Capítulo 3: No sé ni qué le vi a ése cabrón.

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Tahimí.





Quién me iba a decir que el atento y dulce Mariano me iba a salir tan hijo de puta. Si me lo hubieran dicho hace siete años , que sería así ... no me hubiera tomado el trabajo de aceptar su invitación a salir. En ese entonces tenía sólo trece años y el muy imbécil dieciocho. Mis padres por supuesto que se oponían a lo nuestro, pero era una *chiquilla enamorada del concepto de amor sin entender aún su verdadero significado.





Mariano era tan apuesto , todas mis amigas se morían por él. Esos ojos azul claro y su cabello castaño volvían loca a más de una , ahí no había desperdicio ... Él muy cabrón era todo un Adonis, por su trabajo en los muelles estibando hacía mucho esfuerzo y esos bíceps ... Por dios, aún en ésta situación me emociono al recordar nuestro inicio juntos, era tan diferente. Siempre con palabras bonitas y detalles especiales. Estaba tan ilusionada con él y mis padres hacían tanta presión por separarnos , que nos escapamos juntos. Pero claro ... cuando *se comió la merienda antes del recreo, todo empezó a cambiar.





Primero empezó abusándome psicológicamente diciendo que no servía para nada. Lo hacía con el pretexto de que no sabía hacer los quehaceres de la casa. Me humilló con el transcurso del tiempo cada vez más hasta llegar a la violencia verbal y física extremas. Sólo salían de sus labios palabras como " imbécil, *aura , * me resingo en el recontracoño de tu madre , * eres más fácil que la tabla del uno , ni un maldito * pestillo te hace nada, * me tienes quema 'o. Pero ojalá todo se hubiera quedado así ...





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Sus padres con la intención de ayudarnos y que tuviéramos privacidad , permitieron que nos mudáramos para un cuarto de madera que había en el patio. Los muy ingenuos pensaron que de esa forma nuestra relación mejoraría. No los culpo ... fueron dos años horribles.




Las cosas mejoraron un poco cuando descubrimos que tendríamos un bebé. Mariano se tragaba sus comentarios hirientes y por lo menos no discutíamos tanto. Todo estaba en una profunda calma que hasta a mí me era sospechosa. Pero la felicidad en casa del pobre dura poco , en cuanto la pobre Anahí nació todo se vino abajo.





Tarde comprendí el motivo de su enfado , quería un varón y no una niña. " Ni para eso sirves hija de puta , * ya salió el peine. A ver ... dime de qué imbécil es esa *chiquilla , porque mía no es. En mi familia hay sólo varones... ¿ de quién es hija?". Fueron sus primeras palabras , las otras recién paridas estaban sorprendidas. Mientras sus esposos las mimaban y las cubrían de obsequios yo tuve que aguantar un escándalo monumental con bofetada incluida.






Aquél hospital parecía un circo y nosotros los payasos. No podía levantar la vista del suelo de la vergüenza. Mariano no se tocaba el corazón para denigrarme enfrente de las demás personas. Es como si fuera feliz con hacerme sentir menos y trapear el suelo conmigo.




Cuando volvimos a casa quise marcharme pero Iraida y Matías me suplicaron que tuviera paciencia con mi esposo. Ingenuamente traté de llevar la fiesta en paz una vez más. Aún cuando cada vello de mi cuerpo me alertaba de que pronto todo se pondría mucho peor , contra todo pronóstico les hice caso.





Sus borracheras se hicieron más frecuentes y las discusiones regresaron. Aún no olvido el primer día que me dio un piñazo , no pude defenderme porque tenía en brazos a nuestra niña. Cómo olvidarlo si tenía sólo tres meses ... Recuerdo que del golpe casi pierdo el sentido , pero de sólo pensar que mi hija podría caer de mis brazos me mantuve en pie.




Desde ese día nuestra relación fue una batalla campal. Hasta ese momento jamás me había defendido de sus agresiones pero ya no estaba sola. Ahora tenía una hermosa pequeña ... una criatura indefensa que proteger. La puse en la cuna con cuidado y nos fuimos a los golpes. Puede que no terminara bien para mí , pero no me rendiría sin luchar.





Bitácoras Del Comienzo 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora