Brenda.
Cuando terminamos de revolcarnos * calabaza, calabaza... cada uno pa' su casa y el que no tenga casa que se vaya pa' la plaza. Es mejor así, sin ningún tipo de complicación ni silencios incómodos. Pasamos un buen momento, pero hasta ahí. Si otro día nos encontramos y queremos repetir perfecto, pero sin compromiso.
Camino despacio en la oscuridad, no hay mucha iluminación por eso de ahorrar la electricidad. Pero es aún mejor que dormir con tronco de apagón en pleno verano, así que no nos quejemos ... Podría ser mucho peor. Trato de meter mi llave en la cerradura sin hacer ruido, pero la oscuridad no es que me ayude mucho. Después de unos minutos logro hacer que entre y de puntillas camino en la habitación para no despertarla.
De pronto la puerta se cierra de golpe y una cara fantasmal con la pintura corrida me aparece justo enfrente. Pego un brinco asustada y maldigo como cualquier cubana haría. No lo voy a negar, somos muy mal hablados... creo que es algo étnico del país. Porque la cubana es la única mujer que te va a decir " * me sale de la pinga" sin tener una.
-*Pingaaa-grito con fuerza tocándome el pecho, por poco y me da un infarto. Al ver que es ella, respiro aliviada-. ¿ Qué cojone' haces detrás de la puerta mija?
-No podía dormir y me levanté por un vaso de agua-me dice con un hilo de voz, ésta no es la Anahí que conozco... La verdadera me hubiera dicho horrores por llegar tarde. Mínimo , intentaría sermonearme por no estar aquí a éstas horas o sobre por qué no debo ser tan promiscua. A ésta no la reconozco , no es ni su sombra y me preocupa grandemente. ¿ Qué le habrá sucedido? Me pregunto a menudo sin encontrar respuestas.
****
A pesar de estar preocupada por ella, estaba muerta de cansancio... como comprenderán. Dormí de un tirón hasta las dos de la tarde y hubiera sido por más cantidad de tiempo si Anahí no me quitara el ventilador. Lo que tiene es una obsesión con respecto al ahorro de corriente.
-Anahí, por Dios. Pon el *singa'o ventilador que tengo sueño-no tengo fuerzas ni para abrir los párpados, ella sonríe divertida. Por lo menos está de mejor humor ésta tarde-. Anda, no seas mala ... después te presento algunos extraños, quién quita a lo mejor te hacen el milagrito.
Al escuchar mis palabras se sonroja y toma asiento junto a mí en la cama. Ante el prolongado silencio me incorporo de un salto, aquí pasa algo. Está más callada que de costumbre y eso no me gusta. Se restriega las palmas de las manos de forma compulsiva. Esto no está nada bien, para mí gusto.
-¿Qué sucede contigo? Estás demasiado callada, eso no es propio de ti-la miro con decisión y no me ve a los ojos, más bien me ignora.
Me incorporo de una vez y la tomo de las manos, quiero que me vea a los ojos. Le acaricio la mejilla y una lágrima traicionera se escapa de sus lindos ojos. Me parte el alma verla así, siempre he sospechado que lleva una carga bien grande sobre sus hombros, pero nunca me atreví a presionarla hablando sobre eso. Ahora comprendo que quizás fue un error de mi parte tratar de tapar el sol con un dedo.
-Sabes que puedes contarme lo que sea. No soy nadie para juzgarte ni decirte qué debes de hacer-me mira con atención, se ve muy afectada-. Sólo te prestaré mi oídos para que te desahogues y mi hombro para que llores-me sonríe con profunda melancolía.
****
Permanecimos en silencio un largo tiempo. Ella no era capaz de articular palabra y en mi defensa , no hallaba un mejor modo de romper el hielo sin lastimar sus sentimientos ... por eso esperé en silencio a que estuviera lista no soportaría ser la responsable de ocasionarle más dolor. Con los ojos rojos de tanto llorar se sonó la nariz con un pañuelo que le alcancé y al contemplarlos pude ver un abismo en su mirada.
-Mi niñez fue un desastre...-rompe en llanto sin poder ahogar los sollozos-. Mis padres se golpeaban diario a modo de deporte, las ofensas y abusos eran su muestra de cariño-guarda silencio y una lágrima de dolor cruza su mejilla-. Un día en el que mi madre no aguantó más sus *manos de tranca , ante el desespero, quiso envenenarse... y casi lo logra. Lo peor es que todo sucedió frente a mis ojos como otras tantas veces-vuelve a callar, deben ser recuerdos muy duros-. Quiso terminar con ése círculo vicioso de agresor-victima y por eso nos marchamos a la casa de mis abuelos maternos. Pero ahí sólo continúo mi sufrimiento... Mi pobre madre estaba despechada-me mira con rabia en la mirada, una que jamás le había visto-. No sabes de lo que es capaz una mujer despechada. Tuvo más de un *marinovio por aquel entonces, pero hubo uno...-vuelve a estallar en llanto, me duele que pasara por tanto-. No me preguntes su nombre, me dan náuseas de sólo recordarlo. Él me manoseó más de una vez, callé por vergüenza ... pero cuando por fin me armé de valor y le dije a mi madre, no me creyó... ¿ Puedes creerlo?-me dijo con una sonrisa que no le llegó a los ojos—. Mis primos y hasta una prima lejana abusaron de mí, de formas que no eres capaz tan siquiera de imaginar. Fueron tantas mis desgracias que no tendrían un final... por estar expuesta a tanto abuso, mi identidad sexual se eclipsó. Pero hubo un último evento que fue el detonante para acabarme de hundir en las sombras-hace una pausa y se muerde los labios , hasta hacerlos sangrar sin darse cuenta-. A mi madre se le ocurrió a modo de prevenir éstos sucesos y para poder divertirse sin preocupaciones, llevarme con ella a los centros nocturnos que visitaba-ahoga una sonrisa de sarcasmo-. En su defensa era alguien muy joven y pensó compartir conmigo como con una hermana. La diferencia es que ella tenía veintidós y yo apenas cumpliría ocho unos meses más tarde. Me dejó en compañía de un "amigo" suyo y se fue a divertir con su nueva conquista-dijo con una amarga sonrisa y me miró de frente con una calma que congeló mi sangre-. Éste amigo suyo me agarró sin previo aviso y me besó de un modo asqueroso, metiendo su fétida lengua hasta mi garganta-calla para recuperar el color de sus mejillas, se ha puesto helada de pronto-. Aún puedo sentir su saliva repugnante resbalar por mi garganta y su aliento a cigarro inundar mis fosas nasales.
Se pone de pie halándose con fuerza de los cabellos y sonríe como una demente, estoy aterrada. Intento evitar que se haga daño, pero es inútil ... está como poseída. Sonríe con maldad y me mira de un modo que me pone la piel de gallina. ¿Quién es ésta persona aterradora y qué ha hecho con mi dulce Anahí?
****
Al fin logré que se calmara y nos acostamos una al lado de la otra, está exhausta. Le acaricio los dorados cabellos con pesar, nadie debería pasar por tanto y menos a tan temprana edad. Aún no sé de dónde saca la fuerza para sonreír todo el tiempo, yo no podría. Creo que ni siquiera soportaría que se me acercara alguien del sexo opuesto.
-¿Sabes qué es lo peor de todo?-me dice distante y la miro sin comprender-. Qué ese chico del otro día hoy intentó besarme y en lugar de sus labios, sentí los de ése cochino sinvergüenza-un profundo asco se refleja en su mirada-. Salí corriendo como loca, perdón ... dejé sin querer tus zapatillas-sonríe con tristeza y me mira desesperada-. ¿ Y si después de todo él ganó?
-¿De qué hablas Anahí?¿Quién ganó?-le pregunto asustada.
-¿Y si después de todo soy incapaz de entregarme al amor?-pregunta para sí misma en un letargo, no ha escuchado ni una palabra de lo que he dicho-. ¿Y si nunca puedo ser feliz?
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Bitácoras Del Comienzo 1
DiversosAnahí González Hernández tuvo una niñez muy atípica. Desde muy pequeña atravesó por situaciones muy dolorosas . Su entorno familiar era completamente disfuncional. Tras el divorcio de sus padres el panorama en lugar de mejorar , se vuelve más aterra...