Capítulo 12: Nuestro primer encuentro.

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Brenda.

Anahí es mi única amiga en todo el mundo y mi única familia aquí, para mi desgracia hace dos años que falleció mi madre. Fue un golpe muy duro y de no ser por ella no sé qué sería de mí. Nos queremos muchísimo, pero tenemos caracteres completamente opuestos. Por eso con frecuencia chocamos, tenemos ciertas discrepancias ante la forma de ver la vida.

Para ella todo debe ser blanco o negro, yo en cambio conozco los colores intermedios. El dinero para ella debe ser ganado con sacrificio y honradez, en cambio yo soy una *jinetera ... me gusta la vida fácil y los gustos caros. Tiene veintiún años y todavía es virgen, en cambio yo he estado con esa misma cantidad de hombres en un sólo año. Somos como el Ying y el Yang, sólo que es difícil establecer cuál es cuál. A nuestra manera cada una tiene sus propios demonios guardados en el closet y no hablamos de ello, es mejor así.

La he visto rechazar tantos buenos prototipos de hombres en estos años que hasta llegué a pensar que era *tortillera, pero no ... sólo no le nace dejarse querer, es un tanto arisca. Aún espero la llegada de ese hombre que le mueva el piso. Qué digo ... como es ella de soberbia , mejor que sea un maldito terremoto. Sólo así se verá superada y se entregará al amor. Es dulce y cariñosa, pero sin embargo se aleja de todo lo que la pueda dañar. Aún cuando se pierda de vivir cosas lindas en el proceso. Quiero que sea feliz y encuentre esa persona que la haga desprenderse de toda esa coraza.

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Aún recuerdo cuando nos mudamos de Las Tunas para acá luego del divorcio de mis padres. A mí mamá le costó un trabajo inmenso acostumbrarse a vivir acá. Estábamos lejos de papá, pero también de todos nuestros familiares. Creo que fue en séptimo, fue un período oscuro. Aún me afecta demasiado recordar aquellos días.

Todos los chicos del colegio se reían de mí, me apodaban la *Palestina y era horrible. Los chicos eran muy crueles, pero las chicas más... bueno, todas menos una. En mi clase había una chica de cabellos muy largos y castaños, preciosa por cierto. Su tez era de un blanco inmaculado, completamente diferente a la mía que soy trigueña ... Algunos al verme creerían que soy mulata, de lo oscura que es mi piel.

Pero ésta belleza de mujer, no hablaba con nadie... Si me la cruzaba por el pasillo y por error la saludaba, me contestaba fríamente a duras penas. Fue entonces cuando empecé a mirar detenidamente sus acciones y aficiones, justamente por ser diferente al resto. Descubrí que le encantaba la poesía y los grandes clásicos. Shakespeare es uno de sus escritores favoritos y la novela que le he visto leer más de cinco veces es Jane Eyre.

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Un día me molestaban los de clase y salió a defenderme como una leona, la condenada es buena en Taekwondo. A pesar de ser absurdamente alta parece tan frágil y delicada que nunca lo hubiera imaginado. Por eso no podemos juzgar un libro por su portada.

Me quedé boquiabierta al ver cómo se peleaba con aquellos chicos como si fuera un hombre. Eran tres, pero a uno lo dejó sin servicio de una fuerte patada en los genitales... ufff, eso debió doler. Se movía con una precisión y una elasticidad envidiables. Era tan rápida que a los imbéciles les costaba seguirles el ritmo. Daba pequeños saltos y se movía de un lado a otro , parecía toda una profesional. El más alto intentó propinarle un derechazo pero lo esquivó reventándole la cara con una patada voladora por la cabeza. Cayó sin conocimiento y el último agresor en pie se veía algo desorientado, viendo los cuerpos adoloridos de sus compañeros en el suelo. "La Rivera" es como un parque situado en las orillas de un río, de allí el nombre. La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús queda justo al lado y después nuestra escuela.

Por suerte no había ningún maestro cerca o de lo contrario nos habríamos metido en una buena. Cuando comprobó que esos *singa'os no suponían amenaza alguna, tomó sus cosas e intentó continuar su camino como si nada. Sin pensarlo dos veces me le atravesé enfrente y la miré con firmeza. Ella parecía algo molesta con mi atrevimiento, pero se mantuvo en silencio mirándome con esos fríos ojos azules y esa sonrisa feroz.

-Quiero agradecerte-dije con nerviosismo para romper el hielo-. Estás en el grupo 7mo A al igual que yo ... ¿No es cierto?-levantó una ceja con hastío e intentó continuar con una débil sonrisa.

Nuevamente le volví a bloquear el paso, esta vez me lanzó una mirada glacial. Se le está agotando la paciencia y me mira con desconcierto. Se sacude el cabello y se pone las manos en la cintura visiblemente molesta.

-Eres insistente, eso me gusta. No tengo amigos, son un estorbo-me mira sin expresión y se encoge de hombros-. Pero si quieres tratar de ser mi amiga, eres bienvenida.

-En serio ... ¿No me dirás cómo te llamas?-le pregunto con los ojos como platos, ésta chica es toda una * marimacho... Me encanta-Soy Brenda, por cierto y gracias por lo de hace rato.

-No me gustan las injusticias y entre chicas deberíamos ayudarnos-reanuda la marcha y no me atrevo a interponerme de nuevo. Pero me deja un mal sabor de boca que me deje a medias con la conversación. Cuando casi llega a la esquina se voltea con una sonrisa como si adivinara mis pensamientos-Soy Anahí, por cierto... un gusto conocerte Brenda.





Bitácoras Del Comienzo 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora