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Tierra 306

Tierra 306

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Oliver había descubierto que las balas que utilizaron para el ataque, eran fabricadas por solo una persona, y esa persona tenían un solo distribuidor en Ciudad Starling.

Lo malo era que, nadie quería darle el nombre.
Le tenían más miedo a ese hombre que al encapuchado.

Y vaya muchos le tenían pavor a lo que Oliver representaba.

John, Thea y Laurel encontraron a Oliver en el bunker tratando de localizar a algunos hombres que le diera información sobre el responsable del ataque a su mujer.

-En verdad entiendo tu deseo de saber quién es el responsable -le dijo Diggle.

-Bien.

-Pero también se que Sofía te necesita. Ella quiere su esposo esté a su lado en este momento.

-No ha dejado de preguntar por ti -tercio Laurel.

-Ollie -dijo Thea con paciencia-. Los Vengadores y nosotros buscaremos las respuestas. Pero tú debes ir con Sofia al hospital. Créeme que ella en verdad te necesita.

Oliver entendió que su mujer requería de él para no dejarse caer. Para no perder la cordura que había vuelto a su vida.

Luego de una larga ducha Oliver llegó por fin al hospital.

Se encontraba sola, Felicity tenía unos minutos de haberse ido junto con Palmer.

-Hola engreído -lo saludo Sofia.

Los recuerdos de la primera vez que le dijo así no se hicieron esperar para los dos.

-Hola -dijo después de sentarse-. Lamento no haber vendió antes. Es que estaba...

-Pateando traceros.

-Yo no lo llamaría así...

-Ya no lo hagas -le suplico.

-Necesito saber quién fue y por qué.

-Rumblow vendió tu identidad -contesto.

-Lo sé, Stark me lo dijo.

Un silencio cubre la habitación.
Cada una tenía batallas internas por luchar.

-Oliver, necesitas saber algo -dijo-. Los medicos dicen que no volveré a caminar.

Él ya lo sabía, y se sentía más culpable. Sentía que le estaba fallando.

-Estoy seguro que encontraremos una solución para eso -la ánimo-. Y todo estará bien.

-Creí que por eso te negabas a venir.

-No amor -exclamó Oliver-. Prometimos estar el uno para el otro...

-En las buenas y en las malas.

-Así es.

Las lágrimas corrían por las mejillas de Sofía. Una vez más, Oliver le demostraba que estaba ahí, que él no se iría.

POR ELLA ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora