10 || Forgive me

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Los dos se quedaron ahí un rato, comiendo y jugando o alimentando algunos animales que se acercaban, parecía que los también percibían la pureza del más joven, pues se acercaban a él con confianza, este los acariciaba y sonreía cuando otros venían...

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Los dos se quedaron ahí un rato, comiendo y jugando o alimentando algunos animales que se acercaban, parecía que los también percibían la pureza del más joven, pues se acercaban a él con confianza, este los acariciaba y sonreía cuando otros venían, Gasly estaba más que contento, amaba ver la sonrisa del menor, sin duda era algo que deseaba observar todos los días.

— sigueme.

Yuki lo miro, buscando alguna señal de a donde irían. Pierre al no escuchar que se levantara se giró, dándole una sonrisa tranquila — vamos.

Se acercó lentamente, ofreciéndole su mano. Tsunoda aceptó la invitación, tomando su mano siendo levantado con fuerza por el mayor, haciéndole chocar contra su pecho.

— Oh, perdón, te levante muy fuerte — dijo avergonzado Gasly.

— No.. no te preocupes — respondió.

El rubio liberó algunas feromonas nerviosas, cosa que hizo al menor soltar una risa suave. El más alto no soltó su mano, lo guió a lo largo del Río, encontrándose con una caballeriza, algunas personas estaban ahí, aseando a los caballos, alimentándolos o limpiando su área.

El ojiazul se acercó a un gran corcel de color negro, la puerta de su establo mencionaba que era un Frisón macho.

— Yuki, el es Damien, es mi caballo, básicamente ha crecido conmigo, nació el mismo día que yo y mis padres pensaron que sería buena idea que su hijo estuviera en contacto con los animales desde pequeño así que me lo regalaron, cuando tenia ocho años ya podía ir a recorrer la reserva entera sin un guía, por eso encontré el rio, ahí siempre hay flores y muchos animales, me encanta estar ahí — explicó el mayor — ¿sabes montar a caballo? — pregunto, tenía una sorpresa para Tsunoda.

— ehh, la verdad no, en el pueblo solo los comerciantes los tienen — justificó avergonzado.

— Bueno, todos los días se aprende algo diferente — sonrió — ven — le ofreció nuevamente su mano, Yuki ahora la tomó con más confianza.

Caminaron por la caballeriza hasta detenerse donde había otro frisón, este de color blanco.

— Y este es para ti — dijo sonriente el francés, mirando al menor.

— ¿que?

— Si, puedes llamarla como tu quieras, la encontraron hace un tiempo, estaba lastimada pero ya se recupero, dijeron que aún era joven, es bastante social, la eh sacado a pasear algunas veces junto a Damien y se llevan bastante bien.

— Pero, Pierre, no sé andar a caballo, seguro me caigo a los dos minutos — reclamo el japonés.

— Tranquilo, yo te voy a enseñar, en algunas semanas serás experto.

El mayor fue hasta un chico y le pidió que preparan a la yegua para sacarla a cabalgar. A los pocos minutos el chico volvió con un juego de montura, orejeras, silla y embocadura de color azul frío.

𝙏𝙃𝙀 𝙁𝙍𝙀𝙉𝘾𝙃 𝙆𝙄𝙉𝙂 || 𝙔𝙐𝙆𝙄𝙀𝙍𝙍𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora