Re-Programado

Mi nombre es Steven

Steven seguía llorando en su habitación, o mejor dicho, la habitación que solía ser de su madre mentirosa, las lágrimas no cesaban, solo quería un abrazo, que alguien le dijera que todo estaría bien.

Las personitas comenzaron a salir de sus escondites y comenzaron a abrazarlo en la medida de lo que sus pequeños cuerpos se los permitían.

– Pink ¿Por qué lloras? – preguntó uno.

– Yellow volvió a gritarte – le siguió otra.

– ¿Te tomó fuerte del brazo como la última vez? –.

– Descuida, los Guijarro jamás te juzgaremos – dijo un último.

Steven volteó a ver a sus pequeños acompañantes mientras sonreía, al menos estaba obteniendo consuelo y no estaba tan solo como creía. Fue entonces que algo hizo click en su mente, los comentarios de los Guijarros, entonces ¿Era tan común que Yellow tratara mal a su madre?

– Oigan… ehh ¿Guijarros? Yo emm… temo decir que ya no soy su ¿Pink? Ella abandonó su forma física para que yo existiera – mencionó Steven mientras levantaba su camisa para mostrar su Gema – Sé que es confuso, incluso para mí lo es, pero no quiero mentirles –.

– ¿Qué no es Pink? –.

– Entonces ¿Quién eres? –.

– Mi nombre es Steven Universe, soy mitad terrícola, creo que ustedes los llaman orgánicos – contestó Steven tratando de explicar lo mejor posible.

Se escucharon múltiples voces de cada Guijarro, cuestionando, jugando y tratando de entender, así duraron hasta que la puerta volvió a abrirse revelando ahora a una Perla Azul.

– Pink Diamond, mi Diamante quiere hablar con usted – .

Steven agacho un poco la mirada, ya no confiaba en estás mujeres gigantes, si bien Blue aún no le había hecho nada, no podía fiarse, una le quitó su Gema, otra lo amenazó, está era la última con la que faltaba lidiar. 

A regañadientes Steven siguió a la Perla sin dejar de lado la curiosidad y volteando a ver para notar la arquitectura Gema.

Cuando llegaron a la "habitación" de Blue, la misma se encontraba cepillando su cabello blanco mientras el cepillo cantaba una canción sobre la soledad.

– Mi Diamante, su invitada Pink Diamond está aquí – dijo la Perla haciendo una reverencia.

– Gracias Perla – mencionó el susodicho Diamante mientras se ponía de pie y se acercaba a Steven – Pinky, hay muchas cosas que aún quiero resolver contigo, pero aún así, estoy muy feliz de que sigas con vida, entera y no hecha un montón de fragmentos –.

Steven no contestó, solo se paró incómodo, no sabía qué decir, a pesar de que Blue parecía ser diferente.

– ¿Por qué estás tan callada Pink? – preguntó Blue mientras Steven desviaba la mirada – Oh por mí… Yellow volvió a gritarte ¿Verdad? – Steven levantó la mirada ante la declaración de Blue, dándole la respuesta – Yellow parece que no se puede quedar callada, después de casi 6.000 años de creer que estabas muerta y cuando al fin te recuperamos lo que hace es gritarte –.

– ¿Tú no vas a hacerme nada? – preguntó cauteloso Steven, sentía miedo de preguntar, pero también quería corroborar que no corría peligro con esta mujer al menos.

– De verdad no recuerdas nada ¿Eh? – dijo Blue notándose abatida para pasar a una sonrisa nostálgica – Yo era muy cercana a ti, nosotras cuatro solíamos pasar tiempo juntas, pero después de que tu desapareciste, nos distanciamos mucho – Blue comenzó a llorar un poco.

Steven observaba a la mujer Azul Gigante con curiosidad, no se parecía a las otras, mientras el corte de las otras parecía rígido, borde y frío, esta mujer parecía más suave, cuando ella comenzó a llorar, Steven sintió un profundo dolor, pero no uno físico, era más un dolor emocional, sin saber que lo provocaba.

– Oh… Perdón, lo que pasa es que fueron muchos años, creo que nos será difícil – sonrió Blue mientras secaba sus lágrimas.

Steven vio una pequeña luz de esperanza, tenía color Azul.

– Oye, se que esto suena un poco… pero ¿Podríamos volver a hacer lo que dijiste? ¿Volver a pasar tiempo juntos? ¿Volver a ser unidos? – dijo Steven con una sonrisa.

Blue estaba asombrada, era la primera vez que hablaba con esta "nueva" Pink, y ya había logrado pasar una pequeña barrera dentro de ella, Blue quería evitar está conversación, no quería pensar que estaba reemplazando a Pink, a pesar de ser relativamente la misma Gema.

Cuando había escuchado del regreso de Pink, casi había saltado de alegría, tanta era su emoción que no leyó las letras pequeñas del reporte de Yellow.

Cuando la Gema de Pink fue separada del orgánico, y en lugar de reformarse como Pink, se reformó como una forma rosa brillante del orgánico, Blue estaba impactada, fue peor el sentimiento cuando la Gema rosa gritó que Pink ya no existía, conocía a las otras Diamantes cómo para saber sus reacciones. 

White era demasiado orgullosa y terca como para admitir que se había equivocado, trataría de seguir manteniendo el control de su perfección, seguro ya estaba maquinando un plan para lograr encajar a la nueva Pink en el sistema.

Yellow era muy recta y le gustaba ser lógica, ella probablemente no lo aceptaría pero eventualmente disciplinaria a la nueva Pink para que encaje, probablemente le daría reprimendas, pero Blue sabía que Yellow era blanda, parecía dura pero también podía ser cariñosa, aunque a estás alturas Yellow se había cerrado de corazón ante la idea de encariñarse.

Y luego estaba ella misma, ella aún sentía el vacío de perder a Pink, no perdieron su Gema, pero si perdieron a su Pink, no era la misma, tenía su esencia pero no era la misma.

– Yo… ehh… – Blue desvió la mirada sin saber que responder.

– Yo creo que no debí mencionar eso, pero es que te veías tan nostálgica, siento que nunca querría reemplazar a Pink, pero también creo que a veces es importante seguir adelante y aceptar algún cambio – mencionó Steven con una sonrisa tímida pero también tan brillante que la misma Blue quedó deslumbrada.

– Augh… ¿Por qué es tan difícil odiarte? Se supone que está plática estaba planteada cómo un regaño, nunca aceptaría a una nueva Pink, pero eres tan similar y tan diferente que por alguna razón nunca escapó de tus encantos – dijo Blue frustrada.

– Hey, entiendo, tengo amigos en la Tierra que aún les cuesta aceptar que no soy mi madre, tal vez te resulte más fácil aceptarlo si me pones otro nombre que no sea Pink… –.

– ¿Quieres que te llame Rose Quartz? – dijo ella molesta.

– No, creo que a mí tampoco me gustaría que me dijeras así – mencionó el niño mientras se apretaba la parte de la camisa dónde se encontraba su Gema – ¿Te parece simplemente Steven? Es un nombre humano, es simple ¿No? –.

Blue observó al pequeño individuo, no sabía qué hacer, se mordió el labio inferior tratando de decidir sin llegar a una conclusión, y después de un gran rato:

– Yo lo pensaré … ya puedes volver a tus aposentos, pídele a los Guijarros que preparen tu lugar de alojamiento –.

– Muchas gracias Blue, nos vemos – mencionó el niño saliendo finalmente con una sonrisa.

Steven regresó a la habitación con una sonrisa, había logrado calar en una de las mujeres gigantes, si lograba hacerse amigo de Blue, al menos, no estaría tan solo en esa prisión de autoridad, aún le asustaban las mujeres, pero Blue parecía ser más flexible.