(T2) Capitulo 14: Solución

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Apep
Ubicación: Residencia Xian

No sabía cuántas horas habían pasado, pero ahora sentía algunas caricias en mi cabello, haciendo que me despertara. Al abrir mis ojos, ví a Camill parado a un costado mío, así que me sorprendió bastante y le levanté casi que enseguida.

- ¡Camill! ¿Cómo te sientes? Debes quedarte recostado, por favor vuelve a la cama.

Le dije, y rápidamente lo tomé por su mano para poder llevarlo a la cama otra vez y hacer que se sentara ahí.

- Debes descansar más, avisaré para que nos traigan el almuerzo y--

Camill: Perdón...

Me confundí bastante al escuchar aquello, no tenía claro por qué me pedía disculpas de repente. Decidí revisar primero su medicina, aún faltaba por acabarse, así que tomé asiento a su lado y lo miré.

- ¿Por qué me pides perdón? No has hecho nada malo.

Camill: ... No conozco nada de acá, te atraso con tus obligaciones todos los días, y ahora desperté aquí con... Esto puesto.

Solté un leve suspiro al escucharlo, estaba frustrado por no poder llevarlo conmigo cada vez que salía, así al menos él no se quedaría solo en casa esperando por mí.

- Tú no te preocupes por nada de eso ¿Bien? Me quedaré para cuidarte, no me importa lo demás, sólo quiero que estés mucho mejor.

Luego de decir esas palabras, acerqué una de mis manos a su oreja para tirar de ella.

- Y no vuelvas a saltarte ninguna comida ¿Qué es lo que piensas? Me haces preocupar.

Lo regañé, y luego me crucé de brazos, él ya estaba poniendo ojitos de cordero, eso causó que sonriera un poco. A partir de ese día estaba dispuesto a hacerme responsable de él, a cuidarlo, pasar tiempo a su lado; todo.

Camill: Lo siento, de verdad no tenía hambre...

- Nope, basta ya de disculpas, confío en que no volverás a hacerlo.

Le respondí de manera amable para así ya acariciar un poco su mano. Pronto había sacado mi teléfono y le mandé mensaje a los de la cocina, traerían mi almuerzo y algunas frutas para Camill, eso era lo que más comía... Y también muchos champiñones.

Tan pronto como todo eso llegó, tomé el plato de Camill y el tenedor para darle de comer yo mismo. Podía sentir esa mirada suya penetrando mi ser, no apartaba su vista de mí, pero no lo regañaría más por indicaciones del doctor.

Y así, los días pasaron. Había empezado a hacer algo de ejercicio con Camill, era muy bueno escalando y corriendo; hacia de todo. Yo por otro lado prefería quedarme levantando con un par de mancuernas y en la sombra, pero siempre mirándolo.

- (Tengo que pensar en un plan para sacarlo de aquí sin que noten esa cola que tiene y sus escamas... Pero ¿Cómo?)

Camill: Ya terminé. Corrí al rededor de la hacienda 10 veces ¿Y ahora qué hago?

- ¿¡Tan rápido!?

De verdad me sorprendía la condición física de ese muchacho, le había puesto un montón de tareas, sin importar cuan absurdas fueran las completaba sin problema...

La vez que mi especie se extinguióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora