Ella no escuchá

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Hablar con White fue difícil. Steven sabía que requeriría todo de sí mismo para lograr que White lo escuchara realmente, ella era necia, siempre se posiciona por encima de los demás, con justa razón, ella era la perfección personificada.

Steven aun asi lo intentó, realmente lo intentó, pero siempre le resultaba complicado, cada que estaba cerca de White, y estaba cerca de sacar el tema de las gemas corruptas, algo dentro de él simplemente lo paralizó, su cuerpo se entumecía y se le dificultaba respirar con fluidez.

— Estrellita, ¿Quieres hablar de algo conmigo? — mencionó White en uno de los muchos intentos de Steven notando la incomodidad del  niño.

— Yo… Este… — Steven tragó saliva, tratando de poner palabras en su boca sin encontrar nada — Hace poco descubrí que las Colonias abandonadas desarrollan diferentes organismos que podemos usar como nuevas bases — terminó diciendo casi como reporte, sin poder decir lo que realmente quería.

En otra ocasión, Steven solo abría y cerraba la boca, esperando formular e iniciar la plática que había estado evitando.

— Steven ¿Hay algo que quieras decir? — preguntó White notando su lenguaje corporal.

— Yo… Nada, las colonias están perfectas, las tazas de Cuarzos se mantienen estables gracias al sistema de reparado de gemas que sugerí a las Peridots, aprovechando la energía restante de las Colonias abandonadas — dijo el niño, riéndose internamente por volver a desviar el tema.

White no era tonta, sabía que algo pasaba con el niño, había algo que quería decir, pero también había algo que estaba ocultando y ella lo quería saber, usando uno de sus trucos.

— Steven, qué bueno que estás aquí… Últimamente te veo un poco distante… ¿Tienes miedo de decirme algo? — dijo la Diamante más grande con la voz más amable que Steven pocas ocasiones escuchaba en ella.

— No… Simplemente no tengo mucho que reportar, y dudo que te interese un reporte del zoológico — dijo Steven aburrido, sin poder decir nada nuevamente y sin darle a White una respuesta clara.

Los siguientes días permanecieron igual, con Steven sin poder decir nada, y con White cada vez más curiosa de lo que el niño ocultaba, pero aun así no negaría que sus tareas estaban llevando de manera favorable, por una vez pensó en darle su espacio y una recompensa.

— Steven, me alegra que estés tomando tu labor de Diamante como se debe, últimamente has resplandecido tan bien como Pinky — dijo White gustosa, raro, ella pocas veces sentía cosas como esas.

— Estoy aprendiendo de la mejor — dijo Steven.

— Claro que lo haces, pero aún te falta mucho… No desistas de tus tareas… Te tengo preparado un presente y quiero dartelo en la próxima rotación — comentó White casi tan maternal que Steven por un momento sintió la culpa de haber ocultado sus escapadas.

— Prometo no defraudarte — dijo finalmente el niño con la mejor sonrisa que pudo fingir, ciertamente sentía que estaba traicionando al Diamante que le había dado otra oportunidad, pero era por un bien mayor.

Sin mucho éxito, y sin querer ilusionar a las Gems en vano, Steven pensó en otras alternativas para hacer que White lo escuchara y donde él simplemente no se paralice ante la simple idea de hablar con ella sobre este tema.

— ¿Crees que ella me escuchará si hago una fiesta diplomática? — pregunto a Blue casualmente mientras se duchaba en la cámara de extracción de Blue.

— No ha asistido a ninguna de tus fiestas… Dudo que esta vez sea diferente — mencionó Blue sin querer desanimar, pero también siendo realista, era White después de todo.

— Me estoy quedando sin ideas… Cada vez que trato de hablar con ella, simplemente me congelo y desvió el tema… No soy capaz siquiera de planteárselo — continuó frustrado el niño.

— No te presiones mucho por eso… No hay prisa… —.

— Tengo que ayudar a esas gemas… Tengo que intentarlo — contestó el niño con un ligero tono de miedo en su voz — Si no lo hago, ¿Entonces para qué sirvo? —.

— Eres mucho más que solo el que ayuda a los demás… No te definas por solo una tarea, eres muchas cosas — trató Blue esperando que algun dia sus palabras llegaran hasta el niño necio.

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— White… Haré una fiesta diplomática y esta vez tu presencia será indispensable, si no vas a asistir me gustaría que me lo dijeras desde ahorita, para no molestarme en hacer la organización tan perfecta — comentó Steven serio, dando un informe como siempre lo hacía, directamente a White.

— Oh Estrellita ¿A que se debe que quieras hacer una fiesta diplomática, eso comúnmente no es tu estilo — contestó la Matriarca con fingida sorpresa.

— Quiero llegar a un acuerdo entre toda la autoridad y quiero que sea de manera pública, así que esta reunión también será transmitida en todas las colonias… — dijo el pequeño Diamante casi como una advertencia, el niño podría dar miedo si se lo propone.

— Está bien Steven, procuraré estar ahí, es una promesa —.

— No te creo, jura por tu perfecto brillo que estarás ahí — dijo ahora más firme y en susurro controlado el niño, queriendo probarla.

White mentiría si dijera que por un momento no se sintió intimidada por el niño diminuto, pero tenía que mantenerse firme, aunque le daría esta ronda.

— Está bien, lo juro por mi perfección que lo haré — dijo ella tranquila y con una sonrisa que por un momento no se vio falsa. 

— Cuento contigo White, quiero confiar en ti… — comentó Steven, bajo pero decidido para después retirarse de manera relajada dejando sola a la Diamante mayor.

— No me mires así — dijo la Diamante una vez sola, a su Perla, la cual era controlada por ella, vaya, ahora su juez era ella misma.

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