𝙏𝙃𝙀 𝙁𝙍𝙀𝙉𝘾𝙃 𝙆𝙄𝙉𝙂 || 𝙔𝙐𝙆𝙄𝙀𝙍𝙍𝙀

14 || Returning home

Abrió los ojos despacio, notando que como ya era costumbre, Gasly lo abrazaba, pero esta vez no era normal, su abrazo era más protector y posesivo, como si quisiera demostrar que era el único que podía tenerlo así.

Se removió un poco, queriendo acomodarse mejor, error, un punzante dolor en su espalda lo hicieron soltar un leve chillido, despertando al alfa.

— Cariño, ¿qué pasa? — escuchó su adormilada voz.

— Me duele el cuerpo — se quejó.

— Pues será normal después de haber tenido esa noche — se rió el mayor.

— ¿eh? — no lo recordaba, lo último que supo fue que Pierre se apartó de él, pidiendo perdón.

El francés le miró con duda, ¿no sabía lo que había pasado?

— Yuki.. ayer en la noche, entraste en celo, mi alfa tomó el control sobre mi, estas marcado — explicó, aprestándolo para que no saliera corriendo.

— ¿¡que!? — intentó apartarse con fuerza, recibiendo otro dolor que lo recorrió entero.

El rubio se puso de pie con el menor en brazos, yendo al baño, Tsunoda no veía su cuerpo pues estaba vestido con un pijama sin embargo, sentía dolor en su parte baja y cuello.

En el baño, el ojiazul lo puso frente al espejo, bajándolo de sus brazos. Al tocar el suelo sus piernas fallaron, haciéndolo caer, siendo atrapado por el monarca.

— oh, es cierto, es tu primera vez lo siento, lo siento — se disculpó.

Lo volvió a cargar hasta dejarlo en la tina ayudándolo a sacar sus prendas, haciendo que mirase su cuerpo, su cadera tenía marcas de manos, sus pechos mordidas. Acercó un espejo de mano a él, descubriendo las marcas en su cuello, aquella que simbolizaba el lazo era más llamativa, los demás solo eran chupetones.

Abrió la boca con asombro, tocando su marca, sintiendo dolor al hacerlo, su omega se regocijó, lo había conseguido, estaba marcado, sin embargo, su parte consciente comenzó a llorar, el aún no quería eso, si, quizás se estaba enamorando poco a poco de Pierr pero él no deseaba una mordida.

El mayor al ver las lágrimas en su omega lo abrazó, sintiéndose culpable por el llanto de su chico.

— Hey, tranquilo, todo estará bien, no va a pasarte nada, te voy a cuidar ¿si? Lo de ayer fue un error y se que te prometí que nunca pasaría, pero mi niño, tú no mereces sufrir más después de todo lo que te eh hecho — acarició las mejillas del japonés, limpiando sus lágrimas, este lo miro algo deprimido, aún que, realmente, ahora prefería que fuera ese francés el que lo marcara a cualquier otro. Sabía que con él por lo menos estaría protegido.