"Así, muñeca"

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Era extraño que Jungkook me hablara con ternura y siguiera abrazándome de manera tan cariñosa, no estaba acostumbrada a esas muestras de afecto, pero lo disfrutaba, con él me sentía cómoda.

- Jungkook.

- ¿Mmh?

El chico estaba detrás de mí haciendo cucharita, su respiración azotando mi cuello me ponía nerviosa.

Le había dado muchas vueltas al asunto, aunque todavía me sentía culpable por las muertes de hoy, no era mi culpa, eso quería creer. Esos tipos habían estado detrás de Leo desde hacía un periodo, su tiempo de morir iba a llegar de un momento a otro. Mala suerte la mía que fuera justamente anoche. Y en cuanto a Kai, si mi ex no me hubiese advertido sobre él, quizás yo fuese ahora la muerta.

Tenía que descubrir todo éste embrollo cuanto antes. Lo que más me tenía preocupada era Hestia. ¿Por qué Leo había insistido tanto en que la protegiera? Tenía que haberle escuchado antes.

Me volteé quedando frente al pelinegro, sus ojos me estudiaban como si estuvieran descifrando lo que pensaba.

- ¿Crees que la muerte de Kai es mi culpa?

Por un momento me aterré al verle tan serio, pero sus caricias en mi cintura me hacían sentir todo lo contrario.

- ¿Quieres contarme lo que pasó? - preguntó soltando un suspiro.

- Yo.. - parpadeé alejando las lágrimas que nuevamente se habían acumulado en mis ojos - Anoche me escapé con mi ex..

- ¿Tu ex? - alzó una ceja, asentí.

- El había estado insistiendo con que tenía algo importante que decirme y decidí ir a verle - expliqué vagamente - Me estaba esperando en el bosque..

- ¿Me estás diciendo que fuiste al bosque sola, a reunirte con tu ex porque estaba insistiendo en verte? - volví a asentir - Te pudo haber hecho daño, muñeca - levantó mi barbilla, su mirada detonaba preocupación ligada a enojo.

- El daño ya está hecho..

- Osea el cabrón ese sí te hizo algo - afirmó tensándose.

- Ese no es el punto - bufé.

- ¡¿Qué, cómo que no?!

- ¡Leo está muerto! - chillé perdiendo la paciencia - Le pedí que me llevara a Wardoon Ville porque no me sentía segura estando en el bosque, unos tipos nos comenzaron a seguir por todo el pueblo y él me contó que Kai estaba infiltrado.

- ¿Infiltrado en qué?

- No lo sé, no dijo nada más. Para cuándo salí de dónde estaba escondida, él ya estaba muerto - musité, las lágrimas volvieron a hacer acto de presencia - Por eso traté así a Kai, pero yo no quería hacerle daño. De verdad... - sollocé - El quería matarme, me lo dijo, yo solo necesitaba encontrar respuestas.

- Hey - acunó mi rostro - No fue tu culpa, todos vimos cómo se suicidó.

- Pero fue mi..

Me calló dejando un beso en mis labios, solo había sido un simple roce que conmocionó a mí corazón.

- No fue tu culpa - volvió a decir.

Teniendo la intención de hablar, nuevamente fuí interrumpida por sus labios presionándose en mi boca. Me besó con delicadeza, como si con eso quisiera transmitirme tranquilidad y decirme que todo estaría bien.

¿Por qué siempre terminábamos besándonos? A lo mejor me estaba volviendo loca, pero ya debía admitir que Jeon sí me gustaba. Que solo me estaba haciendo del rogar. Yo encantada por que él me rogara.

¿Y si hablábamos de anatomía?

Porque describiendo a éste ser de pura perfección, podía dar muy buenas lecciones descriptivas sin siquiera ser una experta.

El pelinegro se incorporó observándome desde arriba. En cámara lenta ví cómo sus músculos se tensaron y aflojaron al sacarse la camisa de uniforme, como si fuera lo más natural del mundo. ¿Desde cuándo sacarse una prenda había sido tan sensual? Eso sólo se veía en películas como Cincuenta sombras de Grey.

Me sentía como gallina atrapada en su propio gallinero por un lobo asechante preparado para devorarme.

Mi pecho subía y bajaba, las manos me temblaban y ni hablar del poso sudoroso que llevaba en mis pies y manos.

Ya está, hasta aquí había llegado yo, no iba a ser capaz de cumplir mis sueños y metas, ya era una presa capturada.

Se colocó sobre mí cuerpo volviendo a besarme, creo que ya no recordaba cómo se respiraba. Su mano tatuada se escabulló debajo de mi camisón acariciando mi abdomen y costillas, entonces gemí, pero ésta vez no era de excitación.

El dolor punzante en mi torso se hizo presente una vez más, ya había olvidado el golpe por completo. Cuando tomé una ducha antes no se veía muy bien, estaba segura que dentro de poco el morete se pondría de un color púrpura.

- Me gusta que gimas para mí - susurró en mi oído, volvió a rozar la zona afectada y nuevamente me hizo jadear - Así, muñeca.

- Jungkook, me duele - lo empujé, su rostro fue de confusión cuando me senté en el colchón y levanté la prenda para echarle un vistazo.

¡Ugh, estaba horrible!

- ¿Tu ex te hizo eso?

- ¿Qué? - lo miré atónita, en su expresión se podía apreciar lo enfadado que se encontraba - Claro que no, me caí en el bosque...

Mi explicación se vió interrumpida al escuchar unos toques en la puerta.

- ¡Noona!

¿Markie?

Fue Jungkook quién le abrió la puerta, el chico entró despavorido con cara de horror buscándome.

"¿Está bien? No podré estar tranquilo sin saber que no le pasó nada"

Sonreí al escuchar su mente, no me iba a cansar de decir que era tierno. Había que cuidarlo.

- Estoy bien Markie - volví a sonreír al escucharlo soltar un sonoro suspiro.

- Yo escuché lo que pasó con ese chico nuevo. Estaban haciendo demasiado alboroto con su muerte y...

Se calló abruptamente viajando su mirada entre Jungkook - descamisado - y yo, sus mejillas no tardaron en ponerse rojas de la vergüenza.

"¡Ay Dios, ellos estaban..."

Negó un par de veces como si así quisiera disipar sus pensamientos, tarde, ya los había escuchado.

Solté una carcajada al verle tan estupefacto.

- Bebé, necesito ayuda con ésto - alcé mi camisón dejándole ver mis costillas, susto fue el suyo cuando quité completamente la prenda quedando en sujetador. Estaba segura que en cualquier momento el chico estallaría de puros nervios.

Yo necesitaba que ese dolor que se estaba intensificando, desapareciera de una buena vez. Mark había caído por puro milagro, su don de curación me venía fantástico en éstos momentos.

- Nada de tocar de más - lo fulminó con la mirada Jungkook.

- N.. no - tartamudeó.

Era magnífico ver al menor utilizando su poder sobrenatural. No sentí absolutamente nada e incluso el cardenal ya había desaparecido, ese sí era un don lindo, cómo él lo era.

- Ya está - sonrió - Emm... Yo tengo que..

Señaló la puerta, asentí, pero antes de que se marchara besé su mejilla volviendo a ponerlo nervioso, era gracioso verle así.

- Gracias Markie - dije.

- No hay de qué, noona.

Aún no entendía lo que quería decir esa palabra, pero algo bueno o bonito debía ser para que Mark lo utilizara tanto conmigo.

THE FATE OF THE SHADOWS [#1] // JEON JUNGKOOK; BTS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora