Capítulo 6: Con las manos en la masa.

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Iraida.


Siento un gran dolor en mi pecho. Me duele que las cosas terminaran así. En éstos años llegué a quererla como a una hija y cómo no , si es tan dulce. Es la hija que nunca tuve y me dio lo más preciado, mi adorada Anahí. Pero el anormal de Mariano lo echó todo a perder.


Sino fuera tan imbécil y le demostrara aunque sea un poco de respeto, no estaríamos en ésta situación. No malinterpreten , para nada me enorgullece su actitud y mucho menos la justifico. Siempre ha sido déspota, frío , calculador, mentiroso y para colmo de males *creyente. Pero qué puedo hacer, después de todo es mi hijo.


Sólo puedo rezar para que mi nieta no pague los platos rotos. Esta separación podría ser la solución o la antesala de algo más grande por venir. Esperemos que me equivoque , pero ya saben el dicho " más sabe el diablo , por viejo ... que por diablo".


****


Estoy realizando los quehaceres del hogar, desde que Tahimí no está aquí todo el trabajo recae sobre mí y estoy algo mayor. Terminé de lavar, fue un desastre ... ésa lavadora rusa es muy vieja y a cada tanto me coge la corriente. Pero no debo quejarme, por lo menos no se fue la corriente como otras veces. Pude terminar de lavar y hacer la comida. Hoy van en coche con un sopón de arroz y de ave ( averigua tú qué le eche, si no hay de nada).


Me cambio de ropa porque la tengo entripada en agua, tal parece que me metí a bañarme en la lavadora. Cuando voy saliendo al patio oigo unos gritos algo peculiares , no puedo creerlo y camino en dirección del sonido. Definitivamente proviene del cuartico del fondo, el que ocupaban con la niña. Que no sea lo que estoy pensando , son apenas las 2:30 pm y me va a oír.


Con cautela me acerco sin hacer ruido y los espío por un agujero en la pared. Hay dos personas en el interior teniendo sexo salvajemente, me impresionó tanto que debí cubrir mi boca para no delatarme. La mujer no la conozco, pero está recostada sobre una mesa y mi hijo se la está *singando muy a gusto. La muy zorra grita como una demente, aunque en el fondo la comprendo. Mis hijos heredaron el *pingón de mi marido y su magia para engatusar. Porque el pobre dinero nunca ha tenido, ni belleza que encante tampoco... pero eso sí , puede dormir parado.


Por un momento pensé hacerme la de la vista gorda y hacer de cuenta que no he visto nada. Pero hay que tener la cara muy dura para hacer éstas cochinadas en casa de sus padres y a pleno día. Por eso sin pensarlo , de un empujón abrí la puerta y les dañé la *pisadera. Los descarados ni siquiera me han oído y cómo hacerlo, si ésta señorita grita más fuerte que el pito de un tren.

Me les voy acercando como un tigre , en silencio ... Me río como una colegiala al imaginar la cara de disgusto que pondrá Mariano cuando le dañe el *palo ( así también se le llama a tener sexo). Están llenos de sudor y creo que llegué justo a tiempo, esa mesa no resistirá mucho.


Con la cara más seria que pude encontrar lo toco por la espalda, me da asco sentir su piel resbaladiza. Él pega un salto sorprendido y el cuero malo ese con el que anda no sabe dónde meterse. Por lo menos les queda algo de vergüenza ... Mariano se cubre la *pinga con las manos rápidamente. Está muy disgustado, como si no estuviera cansada de verla. De paso le tira una toalla a la pobre chica para que se cubra.


-¿Se puede saber qué cojone' es esto y a pleno día?-ambos intercambian miradas, pero se mantienen en silencio-. Se pueden dar con una piedra en el pecho que los sorprendí yo en lugar de tu padre.

-Ma... mamá, déjame y te lo explico-me dice tartamudeando y me cruzo de brazos. Quiero ver con qué cuento me sale ahora-. Lo que pasa es que ella tenía un dolor en el pecho ...-su excusa es tan mediocre , que hasta la zorra que tiene al lado se tapa la boca con las manos para que no la vea reírse.

-No me digas, yo no sabía que eras médico-dije con sarcasmo y a la chica se le escapó una carcajada.


-No , el problema es que tú sabes ...-guardó silencio al ver cómo negaba con la cabeza. En verdad no sé cómo le ponía los cuernos a Tahimí, es tan malo para decir mentiras-. Le dio como un golpe de calor...-no lo dejé terminar, ya escuché suficientes boberías por hoy.

-Que curioso ...-digo señalándolos con el dedo a ambos, para que recuerden en la penosa situación que están-. Yo no sabía que eras bombero-me le acerco con descaro y le agarro un brazo para dejarlo en cueros delante de su conquista. La muy puta le dedica una mirada libidinosa. No se puede negar que es una mujer de la calle ... Si no fuera porque Mariano no tiene un centavo partido por la mitad, diría que es una *jinetera barata-. Te doy este consejo porque está claro que de fuegos no sabes nada. Los incendios se apagan con agua, no metiéndole la *pinga hasta el esófago ...-la muy descarada vuelve a reír estridentemente, la miro muy seria para que no me pierda el respeto y agacha la mirada-. No te voy a repetir esto dos veces ... Como me traigas alguien más aquí para montar estos numeritos , te desfondo el culo a pata' y te saco de ésta casa. ¿ Estoy siendo lo bastante clara?-grito a voz en cuello.

-Si *pura-responde la chica con insolencia. La miro con frialdad y guarda silencio.

-Tú... no te metas, que estoy hablando con mi hijo-le suelto un bofetón para que respete a sus mayores-. Mariano ... Ésta casa se respeta. Ahora, responde... ¿estoy siendo clara?-le digo con profunda molestia.

-Transparente-me responde entre dientes. Está entre abochornado y molesto, ya está grande para que lo humille así. Pero no puedo permitir que mi casa se vuela un burdel, primero muerta.

-Ahora que he sido lo bastante específica en mis palabras-digo chasqueando los dedos-. Amiga *reme que aquí no pican, *váyase con su música a otra parte-muy molesta recoge su ropa y se marcha lanzando maldiciones.

-Maldita vieja metiche...-le agarro un brazo y la sacudo con fuerza.

-Tenga mucho cuidado mija...-me mira con temor, todavía tiene los cinco dedos marcados del bofetón-. Porque a su edad ya no le salen los dientes, pues. Así que *calabaza, calabaza. Aquí se rompió una taza , cada uno pa' su casa y el que no tenga casa que se vaya pa' la plaza-Ahora fue Mariano quién se le escapó una carcajada y lo miré con ganas de degollarlo vivo.

Cuando estuvimos solos el muy descarado me abrazó todo desnudo y lo empujé con rudeza hacia el otro extremo. Siguió riendo con más fuerza.

-Pero... ¿Qué te pasa hijo, respeta?¿ Cómo me vas a restregar esa cosa?- digo respirando profundo y lanzándole la maldita toalla.

-Mami es que eres la mejor...-no para de reír el condenado-. Me has hecho un favor, te quiero.

-¿Cómo... qué favor?-me pongo las manos en la cintura-¿Se puede saber de qué hablas Mariano?

-Que me salvaste de ésa imbécil, es una *mala hoja. Solo estaba haciendo mi papel de hombre, después de todo un *bollo siempre es un bollo aunque esté más que usado y no sirva para nada. Para colmo creo que un vegetal en la cama se mueve más que ella , no tiene chiste-contesta con descaro.

-*Me cago en el recontracoño de tu madre. ¡Ay, Mariano!. ¿ Qué coño hago contigo?-digo estallando en risas también por sus ocurrencias.

-Mamá, pero si eres tú misma... Ya estás *chocheando-me dice haciéndose el listo y le doy un bofetón para que me respete.

-Por eso mismo, yo me entiendo-digo para mí, pero él se ríe divertido. Me parece entenderle entre dientes " está fundía, ahora hasta habla sola"-. Usted se calla la boca que nada bueno ha hecho. Debería darle vergüenza , tan viejo y tan *comepinga como es-lo empujo y salgo hecha una furia mientras él se ríe más alto. No cabe duda que está juventud está perdida.

Bitácoras Del Comienzo 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora