"Espagueti a la francesa"

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Estaba de lo más cómoda en mi habitación escuchando mi lista de reproducción de Joan Sebastian Bach, luego de haber terminado las clases de la mañana.

La verdad la había pasado bien, no era tan malo como pensaba. Yoongi, el chico con ojos de gato no se mostró tan indiferente como pensé que sería. Por otro lado su amiguito, Jeon Jungkook, no paró de joder en todo el rato. Estaba al tirarle un zapato.

Dí un respingo en mi lugar al escuchar el tirón de la puerta que había provocado mi hermana. Mi rostro se deformó en una mueca al verla enfurecida, casi echando humo por sus orejas.

- ¿Piensas ocasionarme un infarto o ir presa por destruir la propiedad privada? - chillé quitando mis auriculares.

- ¡Es todo culpa de ese maldito engendro!

Hice una mueca al escucharla gritar y la miré con extrañeza. ¿Ahora que bicho le había picado?

Hestia era rarísima de por sí decirlo, pero aveces se ponía en plan de "corran por sus vidas", que asustaba.

- ¿Engendro?

- ¡El de ojos de gatos! - volvió a vociferar, me daría dolor de cabeza en cualquier momento.

- Ah - sonreí, preparada para contarle cómo se llamaba ese chico - ¿Qué pasó? - decidí preguntar antes para no meter la pata.

- Yo como la buena hermana que soy, fuí a tu salón a buscarte porque no me respondías el móvil. Subí cada uno de los escalones que me dejaron sin aliento, atenta al teléfono por si me respondías - explicó atropelladamente - ¡Ahí fue cuando el engendro chocó conmigo! ¡Me trató como el culo, pero por supuesto que le devolví su hospitalidad! - ella siguió parloteanodo un rato - Me llamó puta...

Luego de un sin fin de palabras incordiantes  y unas cuantas maldiciones le puse atención una vez más.

- ¿Qué piensas de eso Hazel? ¿Crees que debería mostrarle algo que no soy? Pero sí lo soy. ¿O no? - tras terminar tomó una respiración profunda, de dónde había sacado tanto oxígeno para ese largo discurso.

Pestañeé un par de veces quedándome en una especie de limbo, decidiéndome si responderle o no.

- No pos miau - solté en un resoplido.

Bastaron unos segundos para que nuestras estruendosas carcajadas se esparcieran dentro de la pequeña habitación. Saltó sobre mí en la cama, aún riendo escandalosamente. La atmósfera se convirtió extraña cuando yo reía y ella reía más fuerte y entonces lo volvía a hacer más fuerte aún.

- Por cierto. ¿Adivina qué? - bailé mis cejas de arriba abajo luego de recuperarme del ataque de risa.

- ¿Qué? - suspiró.

- Yoongi está en mi salón - comuniqué al fin.

- Ajá - asintió sin importancia, como si le valiera un pepino mi comentario.

- Me senté a su lado - sonreí ladinamente, su mente aún no procesaba nada y me daba gracia.

- ¿Y Yoongi es? - alzó una ceja.

- El de ojos de gato, estúpida - rodé los ojos a su falta de interés.

- ¡¿Qué?!

Ja ja ja, sabía que volvería a gritar la muy maniática. Me pegué una palmada en la frente. La ví llevar una mano al lado izquierdo de su esternón dramáticamente.

- La traición, hermana - aunque su intento de actuación quedó en segundo plano cuando se reincorporó y abrió bastante los ojos - Un momento. ¿Te habló de mí?

¿Debía decirle que al chico no le hacía nada de gracia tenerla cerca y romperle el corazón? Ella me observó con un atisbo de ilusión, pero de seguro la mueca que hice se la quitó toda arrojandola de un precipicio.

- Si te soy sincera, Hestia - suspiré sonoramente preparándome mentalmente para más drama - Yoongi dijo que...

Unos toques a la puerta me interrumpieron todo mi intento de osadía. Compartí pensamientos con ella preguntándole si esperábamos a alguien. Cómo ambas negamos, terminamos las dos parándonos frente a la entrada.

- Toc, toc - una voz masculina habló del otro lado.

- ¿Quién es? - pregunté sin abrir la puerta todavía.

- Hambre - respondieron.

- ¿Hambre quién?

Abrí y me coloqué delante impediéndole la vista a mí hermana. Un chico alto y fornido estaba frente a mí y me pareció conocido.

- ¿Esta no es la habitación de Hestia? Vine a buscarla para ir a comer.

- ¿Sí?

Tras mi respuesta dudosa, la más pequeños me hizo a un lado de un empujón.

- ¿Johnny?

¿Johnny? ¿Quién es éste?

El chico se cruzó de brazos y sonrió.

- Dijiste que te esperáramos, pero nunca llegaste. Mark se quedó haciendo cola, pero si no nos apresuramos se nos pasará.

"¿Quién eres tú y quién es Mark?"

Pregunté metiéndome en su cabeza, el chico dió un saltito y miró hacia todas partes comenzando a temblar.

"¡Qué tierno!"

Le hablé otra vez, muriéndome de risa en mis adentros.

- Hazel basta - riñó mi hermana pegándome en un hombro - No asustes a mi amigo.

¿Amigo? Ay no.

- ¿Amigo? - inquirí ésta vez en voz alta - Que rápido superaste a Exel y Yoongi - me mofé.

- Es mi amigo normal - explicó vagamente meneando sus brazos.

- Si, tipo Exel.

- ¡Dije que normal! - se quejó, el chico aún nos miraba, lo único que le faltaba eran unas palomitas para que pareciera que estuviera en un cine.

- ¿En tu diccionario qué clase de amigo es normal? - ironicé.

- ¡Yah! - chilló indignada.

Okey, debía parar o me sacaría los ojos.

Finalmente los tres nos dirigimos a la cafetería del internado. Me senté junto a ellos porque no me apetecía socializar, ya bastante había tenido con ese par de cotorras en mi salón, llamados Lucas y Taeyong.

Sentí el juego que se había formado a mí alrededor, comenzaban a tirarse comida y eso daba asco, bastante para mí gusto. Yo solo me limité a seguir comiendo, hasta que alguien por obra del destino había decidido aventarme puré a la cara. Cerré los ojos y me paré dispuesta a encontrar el culpable de aquello.

- ¿Quién fue?

Llena de molestia – y de puré – observé a todos analíticamente para encontrar a quien fuera el o la graciosa. Tardé unos segundos, pero encontré al susodicho en la multitud. Ahí estaba ese malnacido riendo con burla.

- ¡Chúpate ésta! - grité tirándole al rostro un montón de espaguetis con salsa de tomate.

Jungkook estaba rojo y no solo de la salsa de tomate si no de rabia también. Yoongi no tardó en incordiarle.

- Pareces espagueti a la francesa.

En un dos por tres había comenzado una guerra de comida por todo el lugar y yo como la más cuerda salí endemoniadamente furiosa, con la intención de tomar una ducha. Ese tonto ya se las vería conmigo luego.

THE FATE OF THE SHADOWS [#1] // JEON JUNGKOOK; BTS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora