una niña.

Una hermosa cachorra de ojos verdes y cabellos negros, tez lechosa y hermosa sonrisa. La pequeña tan pronto dejo de llorar tuvo que ser llevada a un lugar donde cuidaron de ella pues su respiración se detenía por momentos, una vez lograron estabilizarla, la niña fue entregada a su padre Omega, quién al verla comenzó a llorar por la felicidad, la ojiverde le miraba con esos ojos curiosos, idénticos a los de su padre alfa, cuando vio al chico sonreír ella también lo hizo, había heredado los hoyuelos del monegasco.

— Charles.. — llamó Pérez mirando al nuevo padre cargando a su pequeña. No pudo evitar llorar por lo bonito que su Omega sentía ver a su cachorro con su hija.

Los otros dos fueron directamente a mirar a la cachorra, está era muy risueña, pues soltó una risita al ver al par de omegas curiosos.

— Es hermosa — soltó Sergio con un brillitos en los ojos.

— ¿Quieres cargarla? — ofreció el de habla francesa.

El mexicano sonrió enormemente mientras asentía, nada le hacía más ilusión que tener un cachorro en brazos.

Tan pronto la recibió la niña le miro con los ojos muy abiertos, tratando de descifrar quien era ese señor, minutos después sonrió ante la alegre mirada del pelinegro, quién no dejaba de liberar feromonas felices, aunque la pequeña no fuera de el, el sería el abuelo favorito de la palinegra.

— ¿Ya sabes cómo la llamaras? — cuestionó Yuki, también alegre por el nuevo bebé.

— Antes de que Carlos se fuera lo hablamos, yo quería un nombre francés y el accedió mientras empezará con C, así seríamos los tres con la misma letra, se llamará "Céline".