Dónde Pierre es un poderoso monarca buscando un Omega y Yuki parece ser el candidato perfecto.
- SaiLec..Ren
Empezada: 04 de mayo 2023
Terminada: 14 de agosto 2023
Se me olvidó aclarar que para la fecha en que Charles les dijo a los demás que estaba en cinta él ya tenía 3 meses 🤭
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dos meses pasaron, Charles ahora tenía cinco meses, había dejado de tener algunos síntomas, ya no sentía nauseas ni tenía la necesidad constante de vomitar, ahora tenía otras molestias, casi siempre quería estar en la cama por los dolores en su espalda y los ardores en su vientre. Por esta razón los demás casi siempre estaban con él en su habitación, así no le dejaban solo; claro, ellos le dijeron que cuando Charles quisiera estar a solas lo podía decir y ellos lo dejarían en paz sin embargo, Leclerc les había dicho que a él no le gustaba estar solo y mucho menos sin Carlos, si sus amigos estaban ahí le ayudaban a no sobre pensar mucho lo que le pidiera estar pasando a su alfa.
Por otro lado, no habían recibido ninguna carta en esos meses, ninguna señal de los alfas, se habían enterado que el conflicto había disminuido, en dos meses, solo se reportó un ataque más, esperaban que todo terminara rápido, Charles debido al embarazo había comenzado a necesitar más del mayor. Yuki y Mick, al ser los que menos tiempo llevaban enlazados también requerían pasar tiempo con sus chicos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaban todos hablando normal en la habitación del ojiverde, quien comía tranquilo unas galletas que le habían traído sus amigos, le ofreció una a Yuki, quien era el que estaba sentado a su lado en la cama, este ni siquiera pudo responder cuando una ola de náuseas lo invadió, haciéndolo salir corriendo de inmediato al baño.
Sergio corrió tras el, mirándolo soltar todo lo que llevaba en su estómago, se arrodilló junto a él, brindándole caricias en su espalda. Cuando el menor terminó le dio un pedazo de papel para que este limpiara su boca, Tsunoda respiraba agitado, su garganta ardía, ya eran varios días que se había sentido así, no sabía que le pasaba.
Ya cuando estaba más tranquilo volvieron con los demás, Mick se había quedado para tranquilizar al monegasco, recordando que no podía tener emociones fuertes que pudieran afectar al cachorro.
— ¿Estas bien? — preguntó temeroso el de verdes orbes.
— Creo — respondió bajo.
— Ayer nos dijiste que te daba nauseas el olor de la comida, ¿seguro que estás bien? — se preocupó Pérez.
